Fernando de Rosa «Es triste ver la situación laboral por la que atraviesan nuestros sanitarios»

Fernando de Rosa «Es triste ver la situación laboral por la que atraviesan nuestros sanitarios»

Es triste ver la situación laboral por la que atraviesan nuestros sanitarios. Han sido meses muy duros en lo que a la salud pública se refiere, y esa situación ha requerido que todos hayamos tenido que dar lo mejor de nosotros mismo.

Especialmente, el colectivo médico-sanitario ha estado a la altura luchando sin descanso y es una vergüenza la situación en la que se encuentran.

Al Gobierno, en especial su Presidente Pedro Sánchez, se le ha llenado la boca en sus homilías laicas durante el estado de alarma, diciendo que el Gobierno iba a salir en rescate de las personas. Prometían salvar a todos. De hecho, la frase que se ha repetido de manera incansable y machacona para que calara en la sociedad, era que nadie se quedaría atrás. Terminado el confinamiento, hemos llegado a esa «nueva normalidad» que como Tierra prometida se nos quería vender.

Sin embargo, las autoridades sanitarias central y autonómica, no están sabiendo responder de manera adecuada a los nuevos rebrotes del Covid-19 que se están produciendo.

Durante el estado de alarma se nos decía que era una situación que no se podía prever y en eso se escudan Sánchez y Puig para justificar su ineficacia. Ahora ya han pasado varios meses. El discurso de la sorpresa, de luchar contra lo desconocido, ya no sirve. De nuevo, ineptitud y mala gestión vuelven a caracterizar la gestión de los gobiernos central y autonómico valenciano. De hecho, hay que plantearse que no se está prestando una atención adecuada ni a las personas enfermas ni a los sanitarios. Basta ver cómo se han incrementado las listas de espera en la Sanidad, o cómo se está gestionando indebidamente la crisis sanitaria actual. En definitiva, esa mala gestión por parte del gobierno central y autonómico está generando una deficiente prestación del servicio, no por la falta de calidad de sus trabajadores, sino por la ausencia de compromiso de las Administraciones Públicas.

Una muestra de esa deficiente gestión la hemos vivido estos días en los que se ha convocado una huelga de los trabajadores de la sanidad, en contra de las políticas del Gobierno al se le llena la boca diciendo que quieren salvar a todos y lo que están haciendo es hundir a toda una Nación.

En la Comunitat Valenciana los médicos interinos residentes han solicitado la dimisión de la Consellera de Sanidad Ana Barceló, por las deficientes condiciones laborales y de estrés a que están sometidos.

Durante los últimos meses, han estado en la primera línea de batalla contra el Covid-19, dándolo todo, sin los medios necesarios. A alguno de ellos, incluso le ha costado la vida. Es el momento de que la Generalitat negocie con ellos las mejoras de sus condiciones. La Sanidad funciona adecuadamente con el trabajo de todos, también de los médicos residentes.

La mala gestión que caracteriza a la Consellera de Sanidad y al Presidente Ximo Puig, también se puede apreciar con los nefastos resultados obtenidos tras los dos años de reversión en la gestión del Hospital de la Ribera en Alzira. Al poco tiempo, ya se podía apreciar su mal funcionamiento, como denunciaban los trabajadores.

El departamento de Salud La Ribera estuvo funcionando durante unos veinte años como una concesión administrativa. Durante ese tiempo, la gestión y el funcionamiento fue eficaz.

Este Hospital era un referente en su gestión, durante la cual recibió el  Premio Hospitales TOP20 valorando diferentes parámetros de calidad y  eficiencia. Por el contrario, la reversión está implicando, a efectos prácticos, un sobrecoste de al menos 76 millones de euros, sin que haya tenido impacto positivo en la atención a los pacientes.

A los socialistas les incomoda la iniciativa privada.

Dicen que no hay dinero para ayudar a los autónomos, o en general, para ayudar a la gente. De hecho, más de 84.000 autónomos se han quedado sin ayudas de la Generalitat. Sin embargo, la operación de maquillaje político que se aplicó en el  hospital de La Ribera, ya ha supuesto ese gasto.

Además, se ha producido un aumento en las listas de espera, con un gran volumen de derivaciones a centros privados para pruebas diagnósticas y un importante incremento de gastos en insumos sanitarios.

De hecho, hay suministradores de medicamentos que están cobrando a la Generalitat el doble de lo que se cobraba cuando la gestión  era privada. Otro ejemplo más de cómo la Generalitat malgasta el dinero, dejando atrás a un gran número de personas y familias.

En resumidas cuentas, como digo, una pésima gestión. Los socialistas han criticado el modelo público- privado de gestión del Hospital de la Ribera y con sus decisiones lo han convertido en lo único que saben hacer: empeorar la gestión de la sanidad