Este cierre, confirmado por la verdadera “jefa” socialista, la delegada del gobierno Pilar Bernabé, supondrá que desaparecerá el lugar donde se origina el 45% de la energía que consumen dos millones de hogares valencianos, además de la mayoría de industrias de la Comunitat. Pero lo más sorprendente, si aún nos sorprende algo de este gobierno sanchista, es que la delegada ha llamado “trumpista” a Carlos Mazón por defender la economía de esa comarca y la independencia energética de nuestra Comunitat.
El cierre también condenará a la ruina económica a toda una comarca como es la del Valle de Ayora-Cofrentes.
Sin la central se incrementará el grave riesgo de despoblación en que se encuentra en la actualidad. Esta central emplea directamente a 750 trabajadores y muchos cientos más de forma indirecta, en una comarca con 9.656 habitantes y que genera 11 millones de euros a los municipios de la comarca.
El gobierno de España no ha explicado si existe un plan alternativo suficientemente realista a 5 años vista que evite que la Comunitat pierda la soberanía energética y que provoque que la producción energética en España caiga más de un 5%, condenándonos a depender aún más del gas ruso o argelino con las consecuencias graves para nuestra economía como ya hemos comprobado tras el conflicto entre Marruecos y Argelia por el Sahara, o con la invasión de Ucrania por parte de Putin.
El cierre de la central nuclear de Cofrentes encarecerá nuestra factura energética y elevará las emisiones de CO2, como han puesto de manifiesto muchos países europeos que están desplegando una nueva política de apuesta por la energía nuclear que ha sido declarada por la Unión Europea como energía limpia. Esta política ha obligado a la aún ministra española, Teresa Ribera, a cambiar su argumentario tras ser nominada a comisaria europea: en España es antinuclear y en Europa está defendiendo como energía “verde” la energía nuclear por ser “un sistema energético libre de emisiones”, toda una muestra de cinismo político, pero como es sabido, Bruselas bien vale un cambio de opinión para los políticos sanchistas. Así pues, Reino Unido va a multiplicar su capacidad nuclear por cuatro; Bélgica ha extendido la vida útil de dos centrales similares a la de Cofrentes; Suecia está construyendo centrales nucleares, igual que Francia; Suiza va a derogar la ley que prohibía construirlas; Alemania ha abandonado la centrales de gas por las nucleares e Italia está elaborando una ley para generar energía con nucleares. No hay que olvidar que hoy en día hay hasta 20 centrales nucleares en construcción.
Para el crecimiento económico de nuestra Comunitat es necesario que seamos independientes “energéticamente hablando” como ha puesto de manifiesto el President Carlos Mazón
Si se cierra Cofrentes no habrá más remedio que acudir a centrales de ciclo combinado y al gas que son altamente contaminantes, ya que el gobierno de Puig provocó un colapso en la apuesta de las energías renovables que impiden cubrir la producción necesaria de energía para cubrir el vacío que va a provocar el cierre de Cofrentes.
Si Sánchez cumple su amenaza de cerrar la central de Cofrentes, la factura de los consumos relativos a la energía y del agua afectará a nuestros bolsillos, ya que subirán hasta un punto de difícil pago para las rentas medias y bajas. De igual manera, cercenará la viabilidad de pequeños negocios e industrias que no podrán sobrevivir y en consecuencia, aumentará el paro, y todo ello por una decisión meramente ideológica que está siendo abandonada por todos los países europeos excepto España.
La apuesta del President Mazón es compatibilizar la energía nuclear con las energías renovables para llegar a la soberanía energética.
Así, el mantenimiento de Cofrentes va en la línea de multiplicar también la potencia de las renovables (solares, eólica e hidráulica), porque todo es imprescindible para nuestro desarrollo económico. El rechazo de la energía nuclear por simple sectarismo solo es fruto de la pobreza intelectual y política y de ese sectarismo nos curamos los alicantinos, castellonenses y valencianos el pasado 28 de mayo de 2023 expulsando al PSPV, Compromís y Podemos a la oposición.