Vilaseca: «El arquitecto Josep Blesa la lía en Twitter, de «puta España» a «fills de putes balenzianos»»

Vilaseca: «El arquitecto Josep Blesa la lía en Twitter, de «puta España» a «fills de putes balenzianos»»

Artículo de Opinión de José Vilaseca

En la actualidad, donde la presencia en redes sociales es tanto o más importante como el impacto comercial físico, muchos profesionales de distintos campos han visto gravemente salpicada su imagen por declaraciones subidas de tono, cuando no directamente incendiarias, en la plataforma del pájaro azul.

Ejemplos cercanos como la actriz Anabel Alonso o el diestro Cayetano Rivera, últimamente más populares por sus comentarios virtuales que por su labor en el cine o el ruedo respectivamente, nos ilustran hasta qué punto se deben cuidar ciertas opiniones para no caer en una vorágine de publicidad negativa y pésima imagen de marca.

El último pez en morir por su boca, si me permiten el símil, ha sido el arquitecto Josep Blesa (Valencia, 1960), responsable de BlesArq Estudio. A pesar del rotundo fracaso de su aventura como promotor inmobiliario, sobre la que pasa de puntillas cuando se le pregunta por tal cuestión, no le importa jactarse de su pertenencia a grupúsculos y asociaciones de corte pancatalanista, como Acció Cultural del País Valencià y la Sociedad Coral El Micalet, o aparecer como valedor habitual del diario digital separatista Vilaweb.

Sin embargo, en esta ocasión la verborrea habitual de Blesa se ha retorcido hasta el punto de llegar al grave insulto a sus propios conciudadanos (a los que se refiere como “filldeputes balenzians” –sic-), al país al que pertenece (empleando el término siempre socorrido entre los nacional-catalanistas “puta España”), y llegando a amenazar a otros usuarios de Twitter con “dar leña” acompañado “de unos amigos balcánicos, que sí que han estado en una guerra de verdad”. Por si no fuera suficiente, en un momento del encendido debate decide “repartir carnés de ciudadano valenciano” sólo a quienes hablen valenciano, considerando que quien no lo habla, no es valenciano.

Intolerable para alguien que maneja proyectos de centros públicos (el próximo, anunciado a bombo y platillo en su propia web, el del Instituto de Secundaria de La Patacona), al que esa sociedad valenciana que desprecia va a pagar generosamente y que, curiosamente, presenta la web de su empresa en un castellano cervantino que choca frontalmente con su opinión acerca de “los nuevos ciudadanos valencianos” o la misma España, a quien dedica numerosos insultos en otros tantos tuits.

En esta ocasión, sus víctimas han sido distintos representantes del valencianismo cultural y político local, como el divulgador Eduart Sanchis, el tertuliano y erudito Joan Ignasi Culla, el comunicador Pepe Herrero y el pedagogo y escritor José Vilaseca. A pesar de ello no se trata de la primera “pasada de frenada” del arquitecto: en diciembre de 2018, en una de sus numerosas puyas al diario “Las Provincias” en su formato digital (que nombra, despectivamente, como “Las Colonias”), se refería a los historiadores del arte como “piojosos” y sobre los que pedía “provocarlos hasta extenuarlos”, en un menosprecio a su labor que supuso una airada queja de la Societat Valenciana d’Historia de l’Art, que en aquel momento lo definieron como “ejemplo de la actitud de algunos arquitectos de esta ciudad que ha campado a su aire. Intolerantes e incapaces de entrar en el más mínimo debate de ideas”.

Un triste nuevo capítulo de un profesional más conocido por sus estériles aportaciones en redes sociales que por sus discutibles concesiones, envueltas en la polémica en más de una ocasión. Solo nos queda saber si la próxima vez que sepamos algo de este curioso personaje será por su labor como arquitecto o tras la pancarta de Acció Cultural del País Valencià, en esa manifestación aún no autorizada con la que amenazan recorrer las calles de Valencia el próximo 9 de octubre por la tarde.

OPINIÓN- José Vilaseca