Fernando de Rosa: «Docuserie en la Moncloa»

Esta semana que termina hemos sabido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está grabando su propia docuserie. La productora responsable de la grabación nos “amenaza” con un total de cuatro capítulos en los que se pretende mostrar el día a día en Moncloa, destacando “las facetas más personales y humanas” del presidente.

No está de más afirmar que si es preciso mostrar esas facetas del presidente del Gobierno, poniendo los focos en esa dirección, es porque, precisamente carece de ese carácter personal y humano que quiere resaltarse. Un presidente hierático, frío y calculador, instalado en la mentira como instrumento para hacer política, quiere transmitir una imagen cálida bajo el foco de la iluminación que le ponen los suyos, maquillando la realidad.

El director de la docuserie justifica su trabajo afirmando que, de esta manera, los ciudadanos van a tener la posibilidad “de tener un acceso (…) transparente, libre y honesto al día a día de la presidencia del Gobierno”, añadiendo que es un gran logro de la democracia.

  • Este formato, en nuestro país, había sido utilizado por personajes del mundo de la farándula o del cine, y ahora hace uso del mismo, la presidencia del Gobierno.

Resulta insultante al sentido común y a los valores y ética democrática, que en los momentos duros de la pandemia se cerrara el Portal de Transparencia, y ahora se nos quiera vender esta docuserie como una manera de evitar la opacidad. Además, es muy peligroso que la palabra democracia se vincule a una docuserie para autobombo del presidente del Gobierno.

No olvidemos que Hugo Chávez, nada sospechoso de ser un gran demócrata, tenía su propio programa de televisión “aló presidente” con el que utilizaba las ondas para legitimar su política de desprecio al Estado de Derecho y a la democracia. Después, Maduro, continuó en esa misma línea. De igual manera, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, tenía un programa semanal de radio y televisión para vender los logros del comunismo, o el presidente ruso también ha tenido su programa, conocido como “conversación con Putin”, y su docuserie de cuatro capítulos: “the Putin interviews”.

La sede de la soberanía popular es el Parlamento, y es ahí donde el presidente del Gobierno debe rendir cuentas, aunque ya sabemos que este tema incomoda a un partido socialista que ha demostrado con sus actuaciones el desprecio absoluto a las Cortes Generales, con el cerrojazo al parlamento y que fue declarado inconstitucional.

  • ¿Por qué Pedro Sánchez necesita de una serie de televisión para transmitir el mensaje que pretende que cale en la ciudadanía? La respuesta es muy sencilla:

Con el “maquillaje” que le dan los suyos, quieren mostrar el “perfil bueno” del presidente, ocultando las innumerables sombras que empañan su gestión.

El mundo está conmocionado por las imágenes que nos muestran las cadenas de televisión sobre la guerra en Ucrania. El éxodo de millones de personas, el bombardeo indiscriminado de instalaciones civiles como fábricas u hospitales. Niños que huyen asustados de la mano de sus madres, muertos, miles de ellos.

Mientras, los reporteros que hacen su trabajo en Ucrania, arriesgan su integridad y vida poniéndose delante de una cámara para informar al mundo de las atrocidades que las tropas rusas están cometiendo. Es preciso que queden documentado lo que nunca imaginábamos que podría producirse: el sufrimiento y la desolación de un pueblo por la barbarie de Putin y la deriva autoritaria de su gobierno.

Mientras esto acontece, Pedro Sánchez se pone delante de las cámaras, con una actitud claramente pueril. Se comporta como los adolescentes que en redes sociales se hacen fotografías en clara situación de riesgo, con la finalidad de obtener el mayor número de seguidores o de “me gusta”. No importa nada más: alimentar el ego. Si no fuera por la grave situación que atravesamos, se podría decir que esta docuserie, en realidad, es un sainete, algo grotesco o ridículo.

No estaría de más que Pedro Sánchez en vez de estar pendiente de su “docuserie-sainete”, prestara atención al culebrón político que llevó al horario de máxima audiencia de la vida política española al incorporar a los podemitas al Gobierno de coalición.

La admiración de Podemos por las dictaduras latinoamericanas, entre ellas la venezolana, y por el comunismo, está haciendo que se generen grandes tensiones y rupturas en el Gobierno de la nación. La crisis de Ucrania ha dejado fuera del encuadre de cámara a los podemitas, que con el paso cambiado se han posicionado junto a quienes nos respetan los derechos humanos y violan gravemente el orden internacional. Este culebrón carente de valores democráticos y de humanidad y empatía por las víctimas, acabará devorando a Pedro Sánchez.