Luisa C. Perosán: «Yoli la moderna quiere racionarnos la ropa».

– Luisa C. Perosán: «Yoli la moderna quiere racionarnos la ropa».

Yoli y su grupo Sumar quieren ahora meterse en nuestros armarios… Por lo visto el negocio de la ropa a precios populares les supone un problema. Apoyándose en la cantidad de residuos textiles que se generan, ahora quieren ponernos una cartilla de racionamiento para ir a comprar a Zara.

  • De todas las propuestas absurdas de esta gente, está es una de las que más me sorprenden.

Aclaremos algo para ir poniendo el tema en contexto. Desde hace ya más de veinte años, las tiendas multimarca se han extinguido y lo que tenemos son cadenas de tiendas. La diferencia principal en el negocio desde hace más de veinte años es la siguiente: Las marcas que vendían a tiendas multimarca fabricaban lo que vendían, se hacía una campaña y se fabricaba sobre pedido. Las cadenas de tiendas venden lo que fabrican. La diferencia es enorme. ¿Porqué se hace esto? Fácil, porque en el textil, al igual que en otros muchos productos, las cantidades son las que determinan el precio. Fabricar 10.000 sale a mejor precio que fabricar 1.000.

  • El negocio de las cantidades es muy sencillo en realidad y comenzó a afianzarse cuando se abarataron los precios de fabricación deslocalizando la producción.

Esto ha ido evolucionando, pero la fórmula es la misma. Vender lo que fabricas se basa en el precio, en que sea barato. Hace veinte años las posibilidades de comprar barato eran menos, los precios (como también la calidad) eran otros. Hoy en día se puede una vestir por muy poco dinero, además está socialmente muy aceptado llevar, por ejemplo, un vestido de Zara con un bolso de Vuitton.

No se exige calidad a una camiseta de tres euros. Se consume más ropa que nunca por dos razones, una es que es barata y otra es que la calidad no da para mucho, pero ese es el negocio y además aquí en España tenemos a “la madre” de las cadenas de tiendas, además de cadenas extranjeras. Se producen residuos porque la ropa dura dos días y es barata, pero esto ¿les da derecho a estos comunistas de caviar a decirnos lo que podemos o no hacer? No. Más si tenemos en cuenta que ellos precisamente no visten barato, viste mal la mayoría, pero visten caro.

Es algo así como, lo de que alguien que come caviar y entrecot porque se lo puede pagar, le prohíba a los demás comer productos industriales (que son más baratos) por el bien de su salud. Es absurdo, pero esta gente que solo “piensa” en términos de ideología, en cuanto cata poder y consigue una jugosa nómina del estado se creen con derecho a decirle o prohibirle a la gente lo que les dé la gana.

  • ¿Cómo se puede ser tan sinvergüenza? ¿Cómo puede decir Yoli que hay que consumir menos cuando su ropero tendrá la profundidad de la fosa de las Marianas?

Ahora bien, si se ponen pesados con esto, yo voy a buscar palomitas, porque va a ser divertido. Vamos a gozar, viendo cómo esta panda intenta enfrentarse al principal negocio de uno de los hombres más ricos del mundo. Nos lo vamos a pasar muy bien viendo cómo cambian de estrategia. Nos vamos a divertir viendo cómo uno de los sectores de negocio más importantes del mundo les da un revolcón.

Yoli la moderna no va a renunciar a comprar en Prada, no va a dar ejemplo porque eso iría contra su naturaleza de comunista. No repetirá modelito, porque ahora está donde siempre quiso estar y con el dinero que siempre quiso cobrar. Ni un sacrificio.

Puede que el mismo asesor que le aconsejó salir planchando ahora le aconseje ponerse un chándal. Me la estoy imaginando con su pelo rubio de peluquería y sus tacones “arreglá” pero informal.

Luisa C. Perosán