La UCI del hospital comarcal de Vinaròs en situación crítica

La situación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Comarcal de Vinaroz es crítica, según nos informan los profesionales del propio servicio, por la falta de facultativos especialistas en Medicina Intensiva que esta unidad lleva años arrastrando sin que se hayan aplicado medidas para revertir la situación por parte de la administración central.

En los últimos años, los médicos de la UCI han venido haciendo un esfuerzo muy superior al reglamentario en cuanto a la cantidad de jornadas trabajadas y al número de guardias de presencia física anuales realizadas por cada miembro del servicio con el fin de asegurar la atención continuada a los pacientes críticos del Departamento de Vinaròs.

El panorama empeoró con el inicio de la pandemia covid, en la que se llegaron a tener 3 UCIs abiertas, simultáneamente, para hacer frente a las necesidades asistenciales. Esto supuso un incremento en el número de horas que los facultativos debían realizar. El problema se agravó con la renuncia de 2 de las facultativas del servicio al ofertarles desde otros hospitales más céntricos, contratos con idénticas condiciones a las que tenían en Vinaròs.

Los facultativos de la unidad, durante el año 2021, han llegado a realizar hasta 74 guardias, cuando el número máximo obligatorio, según la normativa de la propia Conselleria, es de 36 anuales.

Esto ha generado, además del acúmulo de una gran cantidad de días debidos por no haber podido disfrutar los descansos establecidos por la legislación, un grave estrés para los intensivistas con los consecuentes riesgos laborales que esto supone haciendo insostenible prolongar la situación.

Sabemos, también, que el jefe de la UCI ha pedido formalmente una evaluación de la situación de sus facultativos al servicio de riesgos laborales para que valore si se está poniendo en riesgo la salud de los profesionales con este exceso de guardias que están debiendo hacer de forma estructural y no circunstancial.

En las conclusiones preliminares de dicho informe, además de hacer mención al Burnout que sufren

Se insiste en la necesidad de basarse en la orden que regula las guardias de presencia física de la propia Conselleria, que establece la realización de hasta 3 al mes.

Actualmente, cada uno de los facultativos de este servicio hace una media de 7 guardias de presencia física mensuales y esto sin contar que, en breve, comienza el periodo vacacional al que tienen derecho, como cualquier otro trabajador, lo que supondrá un nuevo incremento del número que deberán llevar a cabo.

A este sindicato le consta que, desde hace meses, la Conselleria es conocedora del problema de la UCI de Vinaroz mediante diversos informes enviados tanto por el jefe del servicio como por la propia gerencia del departamento, sin haber recibido respuesta al respecto ni sugerido posibles soluciones. Se les ha informado de que, en estas condiciones, no se puede seguir manteniendo la unidad de cuidados intensivos operativa, si, desde la propia Conselleria, no ofrecen ninguna alternativa de forma urgente.

Hay que recordar que a los 90000 habitantes del departamento, se suma la población flotante que se ve incrementada de forma más que considerable durante los meses de verano y que las UCIs más próximas están ubicadas en Castellón, a 80 km de Vinaròs, por lo que es sencillo de entender la catástrofe sanitaria que se puede producir si se deja de dar el servicio de UCI a la población de la zona y hay que derivar a todos los pacientes críticos del departamento, en pleno verano, a Castellón o incluso a Valencia, a unos 150 km.

El hipotético cierre de la UCI, además, también implicaría la suspensión de todas cirugías programadas mínimamente complejas, así como la imposibilidad de ingresar en el hospital pacientes con riesgo de complicaciones que pudieran requerir eventualmente asistencia en la UCI.

La situación por la que pasan los facultativos del servicio de Medicina Intensiva del hospital de Vinaròs constituye el paradigma perfecto para explicar lo que es una “zona de difícil cobertura”: hay una plaza vacante de nueva creación, libre, imposible de asignar ni en bolsa ni fuera de bolsa; hay una baja prolongada, que no se consigue sustituir; hay contratos de suplencia de vacaciones que nadie quiere y hay un contrato disponible de atención continuada, desde hace años, que nunca se ocupa.

Además, la mitad de los profesionales de la unidad tienen más de 55 años y tienen la posibilidad legal de solicitar la exención de guardias por razón de edad, opción que alguno de ellos ya ha pedido formalmente.

La única solución viable que propone el sindicato médico sería que la Conselleria reconociera, de una vez por todas, las plazas de difícil cobertura y que estableciera las medidas oportunas para mejorar las condiciones laborales de estos profesionales que pasan de forma ineludible por aprobar incentivos económicos para los facultativos con el fin de hacer más “atractivo” trabajar en estas zonas periféricas.

A nuestro parecer, es este el único modo para poder mantener la cartera básica de servicios y la equidad del sistema sanitario a la que tienen derecho los pacientes de toda la comunidad Valenciana, objetivos que no se están alcanzando, actualmente, en el departamento de Vinaroz.

Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana
CESM-CV