Narciso

Narciso

Las personas narcisistas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, reclaman de manera abrumadora la atención de los demás, y, sobre todo, su admiración. Son sujetos que carecen de empatía con las demás personas, pues solamente lo importante son ellas.

En la mitología griega, Narciso fue un joven del que todas las personas quedaban prendadas. Némesis le castigó por su engreimiento e hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en un lago.

Narciso quedó prendido de su propia imagen y se acabó lanzando al agua, muriendo ahogado.

Estos días, con ocasión de la visita del presidente del Gobierno a los Estados Unidos, hemos podido apreciar el narcisismo en el que vive instalado Pedro Sánchez. Su política, decisiones, actuaciones y viajes oficiales, lo único que buscan es dar la mejor imagen del presidente, incrementar y potenciar su ego.

Nada importa el bienestar de los ciudadanos, ni sus necesidades y lo estamos viendo con claridad en estos momentos duros de crisis social y económica. Lo trascedente es que Pedro Sánchez luzca de la mejor manera: egolatría pura. En los Estados Unidos ninguna autoridad ha recibido a Pedro Sánchez, pues carece de peso político internacional. Basta recordar el paseíllo de la vergüenza con Joe Biden en la cumbre de la OTAN en la que el presidente norteamericano no sabía quién era la persona que por diez segundos le estuvo acompañando hablándole de cuestiones a las que no prestó atención alguna.

En el reciente viaje se ha pretendido el lucimiento personal del presidente. Dice que ha ido a buscar inversores económicos, pero lo que único que ha pretendido es invertir en sí mismo, queriendo dar la imagen del J. F. Kennedy español.

De esta manera, se le ha hecho hueco en un informativo de máxima audiencia en la televisión por cable y lo triste para los intereses políticos y comerciales españoles, es que lo único que ha quedado de esa aparición televisiva es que se parece a Superman, que es un presidente muy guapo. En realidad, Pedro Sánchez ha traído la frivolidad a la vida política española.

Esta vez su obsesión ha sido realizar su casting particular en los EEUU. Será inmensamente feliz si un día obtiene su nominación a los premios Oscar, y si a su vez, le ponen su estrella en el paseo de la fama de Hollywood. No es una casualidad que en su visita a Los Ángeles haya reclamado que España pueda llegar a ser la prolongación de Hollywood en Europa.

Narciso murió ahogado en el lago cegado por su propia egolatría. Pedro Sánchez también acabará asfixiado por su propio ego. Las aguas de la política social-comunista no son limpias y transparentes, van llenas de oscurantismo, pobreza, limitación de derechos y ruptura de la convivencia. Esas aguas son las que pretenden ahogar el régimen de convivencia democrática.

En el caso de la Comunidad Valenciana, las aguas del catalanismo también arrastrarán y harán caer al presidente Puig que cada vez más pierde la confianza de los ciudadanos valencianos. Esta semana la Generalitat valenciana publicaba en un tuit en el que encuadraba el Mercado Central de la ciudad de Valencia en el ámbito de la arquitectura de los países catalanes, asumiendo el lenguaje y la política propia de los independentistas. Nada le importa a Puig nuestra cultura, lengua y tradiciones, ni la defensa de nuestros intereses.

También lo podemos apreciar con sectores tan importantes nuestra economía como la agricultura, siendo incapaz de gestionar el trasvase Tajo-Segura. Esa falta de agua también acabará ahogando al presidente Puig. Mientras tanto, Sánchez ya prepara la muerte política del “molt honorable”, ya que, la excaldesa de Gandía, y actual ministra de Ciencia e Innovación, ya está calentando el banquillo. La cabeza de Puig acabará rodando en la guillotina de la venganza.

En el caso de la ciudad de Valencia, la mala gestión del gobierno municipal en ámbitos como los de la ampliación del puerto o la ruina existente en la Empresa Municipal de Transportes, serán el sunami que le harán caer de la torre de cristal en la que vive, gobernando la ciudad con total falta de empatía con los ciudadanos, Joan Ribó.

El narcisismo acabará ahogando las aspiraciones de la izquierda en Valencia y en el resto de España. Con absoluto falta de empatía, no resuelven problemas de la ciudadanía.

Fernando De Rosa Torner

Senador por Valencia del Partido Popular