Ribó vende como logro propio unos bancos para sentarse que ya estaban en la polémica reforma de la plaza del Ayuntamiento

El alcalde Joan Ribó asegura que como la ciudadanía le ha pedido bancos en la plaza les ha escuchado. pero olvida que en la polémica reforma de la palza ya estaban contemplados esos 50 bancos.

En la reforma de la Plaza quedaban aún los bancos, las zonas de juegos y sombraje y hasta las banderolas de publicidad que nunca llegaron.

La realidad es que el alcalde vende como que ha escuchado a la ciudadanía, pero lejos de lo sucedido. Desde que en junio pasados e empezó la polémica reforma, quedaron flecos tras acabar agosto la reforma.

Una reforma de la Plaza aún sin culminar tras 8 meses

Quedan por poner las banderolas, que tras una prueba se vio la seguridad no era la correcta, una simple ventoleralas tumbaba, con lo que quedaron pendientes. Pero también las dos pérgolas con sombraje de plantas o la zona de juegos. Además faltaban los bancos.

Así, la obra se ha extendido más de un año y parece la val culminando a pedazos. Los bancos han tardado seis meses en ser colocados y aún faltan esas pergolas con sombraje de plantas y hasta la zona infantil. A este ritmo cuando se vaya a construir la plaza con el diseño definitivo todavía estaremos pendientes de algún elemento provisional.

Tras 8 meses del inicio de las polémicas obras, has tenido que cambiar al menos un 30% de las plantas de los maceteros que se han muerto por falta de riego. También se han colocado nuevos maceteros de hierro traídos de otros puntos. La plaza es un erial con falta total de sombraje.

Campaña de marketing de Ribó que esconde la falta de transparencia

Ribó vende ahora que ha escuchado la ciudadanía «pedístéis bancos y os los he dado». Una sinvergonzonería propia de quién no recibe más que a sus afines. En un programa de «Parla en Joan Ribó» en el que sólo se cita con afines o acólitos y niega por problemas de agenda a quién no es palmero. Un alcalde que gobierna para unos pocos, justo lo que criticaba de anteriores gobernantes.

Las quejas en el Ayuntamiento han aumentado un 100% y las reclamaciones se multiplican. Ni siquiera se escucha al Sindic d’Agravis que en 2020 acumuló 84 quejas y recomendaciones no resueltas.