El Ayuntamiento licita por contrato menor a dedo el inventario y catalogación de los lugares de la II República por 6.581€

El Ayuntamiento de Valencia, através de la Concejalía de Patrimonio, Recursos Culturales y Bienestar Animal adjudica un contrato menor para catalogar los lugares de la II República. Un trabajo propio de los técnicos de la concejalía. Este trabajo además corresponde a la concejalía de Urbanismo que es la que realiza la catalogación de espacios en Valencia.

Un maremagnum de reconocimientos a la república de palabras que no de hechos. Ya que cabe destacar la escasa o nula protección que nos ha llevado a perder joyas como el casino republicano del Grao.

Republicanos de boquilla

El casino Republicano carecía de cualquier protección municipal y fue el gobierno de Ribó el que firmó la licencia de obras que permitía su derribo. «No era ningún edificio histórico» dijeron entonces fuentes municipales del entorno de Compromís. Hoy hay un bloque de viviendas en su lugar.

El cine Metropol es otro de los ejemplos. Una sala que llegó a contar con 1.200 butacas y ejemplo del art decó y racionalismo valenciano. Aunque fue construído en 1.882 para uso residencial, el arquitecto valenciano Javier Goerlich le dió su aspecto definitivo en 1.929. Este edificio sufre una gran polémica, ya que el gobierno municipal pesidido por Joan Ribó quería dar el visto bueno para su derribo igualmente. Actualmente carece de ninguna protección gracias al Ayuntamiento de Valencia.

Los refugios de la guerra civil

Los refugios se encuentran en muchos casos abandonados a su suerte. Así, aunque se han abierto y rehabilitado parte de los mismos, siguen desprotegidos ante el vandalismo de pintadas que se suceden cada semana. Como es el caso de los de Serranos y Calle Alta.

Otros siguen llenos del fango de la riada, con  nula intervención, y si bien se conoce la ubicación de algunos otros, no se ha procedido a ninguna cata en los mismos.

Llama poderosamente la atención de este contrato si bien después se ignora el asunto como relevancia histórica permitiendo sean los edificios derruídos.

Un nuevo contrato menor de importancia capital en época de pandemia con miles de muertos.