Gobernar con ideología y de espaldas a la ciudadanía lleva a ensalzar la figura del falangista Joan Fuster y a quitar una plaza a un profesor víctima de la dictadura

El Ajuntament de Valenciua restituye mediante sentencia judicial el nombre de la Plaza del profesor López Ibor en Campanar. Esta plaza pasó a denominarse como «Grup Parpalló». Ahora volverá a su nombre original de Profesor López Ibor.

El Ayuntamiento plicando la ley de memoria histórica y en base a un informa emitido desde la Universitat de Valencia consideró a este médico como «franquista», aplicando la leyd e memórica histórica. pero la realidad es que este insigne valenciano está dentro de la lista de personas perseguidas por la dictadura.

La familia del ilustre profesor y médico tuvo que acudir a los Tribunales ante tal afrenta y error que nadie quiso solventar ni comprobar en el Ayuntamiento

La familia herederos del profesor y médico detectado el error acudieron al Ayuntamiento de Valencia que no sólo no les escuchó sino que lelvó a efecto el cambio de nombre obviando el error. Una sesga ideológica que no persique implantar la democracia sino gobernar a golpe de «bemoles», o como bien diríamos los valencianos «per collons».

La familia acudió a los Tribunales que han tumbado el presunto informe de la Universitat de Valencia por no tener «ningún rigor científico» y por presentar pruebas aplastantes en contra de la decisión municipal. Este médico y profesor valenciano no sólo no era franquista, sino que fue perseguido por la dictadura.

Una auténtica metedura de pata de la que nadie se ha hecho responsable y de la que ahora sólo se restituye su plaza después de los máximos dirigentes municipales haber atacado su figura y honor.

Distinto rasero, se ataca a personajes ilustres por posibles colaboraciones con el franquismo pero se ensalza la figura del falangista Joan Fuster

El falangista Joan Fuster este año hasta la Generalitat Valenciana le decida un año conmemorativo. Aquí nos e aplica la tan cacareada ley de memoria histórica. Un «insigne falangista» de carnet que por contra fue uno de los impulsores de las tesis de los paises catalanes. Entonces a este individuo se le perdona todo, como es de la cuerda catalanista e independentista del alcalde y Sandra Gómez todo vale. La ley de memoria histórica nos e cumple, pero da igual, «como es de los míos». Eso debe de pensar el señor alcalde de Valencia, Joan Ribó.

Los pobres vecinos los perjudicados

Ahora, los vecinos deberán hacer frente a un segundo cambio de nombre de su plaza en poco más de un año. Con los problemas que ello conlleva y que nadie del Ayuntamiento reparará por su error o mala praxis.

Pero ahora no sólo los vecinos de Campanar se verán perjudicados, sino que la Plaza del grup Parpalló se traslada a otro barrio. En este caso va al barrio de Zafranar, en pleno corazón de Patraix.

Así que si en su navegador ponen Plaza del Grup Parpalló a bien seguro que le indicará acudir a Campanar cuando ahora está en Patraix. Una locura para transportistas, empresas de reparto, navegadores, gps y demás. No cabe decir que posiblemente los paquetes a los vecinos lleguen a unos kilómetros de distancia de donde deberían llegar. Un sinsentido provocado por gobernar desde la ira y el odio a costa de todo y todos. la memoria histórica está muy bien, pero si tiene rigor científico e histórico. Pero este Ayuntamiento se ha convertido en la compañía de «chapuzas a domicilio». Unas chapuzas que acabamos pagando todos.