El botellón ocupa cada vez más barrios de Valencia cada fin de semana para desesperación vecinal

El problema del botellón se cronifica y amplía cada fin de semana. Un problema que no permite a los vecinos conciliar el descanso nocturno y deja parques y jardines como un auténtico vertedero.

Un problema para cada vez más barrios de Valencia, donde el concejal de seguridad ciudadana, Aarón Cano aseguró que «no mandaré a la policía para multar el botellón» en Plenos del Consistorio pasados.

Honduras, Cedro e Isla Perdida

Mapa del botellón nocturno en la zona de Honduras, Cedro e Isla Perdida

Cada jueves los vecinos de Cedro y Honduras realizan una sonora cacerolada en contra del botellón y del ruído que genera. Quieren advertir a los políticos de su incompetencia para afrontar este problema que el propio concejal sigue negando sea un verdadero problema.

En la zona los problemas son crónicos y ya antes de la pandemia, la Universitat de Valencia decidió vallar el Campus dels Tarongers para evitar los botellones. Se concluyó la obra en la pandemia. Ahora todos esos problemas se han trasladado tras la pandemia a barrios ya de por sí complicados como Honduras y Cedro.

El nexo de unión de todas estas zonas son los jardines centrales de la Avenida de Blasco Ibañez, entre Manuel Candela y Músico Ginés. Aunque el botellón se ha extendido hacia la zona de La Isla Perdida por el espacio central de la avenida.

Los problemas zona a zona

La Plaza de Honduras principal (Plaza de Honduras es una calle, la Plaza principal y otras cuatro) se llena de cientos de jóvenes cada noche de jueves, viernes y sábado. La policía ya ha intervenido en numerosas ocasiones este pasado mes. Consiguiendo sólo desplazar ese día el botellón a otras zonas cercanas extendiendo el problema a barrios próximos como San José, la antigua Xuquer.

La plaza del Cedro es otro claro de incompetencia y dejadez. Se valló hace años la plaza principal, pero era una medida muy poco efectiva, ya que el diseño de sus calles con múltiples plazas hace imposible vallarlas todas. Lo que se ha conseguido es extender el botellón por las Calles Actriz Encarna Máñez, Plaza del Cedro, Campoamor, y calles adyacentes.

La Plaza Xuquer con una ZAS se consiguió erradicar el problema, pero la falta de actuación municipal desde hace años, ha conseguido que este problema se traslade a barrios cercanos como Cedro y Plaza Honduras. Ahora cuando se intenta actuar en estos últimos, el problema se desplaza y vuelve a Xuquer.

Ruzafa

La configuración urbanística y las decisiones municipales han hecho proliferar en Ruzafa una cantidad ingente de bares y zonas de copas, en exceso, y las peatonalizaciones como en calles Sueca o Cuba con el recrecimiento de aceras ha ido acompañadas de la ocupación por terrazas que han crecido como setas. Causando grandes molestias a los vecinos.

El principal problema en Ruzafa es el botellón, que se localiza principalmete en la Avenida de Jacinto Benavente. En la zona del jardín y las aceras más próximas a Ruzafa y la Gran Vía cientos de jóvenes realizan botellones, incluso ocupando parte de la calzada.

Benimaclet

El último barrio en sumarse a estos problemas es Benimaclet, en la zona de su casco histórico y zonas cercanas a la Plaza de la Iglesia. Cientos de jóvenes en las calles petaonales se reúnen cada fin de semana. Los vecinos hartos de la inacción policial han llenao de pintadas algunas fachadas de los edificios.

Cruz Cubierta

Los vecinos de la zona de la Cruz Cubierta llevaban antes de la pandemia años quejándose de esta situación, con pancartas y carteles en sus fachadas. Tras la pandemia los problemas han vuelto, pero parece que en menor medida.

Alameda

El paseo y jardines de la Alameda vuelve a ser un núcleo de concentración de jóvenes en su tramo histórico, junto al puente de la Exposición. El problema en esta zona es mucho menor que en otras de la ciudad, pero no de por sí es menos ruidoso e importante.

¿Qué hace el Ayuntamiento de Valencia?

Aunque este problema de botellones masivos se comparte con muchas ciudades españolas especialmente tras la pandemia. Muchos han optado por distintas soluciones. En unos casos se combate con presión policial, y en otras se permite el botellón en zonas muy concretas alejadas de las viviendas.

La inseguridad ciudadana se le va de las manos al concejal Aarón Cano
El concejal Aarón Cano, de Seguridad Ciudadana

El caso del Ayuntamiento de Valencia es el caso de la total inacción, donde el concejal negacionista de la realidad, Aarón Cano, ahora admite algún problema. La desesperación vecinal les ha hecho pedir su dimisión a muchas asociaciones vecinales.

Aarón Cano contraataca con una nueva normativa de convivencia, con la que asegura que «tendrá herramientas jurídicas para combatir el botellón». El problema de nuestros políticos es la ignorancia o inutilidad para el cargo. Ya que desde 2006 una Ley de Cortes Valencianas impide el consumo de alcohol en la vía pública excepto en fiestas declaradas por los Ayuntamientos como populares. También prohibe la venta de alcochol a partir de las 22:00h.

Problemas derivados

A pare del problema del ruído que impide poder conciliar el sueño a los vecinos de las zoans afectadas, la concentración de personas sin para de beber genera otros problemas.

Horas bebiendo hacer a los jóvenes congregados orinar en cualquier sitio en la vía pública, toda pared, jardín o espacio entre coches es bueno para ellos y los olores derivados de la falta psoterior de baldeo y limpieza son insoportables.

La inseguridad y la violencia se está detectando como neuvo problema tras la pandemia. ya que las persoans ebrias tienden a ser má agresivas. A esto se une que se están detectando grupos de jóvenes violentos que aprovechan estas concentraciones para delinquir, robando a los propios jóvenes que practican botellón o ñrovocando peleas entre ellos.