Jornada de voluntariado ambiental de limpieza del Plaja Can de Pinedo

Un grupo de personas voluntarias han llevado a cabo una jornada de limpieza en Plaja Can (Valencia), seguida de un picnic vegano.
Según han declarado, «el objetivo de esta acción es el cuidado y la protección del medio marino y de sus habitantes. Pues el mar Mediterráneo sufre desde hace años alteraciones derivadas de actividades humanas como la contaminación y la destrucción del ecosistema. Alteraciones que están teniendo efectos devastadores sobre su flora y su fauna.«
Este singular ecosistema marino conforma el mar interior más grande del mundo. Sus más de dos millones de kilómetros cuadrados de superficie son el hogar de aproximadamente 17 mil especies de seres vivos. Precisamente por su condición de mar cerrado con sólo una salida al Océano Atlántico por el Estrecho de Gibraltar, se trata de un medio particularmente sensible a las perturbaciones.

Medio millón de toneladas de vertidos al año

Se calcula que cada año se vierten en sus aguas más de medio millón de toneladas de petróleo, residuos y sustancias de diferente grado de toxicidad.
Según estas persoans son procedentes de los buques y barcos que navegan por sus aguas. También de las industrias químicas situadas a lo largo de sus costas. Además de por la agricultura, especialmente plaguicidas. También de las explotaciones ganaderas, sobre todo sustancias orgánicas tóxicas que son arrastradas por los vientos y cursos fluviales.
La actividad urbana contribuye en gran aprte a este vertido. Con detergentes, basura y aguas residuales.

«La mayor parte de las aguas de alcantarillado de ciudades y pueblos llega al mar sin ser sometida a un tratamiento de depuración.»

Análisis de las basuras en el mar

Continúan explicando: «Del total de las muestras de basura analizadas en aguas del Mediterráneo, el 96% son plásticos. Los sedales y redes de pesca abandonadas, al igual que los anillos y envoltorios de los paquetes de latas enredan y apresan a los animales causándoles graves lesiones, incluso la muerte. Los animales marinos, a excepción de los cetáceos, no suelen despertar la misma simpatía que otras especies que nos resultan más cercanas como primates, perros o gatos. Sin embargo, la evidencia científica muestra que todos los animales poseemos mecanismos mediadores de la respuesta dolorosa».
«En general se ignora lo injusto que supone utilizarlos ¿A quién le importa la existencia de una humilde sardina?. Sólo a quienes pensamos que no tenemos derecho a disponer de los individuos de otras especies sin la menor consideración por sus vidas. Cada individuo tiene su razón de ser, que no es de nuestra incumbencia, no son objetos sometidos a nuestras extravagancias.»

«Si seguimos con esta mentalidad antropocéntrica no somos diferentes de quienes arrasan los montes o deforestan la selva amazónica (que tantos lloros desata en las redes sociales). Debemos respetar a los demás animales como individuos que tienen el mismo interés por vivir que un ser humano. No hay ninguna razón para seguir usándolos y todas para dejar de hacerlo.» Concluyen en un comunicado.