– José Luis Galbis: “En conciencia, yo no puedo quitar la vida voluntariamente a nadie, sino procurarla, intentar sanarlo o acompañar aliviando el dolor”
– José Pascual Bueno: “Defendemos el cuidado y acompañamiento de los mayores poniendo en el centro a la persona y su dignidad”
La Semana por la Vida, organizada en la Archidiócesis con motivo del Día Internacional de la Vida -el pasado 25 de marzo- actúa como altavoz para difundir el mensaje de la defensa de la vida con distintos actos como misas, mesas redondas, exhibición de películas y una marcha reivindicativa, entre otros.
La defensa de la vida está relacionada con temas tan relevantes como el acompañamiento a las personas mayores, los cuidados paliativos y la Ley de Eutanasia, y la objeción de conciencia, y sobre ellos ofrecen su valoración y análisis dos médicos valencianos especializados en la atención y cuidado de la tercera edad: José Luis Galbis y José Pascual Bueno.
El doctor José Luis Galbis está vinculado al cuidado de mayores en residencias desde 1994 y los últimos 17 años ha ejercido como médico en la residencia de la Fundación San Antonio de Benagéber, perteneciente a Cáritas Diocesana de Valencia, compaginando esta labor con la de médico de urgencias en Atención Primaria en el Área de Xàtiva.
En el marco de la celebración de la Semana por la Vida, y respecto al debate en torno a la Ley de la Eutanasia, Galbis se postula como un defensor de los cuidados paliativos “que no son nuevos, siempre han existido, en los casos de enfermos terminales cuando se dan los denominados ´síntomas refractarios`; estos cuidados se utilizan para paliar estos síntomas y, así, el sufrimiento de estos enfermos en fase terminal. Repito: los cuidados paliativos se utilizan desde siempre. Actualmente hay gran confusión con estos conceptos en la sociedad, y muchos confunden cuidados paliativos con eutanasia”, indica el experto.
La Ley de la Eutanasia “no resuelve nada, sino que supone un problema”, precisa Galbis, que añade que “creo que es un problema profundo el pensar que uno mismo u otra persona pueda decidir sobre si vivo o muero, hasta qué punto tenemos derecho a decidir sobre la vida y la muerte, esto es un problema serio, enlazado, además, con la objeción de conciencia, porque hay médicos que, en conciencia, objetamos esta práctica (la eutanasia)”, explica Galbis, colaborador de la delegación diocesana de Enfermos y Mayores desde su puesta en marcha.
Al respecto, Galbis apunta que “ahora nos encontramos, muchos médicos, en la situación de que esta Ley nos dice que tenemos que utilizar un tratamiento que facilita la muerte de una persona pero, en conciencia, yo no puedo quitar la vida a nadie voluntariamente, sino procurar la vida, intentar sanarlo o acompañarlo en el sufrimiento aliviando los síntomas y el dolor”.
En esta misma línea, “es muy importante dar a conocer la existencia del Documento de Voluntades Anticipadas, para saber si el paciente ha expresado su deseo de no ser asistido con medios más allá de lo normal para mantenerlo con vida, y eso tampoco es eutanasia”.
Por último, en cuanto a la evolución del modelo de residencias para mayores, Galbis confirma que en los últimos años se ha producido un cambio “a mejor, y es complicado porque implica reorganizarse de otro modo, organizar el personal y los medios de un modo distinto a como se hacía hasta ahora, hablo de las unidades de convivencia como forma de organización de las residencias, que aseguran la calidad de la atención y cuidados”.
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“Apostamos por el cuidado de los mayores en todas sus etapas sin perder nunca esa dignidad, tampoco en el final de la vida”
José Pascual Bueno se define como “médico de personas mayores en residencias” y su carrera lo refleja: más de 30 años dedicado a la atención de mayores -como médico y director de residencias- y a la docencia formando a profesionales sanitarios.
Durante doce años formó parte del equipo docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y colabora en tareas de divulgación con la delegación diocesana de Enfermos y Mayores del Arzobispado.
Igualmente, fue presidente de la asociación de residencias Lares Comunidad Valenciana y encabeza, desde su fundación en 2014, la asociación sin ánimo de lucro Dignitas Vitae, que tiene como finalidad “formar y sensibilizar al sector residencial sobre el cuidado y acompañamiento de los mayores poniendo en el centro a la persona y su dignidad”, explica el experto, vinculado al Humanismo Cristiano, al igual que las dos entidades mencionadas.
En los temas relacionados con los mayores “es mejor no generalizar, cada persona necesita su plan y hay que adaptar los cuidados de forma individual: no es lo mismo el mayor institucionalizado, en una residencia, con una dependencia o por decisión propia, que el que vive en su casa, sólo o en familia”, señala Pascual Bueno, Licenciado y Doctor en Medicina por la Universitat de València.
En la actualidad, en lo que respecta al cuidado de los mayores “vemos una tendencia al cambio en el modelo de residencias, que supone también un cambio en la manera de actuar, centrando la atención en la persona y es la residencia la que debe adaptarse a ella”, defiende.
Uno de los temas actuales que preocupa al sector de las residencias es la Ley de Eutanasia y su aplicación “pero, personalmente, me preocupa mucho más el tema de los cuidados paliativos, sobre los que se presentó en 2016 una proposición de Ley y que todavía está atascada en el Congreso y eclipsada por la eutanasia. Esa regulación, y su desarrollo, es necesaria: los cuidados paliativos, que empiezan en la Atención Primaria, nos ayudan a vivir y la eutanasia, a morir”, subraya.
Al respecto, el especialista precisa que las personas mayores “vienen a las residencias a vivir, y en la etapa final de su vida quieren hacerlo de la mejor manera posible, y para ello los cuidados paliativos son necesarios”. Desde la asociación Dignitas Vitae “apostamos por el cuidado de los mayores en todas sus etapas sin perder nunca esa dignidad, tampoco en el final de la vida. Con unos buenos cuidados paliativos podemos acompañar a las personas dignamente. Y no sólo hablamos de mayores: también de personas enfermas de cualquier edad, para evitar su sufrimiento”.
Además, “respecto a la Ley de Eutanasia, que regula una forma de morir, existe mucha desinformación, en general, en la calle, y en concreto, en el mundo de la salud, y también respecto a los cuidados paliativos. Es una pena que la ley se aprobara sin un debate previo que hubiera servido para informar y formar a todos los ciudadanos”.
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Cambia el modelo en las residencias: la persona tiene derecho a decidir
Durante la pandemia “se ha producido en el sector del cuidado de los mayores una tendencia a la revisión del modelo de las residencias. No significa que no se estén haciendo las cosas bien, pero podrían hacerse mejor”, comenta el experto, que cree que en 30 años “se ha dado una evolución evidente, pasando de un modelo inicial como asilo, con pocos medios y profesionales, a un modelo más profesional donde el usuario tenía poca capacidad de decisión, hasta llegar a la actualidad, donde el usuario es el que decide, tiene sus derechos, y el profesional debe darle su apoyo”.
Al hilo de este cambio de mentalidad, desde la asociación impulsan el Programa “No sujetes”, que ofrece “información y sensibilización a los profesionales de las residencias -también de hospitales y salud mental- para cuidar a los mayores sin usar sujeciones mecánicas, físicas o farmacológicas”. Y ha dado sus frutos: en España más de 1.000 residencias han eliminado el uso de sujeciones, un cambio promovido por varias entidades, una de ellas, Dignitas Vitae.
Sobre este tema, Pascual Bueno recuerda que “según la Organización de Naciones Unidas (ONU) las sujeciones suponen un maltrato a las personas y al usarlas se limita su libertad, y también su autonomía y dignidad”.
En cuanto a la objeción de conciencia, el doctor Pascual no es partidario de su regulación con una ley “porque ya está regulado en leyes internacionales”. Tal y como subraya, “se trata de un derecho individual que se puede ejercer y no me parece correcto que existan listas con las personas que lo ejerzan. El tema de la objeción de conciencia es uno de los agujeros negros relacionados con la Ley de Eutanasia a los que deberían darles luz”.