Ferran Gil: En corto… al gobierno municipal

En corto… al gobierno municipal, opinión en Valencia News de Ferran Gil.

Continua el sectarismo, discriminación y por tanto el agravio comparativo en el gobierno de la ciudad, cuando aplica criterios dispares a la hora de aprobar o desestimar peticiones de permisos para actos similares, en función de quien hace la solicitud. Predominando claro el favorecer a los de su cuerda ideológica.

Lógico es pensar que el alcalde Ribó renuncie en su proclamación a la vara de mando, cuando tiene en sus manos otra más acordé con su manera de pensar y actuar. La famosa doble vara de medir.

A los numerosos ejemplos que se vienen dando desde que tomaron mando en plaza, hay que sumar los más recientes, que por descaro y comparación, sonrojan al más ecuánime de los ciudadanos que contempla atónito como se anteponen los intereses partidistas políticos, a los de una justa y equilibrada igualdad social, que perjudica a una importante parte de la población que no comulga con sus postulados.

Así, se niega la autorización a celebrar la Missa d’Infants el día de la Mare de Deu dels Desamparats en su plaza, con la mitad de aforo que permite actualmente la normativa antiCovid. O el traslado de la Senyera del Colegio del Arte Mayor de la Seda a la Catedral en calesa, organizado por el Capítul de l’Almoina de Sant Jordi dels Cavallers del Centenar de la Ploma, sin aducir argumento alguno (entre otras porque no lo tienen). Con el único razonamiento de la aplicación del artículo 1.1 de la normativa antiCovid de la Conselleria de Sanidad que se refiere a «no celebrar eventos de ninguna índole que impliquen aglomeración o concentración de personas».

Que podría ser válido en el caso de haber seguido el mismo camino en la resolución de otros similares autorizados donde se obvio tal articulado, como los conciertos de La Marina o la celebración del día 1 de Mayo, Fiesta del Trabajo. Que al parecer no concitan tumulto alguno por el simple hecho de estar protagonizados por sus amigos, colegas y afines.

La racionalidad a la hora de tomar las caprichosas decisiones, brilla por su ausencia.

Ante esto y cuando se están preparando festejos de La Fira como dicen ahora (toda la vida Fira de Juliol) programados, siempre pensando en sus acólitos y simpatizantes, me pregunto si la arbitrariedad de los ejemplos anteriores se dará también con las fallas que piden a gritos plantar y quemar en el 21, sobre las que momento no se han pronunciado los mandamases de la casa grande.

Y estarán conmigo que al menos, como mínimo, es para estar mosqueado.

Ferran Gil