La esperanza es el sueño de los que están despiertos

“La esperanza es el sueño del hombre despierto” es una frase célebre del filósofo griego, Aristóteles, que vivió del año 384 al 322 antes de Cristo. Con la misma, se pone de manifiesto que con capacidad y determinación pueden alcanzarse los sueños.

Ha pasado mucho tiempo desde que se formuló esta máxima de la filosofía aristotélica. Sin embargo, sigue estando plenamente en vigor. Por eso, también con esperanza e ilusión la quiero aplicar al momento en que nos encontramos, inmersos en una intensa campaña electoral.

  • Los valencianos y valencianas emitiremos nuestros votos el próximo fin de semana. El domingo 28 de mayo elegiremos a quienes queremos que estén al frente de nuestros Ayuntamientos y en el gobierno de la Generalitat.

A lo largo de la campaña electoral hemos podido apreciar los dos grandes modelos que se ofrecen a la ciudadanía.

Por un lado, está el modelo acabado, “quemado”, del tripartito de izquierdas. Por eso, a lo largo de esta campaña el partido socialista, los nacionalistas de Compromís y EU-Podemos se han limitado a “vender humos”.

El vendehúmos es una persona que ostenta o simula que tiene valía y, sin embargo, carece de ella. Estos años de tripartito han puesto de manifiesto que son incapaces de generar ilusión en la ciudadanía.

Los únicos “humos” que ofrecen, por ejemplo, son los de su nefasta gestión medio ambiental que ha posibilitado que los incendios forestales hayan golpeado tan duramente la Comunitat Valenciana. No debemos olvidar incendios tan graves como el de Bejís o el Vall D’Ebo, o las ocurrencias para prevenir incendios consistentes en dejar abandonados a diez burros en el Desierto de Las Palmas que acabaron muertos por inanición.

  • Por otro lado, en esos humos que se venden, algo “huele a chamusquina” en la gestión de la contratación del hermanísimo del candidato Puig.

El tiempo, la mala gestión y creerse autosuficiente e invencible ha acabado quemando al candidato Puig, incapaz de plantar cara al Gobierno social-comunista ante la deficiente financiación de la Comunitat o la falta de agua en nuestros campos.

  • Por otro lado, Compromís se acabó quemando con la salida de Mónica Oltra del Gobierno de la Generalitat.

La “política social” de la coalición nacionalista está claramente en entredicho y si bien han mandado a Baldoví a que apague los fuegos, las guerras internas volverán una vez termine el proceso electoral.

  • Y Podemos, ni “está ni se le espera”. A lo largo de estos años de tripartito no ha aportado nada.

Martínez Dalmau salió huyendo cuando vio que el barco se hundía. En materia de vivienda social, por ejemplo, nada han hecho, eso sí, no han escatimado para la reforma del palacete en el que se sitúa la conselleria.

En definitiva, como puede verse, se trata de un modelo de gestión en descomposición, que ofrece un balance claramente negativo.

Frente a todo esto, hay otro modelo, otra forma de entender la gestión y el servicio a los intereses de la Comunitat Valenciana y de sus habitantes. Ese modelo lo ofrece el Partido Popular con Carlos Mazón al frente.

  • El Partido Popular está demostrando en esta campaña que tiene ganas, aptitud y actitud para ponerse el frente del Gobierno de la Generalitat Valenciana.

Ya está bien del ninguneo que sufre la Comunitat por parte del Gobierno social-comunista. Es el momento para que la ciudanía pueda soñar estando despierta, pues el infierno fiscal del tripartito se va a acabar. Esto no son meras palabras o promesas electorales. En las Comunidades en las que el Partido Popular gobierna, han desaparecido los impuestos de la muerte, y se ha aliviado notablemente la presión fiscal a particulares, empresarios y autónomos.

  • A su vez, es momento de que nuestra lengua y señas de identidad sean respetadas.

Para ello, se van a blindar con una ley de reconocimiento, protección y promoción de las señas de identidad el pueblo valenciano, como ya hicimos en el año 2015. Ya está bien que el dinero de los valencianos se destine a subvencionar a entidades catalanistas que buscan e impulsan la fractura.

  • Son muchos los frentes a los que hay que atender y recomponer todo lo que la desidia y el mal gobierno de Puig y los suyos han generado.

En definitiva, con determinación y capacidad pueden alcanzarse los sueños. Es preciso acabar con la “pesadilla” del gobierno de la izquierda, y despiertos, ponernos a “soñar”. Con ilusión y humildad, el Partido Popular se pone al servicio de la Comunitat y de sus habitantes para devolverles la esperanza y la ilusión en el futuro. La sociedad valenciana tiene derecho a soñar.

Fernando de Rosa