AVA-ASAJA alerta del desastre medioambiental que puede causar el retraso burocrático de los permisos para quemar la paja del arroz

De nuevo tenemos un deyavú contínuo en la Albufera de Valencia. Conforme de siega el arroz queda numerosa paja en los campos que hay que de alguna manera eliminar. Otro año más, tenemos la dicotomía entre quemar o dejar que lleguen las lluvias, se pudra y produzca aguas negras sin oxígeno, que al llegar a La Albufera provoquen la mortandad de peces.

Otro año más ha pasado sin ponerse soluciones desde la administración pública valenciana a este gran problema arrastrado año tras año, y parece que este año volvemos a tener el mismo problema.

AVA Asaja denuncia que las instituciones públicas no responden a la petición de quemas y la paja se acumula en los campos

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) alerta del “grave problema medioambiental” que puede producirse en el parque natural de La Albufera como consecuencia del retraso burocrático sostenido por la Conselleria de Agricultura y los ayuntamientos a la hora de conceder los permisos, por motivos fitosanitarios, para quemar la paja del arroz depositada en los campos tras la siega.

La organización agraria teme que las inminentes lluvias –previstas desde este jueves hasta el lunes– amenazan con pudrir la paja y, al igual que ha sucedido en campañas anteriores, provocar la aparición de aguas negras sin oxígeno, la emisión de malos olores y metano y una elevada mortandad de peces.

Según el acuerdo consensuado entre el gobierno valenciano y las entidades representativas del sector arrocero, los agricultores deben realizar un conjunto de prácticas culturales, en consonancia con el Plan de Gestión de la Paja. Que incluyen el fangueo, el picado/escampado y la recogida de la paja en función de la zona y el año. Con todo, los arroceros pueden solicitar de manera excepcional la quema de la paja en aquellas parcelas que presentan una notable afección de pyricularia, anoxia o cucat.

La administración no responde

A medida que avanzaba la siega, decenas de agricultores han ido presentando ante los Consejos Agrarios Locales sus solicitudes, pero no han podido proceder a la incineración de la paja porque no han recibido las autorizaciones después de varias semanas, incluso en algunos casos hasta un mes. 

El responsable de la sectorial del arroz de AVA-ASAJA, José Pascual Fortea, lamenta que “por culpa del atraso administrativo muchos arroceros no han podido aprovechar estos días con condiciones climáticas idóneas para quemar en sus campos más afectados por plagas y ahora, que va a llover, ya puede ser demasiado tarde. A nivel agronómico, el agricultor sufrirá nuevas pérdidas de productividad el año que viene porque no ha eliminado los patógenos que sobreviven en el terreno. Y a nivel medioambiental, el parque natural se arriesga a volver a sufrir un nuevo desastre ecológico en forma de anoxia, que ennegrece las aguas y las deja sin apenas oxígeno, con los malos olores y la mortandad de flora y fauna que ello comporta”.