El popualr barrio valenciano de Orriols que ha saltado a la opinión pública estos últimos años por los problemas de convivencia, volverá a salir una vez más a la calle.
Convocamos una nueva manifestación para mostrar nuestro hartazgo ante la suciedad del barrio, la delincuencia y el abandonot institucional. ¡Únete a la lucha por tu barrio!
🗓️ Martes, 13 de diciembre
📌 Salimos a las 19:00 h desde la ermita— ORRIOLS EN LUCHA (@LuchaOrriols) December 8, 2022
Hartos de los problemas y la tardanza en solucionarlos
Los vecinos han colmado ya su paciencia. Aseguran que los problemas se han eternizado y cronificado y no ven voluntad política de solucionarlos a corto plazo.
«Convocamos una nueva manifestación para mostrar nuestro hartazgo ante la suciedad del barrio, la delincuencia y el abandono institucional. ¡Únete a la lucha por tu barrio!»
Así los vecinos de Orriols añaden que los problemas lejos de acabar siguen en el barrio. Sólos e ha conseguido parchear mínimamente los problemas, pero están hartos de promesas a futuro.
Después de más de una década han acabado con el denominado «agujero de la vergüenza». Un agujero en un muro que comunicaba dos calles y estrangulaba ambas. También han aumentado las patrullas de policía en la zona. Pero los problemas no han acabado.
Promesas que suenan a cuento electoral
En varias ocasiones los vecinos se han reunido con las autoridades locales. Todo han sido buenas palabras e intenciones. Decenas de promesas, pero que suenan a ruído electoral a los vecinos.
Aseguran desde los colectivos vecinales que muchos de los problemas siguen sin solucionarse. Los que verdaderamente están dando la cara literalmente son los propios vecinos intentando expulsar a delincuentes de sus calles. Porque las autoridades han hecho más bien poco.
La Policía Local y sus actuaciones que se quedaron a medias
La Policía Local detectó en varias calles hasta un centenar de pisos ocupados ilegalmente. Muchos de ellos son ocupados por delincuentes que tienen su propio narcopiso, donde se ejerce la venta de estupefacientes y allí mismo se consumen.
Desde la propia Policía se localizó a los propietarios y se envió a los grandes tenedores, la mayoría (entidades bancarias y fondos buitre) cartas alertando de la situación. Ahí se acabó. Un sinsentido absoluto.
Los problemas continúan
Hace unas semanas en un edificio ocupado, hubo un incendio. También los vecinos han alertado de la suciedad, basura de meses, acumulada en otros edificios, en zaguanes,…incluso alertaron de en uno de esos pisos ocupados, el maltrato a dos perros.
Nada de nada han hecho las autoridades a pesar de que tienen localizados exactamente los pisos donde se vende y consume droga, y se llena de basura. Esto colma la paciencia de cualquiera.
Hemos visto una nevera lanzada por la ventana a una zona peatonal contigua a un colegio infantil. Como no hubo heridos, semanas después fue retirada.
La degradación absoluta
Un barrio de convivencia multicultural pacífica se ha convertido en el ghetto de unos ñpocos, con amenazas, delincuencia, robos, intimidaciones,… Y ahí siguend esde hace varios años.
Los vecinos hacen asambleas, ocupan las calles con eventos sociales y culturales. Ellos son los que literalmente «se parten la cara» por su barrio. Mientras que en Ayuntamiento y delegaciónd el Gobierno (ocupada ahora por la ex-concejal del Ayuntamiento de Valencia Pilar Bernabé) les siguen pidiendo paciencia.
La vergonzosa actitud carroñera de los políticos ante las próximas elecciones
Una realidad pararlela la que viven nuestros políticos, mientras se degrada la convivencia y la ciudad. Ahora nos volverán a llenar de promesas electorales. Están comenzando a ir a los barrios, a meses de la cita electoral, cuando llevan años abandonándolos. Es hora de rendir cuentas y decir que este Consistorio Municipal ha abandonado a los barrios y sus gentes.
¿Cuántos políticos han visitado el barrio y escuchado sus problemas en los últimos cuatro años?. ¿Cuántas promesas incumplidas?. El «govern de les persones» se ha convertido en el de «contra les persones» por desgracia para todos. Ahora no valen más palabras vacías de contenido y ya es hora de actuar. los vecinos necesitan esperanza y hechos concretos, no más palabras.