Cortina: «Si las humanidades no tienen futuro, tampoco lo tiene la sociedad»

La catedrática de Ética de la Universitat de Valencia y doctora honoris causa de la Universitat Jaume I, Adela Cortina, ha inaugurado el XXIV Congreso Valenciano de Filosofía con una conferencia sobre «El futuro de las humanidades en la era digital». En la que ha reivindicado la importancia de las humanidades, hasta el punto que ha asegurado que «si las humanidades no tienen futuro, tampoco lo tiene la sociedad».

Para Cortina, «la filosofía tiene que estar al servicio de la sociedad». En ese sentido, ha puesto en valor el trabajo desarrollado por el grupo de la UJI que dirige el catedrático Domingo García Marzá. Se ha concretado en la elaboración del código ético de la propia universidad, del turismo valenciano y el de muchas empresas privadas.

Cortina ha asegurado que las humanidades tienen una doble función beneficiosa. Ya que por una parte tienen un impacto importante en la generación de riqueza, en la creación del producto interior bruto de una sociedad. Al mismo tiempo son «muy fecundas», ya que permiten dirigir el futuro, dirigir la historia.

«Las humanidades no son solo útiles, sino también fecundas, porque nos sirven para orientar nuestras vidas, para dotarlas de sentido», ha asegurado la filósofa, quien ha concluido que «la utilidad de las humanidades es obvia, pero en este mundo, lo obvio no se reconoce».

Las humanidades deben estar presentes en todos los planes de estudio

En esta línea, Cortina ha pedido que las humanidades «deben estar presentes en todos los planes de estudio, tanto en la enseñanza secundaria como en la universidad». Dentro de las tres culturas que conforman las humanidades, las ciencias naturales y las ciencias sociales, se ha relegado a las humanidades al último lugar cuando deberían estar al principio ya que afectan a todas las personas y a la sociedad en su conjunto.

En opinión de Cortina, las humanidades no han estado suficientemente reivindicadas. En parte debido a que los propios investigadores no han explicado suficientemente que «la filosofía sí que cuenta con métodos, cuenta con un lenguaje específico y con unos sentidos específicos que hay que conocer para la discusión».

A este respecto, la doctora honoris causa por la UJI ha destacado que el papel de la buena filosofía es desarrollar la capacidad crítica y el discernimiento. Sería la mejor capacidad que podría tener una sociedad civil para que sea realmente radical.

Sociedad madura y crítica

«Tenemos que tener una ciudadanía madura, con capacidad crítica, que pueda marcar el futuro y determinar límites. Una ciudadanía madura es la clave de una sociedad democrática. Para ello ha de ser crítica, autónoma y solidaria, para lo que es fundamental la filosofía», ha asegurado.

Contar con una sociedad madura y crítica permite que ésta pueda determinar hacia dónde va la ciencia y para qué se utiliza, ya que ese es el papel de las humanidades, según Cortina. Además ha señalado que «vamos a un mundo en el que todo depende de la cultura imperante y nos encontramos en una pugna entre las culturas autocráticas y las culturas democráticas».

La inauguración del congreso ha corrido a cargo de la rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón, el decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Andreu Casero, el presidente de la Sociedad de Filosofía del País Valenciano y catedrático de Ética de la Universitat Jaume I, Domingo García Marzá, y profesor del departamento de Filosofía y Sociología y responsable del comité organizador del encuentro, José Luis López-González. El congreso se desarrollará los días 7, 8 y 9 de abril en la Universitat Jaume I.

El congreso cuenta también con la participación de los profesores Anna Estany, Antonio Notario, Elena Nájera y Tobies Grimaltos, anterior presidente de la Societat de Filosofia del País Valencià. Intervendrá con la conferencia titulada «Caracterización y defensa de un escepticismo razonable».