Ferran Gil: Un Micalet forastero

Un Micalet forastero. Opinión semanal en Valencia News de Ferran Gil.

La práctica habitual de nuestros gobernantes por otorgar con dinero público generosas ayudas a entidades de su cuerda, promovidas por amigos y adictos a su ideología, en ocasiones supera lo inimaginable. Si ya de por sí, aunque legal, es de dudosa ética por discriminar a otros colectivos que no cuentan con su beneplácito por el simple hecho de no compartir sus postulados, hacerlo traspasando sus propias líneas rojas es algo más que inadmisible.

Es el caso de la Societat Coral El Micalet Institut Musical Salvador Giner fundada en 1893 dentro de una línea valencianista en defensa de los valores culturales y tradicionales de nuestra tierra, donde se incluían idiosincrasia y señas de identidad propias, que dejó de serlo en los finales de los años setenta, cuando fue abordada y copada por la facción de un incipiente movimiento catalanista que comenzaba a despertar y expansionarse.

Amparándose en la transición, aprovechando tiempos de cierta baja actividad por parte de acomodados  dirigentes y socios de aquella época que se vieron desplazados por una orquestada campaña de estrategia (altas masivas con intenciones de buscar su mayoría, que provocó las bajas de los valencianistas ya en minoría). Que consiguió girar en 180 grados los principios y valores fundacionales. Pasando de ser una ejemplar institución valencianista a un degradado colectivo catalanista, apoyado desde el norte con los fines y pretensiones de todos conocidos.

El Ayuntamiento empatizando…

Pues bien, el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia empatizando con la misma, pues asume todas sus tesis. Viene otorgando suculentas subvenciones a cargo del erario público, para diversas actividades en pro de todo aquello que propicie la defensa de la lengua y cultura catalana. Además de otros actos político-ideológicos, como la polémica Cabalgata de las Reinas Magas y otras acciones similares.

Pero donde radica la extralimitación es en el hecho de estar financiando el chiringuito cuando el teatro de la misma titularidad está sancionado por el propio consistorio al carecer de la licencia de apertura (sigue programando). Al no obtener el permiso municipal debido a varias y graves deficiencias que encontró en su día la obligada inspección y que no han sido subsanadas cinco años, después.

Insólito, que, teniendo cuentas pendientes con el erario municipal, este continúe incrementando con miles de euros las ayudas a tan ajenas causas.

Se podrían enumerar numerosos casos tanto de colectivos o personas físicas, que no han podido acceder a las ayudas que les correspondían por tener una simple multa de bajo coste impagada. Que se lo pregunten a alguna que otra comisión fallera.

Siempre la misma doble vara de medir en función de ser o no «adepto al régimen» como se decía en tiempos pasados de triste recuerdo y que tanto airean cuando les conviene. En fin, trato de favor con fondos del pueblo para una sociedad que defiende los intereses de una Comunidad vecina. Tan claro como vergonzoso y denunciable a todos los efectos.

Quedémonos con la vida y obra del insigne maestro don Salvador Giner. Que si levantará la cabeza seguro que renegaría a que dicha entidad utilizara su nombre, pues hoy en día -que no en su fundación y durante muchos años- , es indigna de representar su figura. Aunque en las últimas décadas ya se encargan los lamentables directivos actuales de que aparezca lo menos posible el nombre del emérito músico. Para ellos que no lo son, don Salvador era muy valencianista y claro, mejor ignorarlo.

POSDATA,-  El meu cor me dictava escriure el present en llengua valenciana. Pero vaig pensar en el cap i el cervell me dictà que lo més probable seria que no ho entengueren els propis aludits que s’expressen en atra llengua forànea que promouen. I vullc que s’enteren.

Ferran Gil: A mi aire