Federico Bisquert «La crisis pandémica aiquila la recuperación empresarial»

La crisis pandémica aiquila la recuperación empresarial

Nadia Calviño, Vicepresidenta Segunda y Ministra de Economía del Ejecutivo español, en distintas comparecencias públicas que recientemente ha venido realizando, reconoce abiertamente que la incertidumbre económica es elevada entre el tejido empresarial español, aunque considera que hay señales para que depositemos confianza en la fortaleza de las empresas españolas, de algún modo distintos organismos económicos, como la OCDE, el Banco de España o la  Comisión Europea prevén  que la economía española crezca este ejercicio en torno al 5,6%, de hecho sería la de mayor crecimiento entre nuestros socios europeos, ahora bien no nos despistemos, ni nos confundamos, la crudo de este tema es que la caída en 2020, ha sido muy superior al 10%, lo que frenará en gran medida a que la producción española no se recupere hasta niveles estables hasta el año 2023, por parte del Ejecutivo, la AIRef y el FMI apuestan por unta tasa de crecimiento superior, que llega hasta el 6,5%, pero tengamos presente que nuestro retroceso en términos económicos es de por lo menos quince años, situándonos  en los niveles de 2006.

Lo cierto es que los días pasan, los meses también y los empresarios españoles comprueban como sus arcas se vacían y su endeudamiento se dispara, dependiendo directamente de la velocidad de vacunación que desarrollen nuestras autoridades y por supuesto de las ayudas públicas, que a esta fecha de los tan mencionados Fondos de Recuperación no nos ha llegado ni un euro y,  sin embargo,  el ciudadano de “a pie” se ha acostumbrado después de mas de un año de crisis Covid19 a vivir dentro de esta situación de incertidumbre y anormalidad, prácticamente sin acordarse de las cifras de contagiados y muertos, sin valorar los pronósticos y la realidad de la crisis, se nos ha adornado tanto la situación real, creando una falsa visión de la realidad y preconizado una situación ficticia de tranquilidad y seguridad, las cifras están ahí, a disposición de todos y no solamente hemos perdido a seres queridos, sino que hemos perdido nuestros puestos de trabajo y en general una parte importante de nuestras empresas, y cada familia está enfrentándose a su propio drama, y es que todos coincidimos, tanto los organismos económicos como los  políticos admiten sin rubor que resulta “difícil reevaluar o revisar las previsiones”.

Seamos pragmáticos y demos prioridad e importancia a la consideración práctica, ante la nueva ola de contagios y sus correspondientes restricciones, en el primer trimestre de este año se habla de una recuperación del consumo eléctrico, así como de un repunte del gasto con tarjeta de los españoles, de 160.000 trabajadores han salido del ERTE, pero la realidad es que “el dinamismo del mercado de trabajo está siendo inferior a otros años”, admite Nadia Calviño, aunque hay un criterio más o menos unánime y así se expresa desde el CGE, de que la recuperación pueda ser rápida y que a medida que vaya mejorando la situación se produzca un fuerte rebote, según Pich, presidente del CGE  “Los indicadores nos dicen que la recuperación va a ser muy fuerte aunque no va a poder limpiar la caída del año pasado”. Lo que tenemos delante es que la rentabilidad de muchas empresas se ha visto muy perjudicada, y principalmente en PyMes, tanto y en cuanto sus deudas se han disparado y van abocadas a la situación de insolvencia inminente elevando el volumen de quiebras empresariales, esas circunstancias hacen que no pueda descartarse que se produzca un importante volumen de insolvencias, dando lugar a un  significativo aumento de los niveles de desempleo en la población y que se merme incluso la solvencia bancaria. Frente a ello tenemos una serie de parámetros positivos que nos pueden situar en el intervalo de crecimiento durante este ejercicio 2021, como son el ahorro acumulado por las familias ante el descenso del  gasto; la firme intención, o al menos eso nos cuentan, de que por parte de la Administración Pública se siga prestando ayudas a empresas y particulares; y la recepción de los Fondos Europeos, que deberán destinarse a realizar una transición ecológica y digital en nuestro país y que puede significar un efecto multiplicador en la productividad de las empresas españolas.

Según la vicepresidenta Calviño hay que “evitar un impacto estructural en el empleo”, ya que hay sectores que se han visto especialmente afectados por la situación pandémica y estas actividades tendrán que ser objeto de reconversión inminente ya que se han quedado fuera de juego. Valentín Pich coincide en el análisis, indicando “Se trata de que cuantos más sectores no estén carcomidos, más podrán apuntalar la salida de la crisis”., apuntando que “no es el momento de grandes reformas, sino de gastar”, vamos que el objetivo no es otro que asegurar la supervivencia de las empresas mientras la vacunación da sus frutos, desde luego la inmunización es uno de los puntos más controvertidos y que generan un alto nivel de incertidumbre para los expertos. “Hay una variable que no dominamos que es la de la vacunación masiva”, puntualiza Pich. Tengamos en cuenta que debemos alcanzar ese 70% de población vacunada y que este inmunizada para la etapa estival o el turismo y la hostelería, no aguantarán el tirón afectando a otros sectores que también van a verse perjudicados y lo cierto es que el proceso de inmunización está siendo mas lento de lo previsto. Cuando un negocio cierra no es un simple número más sino una auténtica desgracia que afecta a más de un núcleo familiar donde puede verse comprometido todo su patrimonio.

La política que se está practicando es la, del gasto, ya que, desde los organismos públicos, se están facilitando distinto tipo de ayudas para sostener la economía, aunque esto conlleva a unas consecuencias inquietantes ante unas cuentas públicas tan deterioradas. “Sabemos que cuando esto termine volveremos a ver que la deuda pública será importante”, indica Pich; la Deuda Publica la tenemos ya muy cerca del 120% del PIB y seguirá creciendo durante el 2022. “Reformas, reformas y reformas”, pide el presidente del CGE y afirma que los “sacrificios de hoy tendrán sus resultados mañana”. Aunque también somos conscientes que la situación institucional no es la idónea para afrontar desde un punto de vista estratégico, el tipo de reformas que deben hacerse. Cierto es que los ERTE han funcionado bien de momento, al igual que los créditos avalados por el ICO, dos de las principales medidas introducidas por el Ejecutivo español para afrontar la crisis, de ahí que, la recuperación dependerá de que acertemos en el gasto y en la inversión como instrumentos para la recuperación.

Pues bien, ante todo este panorama, Unidas Podemos,  lleva hasta la fecha introducidas hasta 12 enmiendas para la aprobación del Proyecto de Ley sobre el Ingreso Mínimo Vital (IMV), sin lugar a duda punto importante de fricción y eso que son socios de gobierno, y aún estará en el caldo de cultivo de la discusión en el seno del Ejecutivo, puesto que lo previsto para este ejercicio, es que esta prestación solo alcanzará el 50% del objetivo propuesto por el Ministerio de Seguridad Social cuando se aprobó la medida, el alcance del Ingreso Mínimo Vital se queda en la mitad de lo previsto y además así lo estima la AIRef  que reduce su estimación del coste del ingreso mínimo vital para 2021 a la mitad, 1.500 millones de euros ya que el número de beneficiarios aprobados de la prestación está siendo muy inferior al número de beneficiarios potenciales estimados, de hecho casi la mitad de las prestaciones se deniegan por superar los umbrales de renta, vamos que de 1,2 millones de solicitudes del IMV, 600.000 se han denegado. Y es que el IMV no es la solución

Y si a todo esto le sumamos que la crisis covid19 ha reducido la riqueza financiera neta de las familias españolas hasta un 1,9% durante el ejercicio pasado, situándose en los 1.590 billones de euros, a finales del cuarto trimestre de 2020, según las cuentas financieras publicadas esta semana por el Banco de España, todo como consecuencia de la pérdida de valor de las acciones, con un impacto de 118.000 millones de euros, mientras que el ahorro clásico ganó peso, e indica el profundo temor de los ciudadanos ante la situación, de hecho el saldo  de activos financieros –dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta– de las familias llegó el pasado ejercicio 2020 a los 2.347 billones de euros, de todos modos es un 1,7% inferior al del ejercicio 2019, todo como consecuencia de la disminución por revalorizaciones netas negativas, de 118.100 millones ante la caída del precio de los activos en los mercados. Conclusión la Covid19 refuerza el perfil conservador del ahorro: casi un billón de euros (990.000 millones) están en efectivo, cuentas y depósitos, con un crecimiento interanual de casi el 10%. En fin, que la gente tiene guardadito el dinero por temor a perderlo. Hay que estimular la confianza del ciudadano.

La situación a fecha de hoy es que el Plan de Recuperación sufre otro retraso, lo que puede dar lugar a que hasta junio la Unión Europea no pueda avalarlo, aunque no parece que esto pueda hacer peligrar la recepción de los casi 150.000 millones que debe recibir España entre 2021 y 2027, y por supuesto alarga el calendario fijado en principio la Vicepresidenta Económica, Nadia Calviño, quien siempre ha mantenido desde un primer momento que Bruselas dispondría de la documentación española a finales de marzo, de haberse cumplido con los plazos previstos, y teniendo en cuenta que la Comisión Europea tiene un máximo de dos meses para evaluar los documentos y darles su visto bueno, la luz verde comunitaria habría llegado como muy tarde a finales de mayo y ahora como mínimo nos vamos a finales de junio… ¿podrán las empresas aguantar más demoras?… Los 27.000 millones de euros en transferencias directas que España tiene comprometidos para el ejercicio 2021 están todavía pendientes de que avancen los trámites necesarios entre nuestros socios comunitarios y que tienen que dar su visto bueno para que la Comisión pueda emitir Deuda, como por ejemplo, la ratificación en la decisión de recursos propios para que Bruselas se convierta en órgano deudor y que se encuentra aún paralizada en  el Tribunal Constitucional alemán… en fin, que seguimos invadidos por la incertidumbre

Federico Bisquert Lafuente

Economista