Ferran Gil: Circus municipal

Circus municipal. Opinión semanal en Valencia News de Ferran Gil.

Es un hecho tan incontestable, como evidente que la mayoría de medios de comunicación, ya sean de prensa, radio, televisión o digitales, tienen que estar agradecidos a nuestro Ayuntamiento de Valencia con su gobierno al frente. Periodistas, redactores, columnistas, locutores, analistas y resto de colaboradores, encuentran en él un filón de oro al que sacarle el máximo lustre, un limón donde exprimir todo el jugo informativo y encima a diario con noticias que en ocasiones rozan el espectáculo político en el que se está convirtiendo el hemiciclo. Ganas dan de crear una exclusiva sección con el título de cabecera «Circus municipal».

Veamos unas perlas del tesoro de los últimos días. Aleatorias. Sin orden alguno.

– Arcos chinos. Refinamiento en la ornamentación oriental ante la avalancha de protestas vecinales y críticas en contra. Sandra Gómez asegura no serán recargados ni pomposos (con cierto punto garrulo, añado), sino «un elemento, símbolo, pequeño arco o placa». Supongo tendrán perfiles de oro con un presupuesto de 14.000 euros. ¡Ah! Y elegantes, muy elegantes, palabra que menciono varias veces. Propongo que el detalle vista de chaqué y pajarita si es masculino, en caso contrario, traje largo y pamela.

– Gulliver. Tras catorce meses cerrado y después de un pequeño retoque de chapa y pintura para evitar los conocidos desgarros de pantalones que se producían al deslizarse, tuvo que cerrar a las pocas horas de su apertura ante las quejas de los niños de un colegio que manifestaron sufrir de picazón y escozores que les provocaron irritaciones y erupciones en la piel de extremidades al tirarse por las rampas, al parecer por defectos en pinturas o barnices. Otra vez a tirar de candado.

– Monolito. La reciente última ocurrencia de Compromís, tutelada por el dedazo largo del alcalde Ribó, es la instalación en la plaza del consistorio, de un monolito conmemorativo del 15M. Sectarismo marca de la casa que ha irritado no solo a la oposición, sino también a sus socios socialistas de gobierno por considerarlo poco inclusivo al no respetar los ideales de una mayoría de ciudadanos. Y encima sin consensuar. Para el primer edil la plaza es suya y de los suyos.

– Bus. Replica de la alcaldesa sin salir de la plaza mayor. Amparándose en la discutida y polémica «participación ciudadana» (en el anterior caso, ni eso) desvela que, en la remodelación definitiva de esta, el proyecto será cien por cien peatonal y por tanto limpio de tráfico público y privado. Sin la fracasada línea C1 de la EMT que se sacó el italiano de la chistera. Quiero pensar que entre las insignificativas decenas de votantes no habrán participado grupos de la tercera edad, dependientes o de movilidad reducida. Claro, es que para estos la plaza no es suya.

– Albergue. Una iniciativa que hace tiempo debería de ser una realidad como el albergue municipal para los «sin techo», que por fin se anunciaba por la regiduría de Bienestar Social en Patraix, queda abortada al día siguiente, por estar proyectada en un solar que está adjudicado para otro uso. La política intermitente. Viva la coordinación.

– Juntas Municipales. Mes y medio tardan algunas en dar cita para cualquier tramitación o papeleo, entre ellos la solicitud de tarjetas bono de la EMT o cualquier otra documentación. Como para tener una urgencia. Una vergüenza que refuerza la mala gestión del consistorio, si es que la hay.

Y la función sigue que los numeritos no se acaban.

Lástima no viva nuestro genial paisano Berlanga. ¡Como disfrutaría!

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