Ferran Gil: Más sombras que luces

Más sombras que luces opinión semanal en Valencia News de Ferran Gil.

Dicen que Valencia es la tierra de la luz. Pero solo cuando el astro rey brilla y luce con todo su esplendor que, afortunadamente para estos lares, es la inmensa mayoría de los días del año.

Un privilegio para los valencianos, que se corta de raíz cuando se esconde el sol. Pues a excepción de contadas avenidas, nuestra ciudad tiene una pésima iluminación pública. De baja potencia, que ofrece una sensación generalizada de penumbra, y que en algunas calles sólo la salva esa aportación de la iniciativa privada. Ya sea en negocios de comercio, hostelería u otros, bien en los escaparates o focos de sus fachadas.

Lo mismo da luz blanca o amarilla, de leds, placa o bombilla, de alto voltaje o bajo consumo, de báculo, poste o farola…pues la intensidad luminotécnica es insuficiente. Y si sumamos averías, apagones cíclicos por fases o separaciones de puntos de luz muy distantes, nos encontramos con la combinación perfecta para toparnos frente a espacios sombríos. Lo más parecido a las cuevas de Luis Candela.

Si bien, todo hay que decirlo, aquí no se produce trato de favor ni tráfico de influencias. Pues hasta la zona donde tiene su residencia el alcalde, sufre y padece situaciones similares.

Y claro, en coherencia a un alumbrado pobre, pues una iluminación pobre y escasa.

Ferran Gil: Más sombras que luces
Ferran Gil: Más sombras que luces

Reconociendo que el Cap i Casal nunca ha destacado tradicionalmente en cuanto a la decoración ornamental de la vía publica en estas fechas, sí que hay que denunciar la falta de sensibilidad para con ciudadanos y pequeños negocios, donde cabe incluir todos los sectores, por parte de las autoridades. Que ante la grave situación pandémica los deja tirados, sin aumentar el poco presupuesto de años anteriores. Cuando la ocasión es optima al contar con los recursos de la cancelación de otros eventos como la Cabalgata de Reyes.

Lo peor, es que encima presumen de haber instalado doscientos y pico adornos igualando cifras con otras ciudades españolas que multiplican con mucho el gasto, cuando la diferencia es importante y notable. Pues en estos casos se refiere a vías enteras de arcos, guirnaldas y otras ornamentaciones propias de la festividad. Mientras en Valencia son puntos de luz con solo dos calles, cortinillas en la frontera consistorial, carteles de Bon Nadal en pedanías ,y arbolitos en barrios. Hasta porcentualmente superan todo esto, innumerables poblaciones de la geografía valenciana.

Ante las abundantes y razonadas criticas, anunciaron las autoridades una mejora al respecto. Pero al paso que vamos no se sabe si para estas navidades o para las próximas.

Lo mismo que ocurre con la famosa caja gigante luminosa de regalo que desean instalar con su propio dinero, como reclamo, los comercios del centro. Y que sigue escampada en un solar a la espera de «no contaminar visualmente» y recibir el visto bueno del equipo de gobierno que autorice su instalación.

Y es que son como el perro del hortelano, ni comen ni dejan comer.

Por tanto, el ultimo que apague la luz, aunque con tanta sombra, ni se notara.

 

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