Luisa C. Perosán: “Okupación”.

Luisa C. Perosán: “Okupación”.

Este pasado lunes, una conocida empresa de “desocupación” actuó gratis en Castellar-Oliveral. La noticia de la brutal paliza propinada por unos delincuentes a unos ancianos en Pinedo corrió como la pólvora en las redes sociales, y esto llevó al responsable de dicha empresa a actuar como ha hecho otras muchas veces, desocupando las viviendas gratis, que es como lo hace cuando se trata de ancianos desvalidos.

  • Hay dos cuestiones que debemos plantearnos muy en serio. La primera es, ¿la policía podría actuar y desalojar la vivienda? Dicen que la ley lo prohíbe.

Tenemos una policía que pagamos todos, a la que la ley les impide (habría que verlo con lupa) actuar contra este tipo de delincuentes. Y lo cierto es que, si aparcas delante de un contenedor de vidrio, la grúa se lleva tu coche y te toca pagar. Si te pillan con una tarjeta que has encontrado y la usas para comprar pañales, el peso de la ley caerá sobre ti, es un caso verídico.

  • Si durante la pandemia, un vecino histérico creía que en tu casa había una reunión y llamaba a la policía (se puede ver en you tube) te derribaban la puerta con un ariete.

En ese mismo pueblo, la policía que no hizo nada por desocupar las casas donde vivían los delincuentes, se dedicaba a multar a los vecinos (casi todos muy mayores) por vender cuatro kilos de naranjas a la puerta de su casa, costumbre de esa zona. A mí la duda que me corroe es, ¿para qué está realmente la policía? No entro a valorar este o aquel cuerpo de los muchos que hay, autonómicos o nacionales… La duda es a cerca de lo que hacen y para qué están todos y cada uno de ellos.

A veces da la impresión de que están para que el ciudadano “de a pie” no saque los pies del plato y que cuando realmente ese ciudadano tiene problemas te digan que “no pueden actuar”.

  • Una podría pensar mal y llegar a la conclusión de que multar ancianos por vender naranjas, es menos arriesgado que ocuparse de una panda de delincuentes extranjeros.

Delincuentes que seguramente entraron de forma irregular, y que están ocupando las casas de vecinos que las pagaron con su esfuerzo. Vecinos que pagan los impuestos que se recaudan para pagar entre otras cosas, el sueldo de la policía, los jueces y fiscales, que pagan también el sueldo a los políticos que legislan para proteger a los que roban viviendas y desamparan a los ciudadanos que deberían proteger.

  • Lo visten, no, mejor dicho, lo disfrazan, de eso que llaman “justicia social”.

Se supone que esa ley protegía a los ciudadanos de un desahucio por impago de una hipoteca, por ejemplo. Pero lo cierto es que si no pagas la hipoteca te vas a la calle, exactamente igual que siempre. Lo único que hace esa ley es legitimar que te metas en otro inmueble y te puedas tirar dos años sin pagar ni un céntimo. Que, si el desafortunado propietario tiene conectada la electricidad y el agua, te la van a costear porque si corta los suministros, el que tendrá problemas con la justicia será él. Esa ley lo que hace es cargar un problema social, responsabilidad del gobierno, sobre los hombros de los ciudadanos.

Si te roban tu casa, ni la policía ni la justicia te amparan. Si te roban tu casa y puedes pagarlo, la única forma de recuperar la propiedad es tirar de empresa privada, y siendo así ¿no podrían hacernos una rebajita de impuestos y deshacerse de algunos sueldos públicos que, a la vista está, no sirven para nada? Es una idea.

  • La segunda cuestión es, ¿Qué hacían aquí esa panda de matones y degenerados capaces de dar palizas a ancianos, robar como comadrejas y okupar viviendas ajenas?

No deberían estar aquí, pero la entrada sin control de todo tipo de gente en España no es algo que preocupe ni a los políticos ni a la justicia ni a la policía. Esto también tiene su disfraz. Refugiados, gente que huye de guerras, del hambre… Pero lo cierto es que la mayoría viene en pateras con la ropa nueva, con un móvil, sin aspecto de haber estado en el mar más de cuatro horas, que llegan por los aeropuertos sin problema, que entre ellos no hay a penas mujeres ni niños necesitados, que son varones jóvenes y sanos de los que no sabemos nada, ni edad real, ni procedencia muchas veces, y que esa procedencia, en muchos casos es la prisión de tal o cual país. Que algunos de nuestros paises vecinos de vez en cuando hacen una “suelta” de reclusos que se llevan directamente al puerto, porque es mucho más seguro y barato para ellos mandarlos a Europa.

Esos de la “justicia social”, esos de la “solidaridad”, que se den una vuelta por Pinedo, Castellar o La Punta y cambien impresiones con los vecinos.  Es una idea.