Federico Bisquert “España: el mayor desplome económico de los países desarrollados”.

Federico Bisquert “España: el mayor desplome económico de los países desarrollados”.

España es la economía número 14 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2019 fue de 1.188.867 millones de euros, lo que equivale a1.330.937 millones de dólares, con una deuda del 95,5% del PIB estaba entre los países con más deuda respecto al PÎB del mundo, que per cápita suponía 25.119 €/habitante y traducido a dólares son 28.120$/habitante y si somos 47.329.981 habitantes, la cifra que sale es para asustarse y mucho, solo tenemos que ver la última tasa publicada en agosto de variación del IPC, el -0,5%  y estamos entre los países de mayor tasa de desempleo y sin embargo nuestra casta política gobernante mirando para otro lado y despistando al ciudadano con otro tipo de información intrascendente, vamos que somos el vagón de cola de las llamadas economías poderosas, hasta que dejemos a este paso de ser clasificados como economía poderosa.

La situación de uno de los principales motores del país, el turismo, tiene un pésimo diagnóstico, si bien en un principio con los datos de junio parecía que había una incipiente recuperación, lo bien cierto es que tras contrastar los datos de julio y de agosto, la esperanzas de recuperación se han truncado por dos razones la bajada de visitantes de otros países y los rebrotes de la pandemia y consecuente crisis sanitaria, pero es que si nos adentramos en el mes de septiembre los datos van a peor con un descenso de mas de un 60% de gastos de tarjeta de extranjeros, comparados con los datos del anterior ejercicio. En el primer semestre estábamos en caída libre y aunque se ha vislumbrado una débil recuperación lo cierto es que no solo el turismo es el afectado porque si hablamos de otros sectores clave, como el comercio, la industria o la construcción no acaban de despegar y si a esto le añadimos un consumo retraído por las bajas expectativas los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) nos sitúan a la cola de los países avanzados y los grandes emergentes, de hecho se barajan cifras de que nuestro PIB con una buena administración pueda quedarse en diciembre en torno al 15% y no al 18,5% de caída que hemos sufrido, por debajo de las cifras previas a la crisis pandémica, sin embargo, Oxford Economics fija el dato en el 7%, lo que nos da a entender que la recuperación va a ser mucho más lenta, si es que realmente se produce.

Hasta la fecha gran parte de los daños económicos aún no se han transmitido con toda su crudeza a la sociedad, paliada esta situación con los ERTES y las facilidades crediticias, pero esto puede cambiar y bloquearse la situación, con lo cual la depresión sería mas dañina, los ciudadanos podrían reducir mas aún su nivel de consumo ante el temor de ser despedidos de sus trabajos, consecuentemente agravado por la dificultad de encontrar nuevos empleos ante la escalada de destrucción de puestos de trabajo, las empresas a su vez recortan inversión ante la reducción de la demanda y aplazan pagos ante el temor de perder su liquidez, que consideran necesaria para afrontar otro tipo de gastos imprevistos como el propio cierre del negocio y si entramos en este circulo vicioso el desplome será total. Lo cierto es que esto supone asestar un duro golpe a la economía española en este tercer trimestre, ya que si además contrastamos que el 25% del PIB entre los meses de julio a septiembre se debe al sector turístico y los datos que se nos están facilitando son bastante crípticos, puesto que el gasto de los turistas extranjeros ha caído el 79,5%, fomentado por rebajas de precios, estancias más cortas y restricción de otras actividades y el turismo interior también se ha desplomado algo más del 50%, y el resto de la industria lastrada por la caída de la demanda,  todo indica que el daño económico se agrava y se enquista. Y es que si comparamos el PIB del cuarto trimestre del 2019 con el segundo trimestre del 2020, la cada ha sido del -22,7% y los datos que arroja de julio a septiembre no son nada esperanzadores, si además hacemos la misma comparativa de periodo, con el número de horas trabajadas y aunque el empleo ha resistido estoicamente, la caída ha sido del 24,6% y si comparamos la inversión pues tres cuartos de lo mismo, hay una caída del 26,8%, así que todo esto tiene que hacérselo mirar este Ejecutivo desnortado que nos gobierna.

Vamos a empezar a pensar con la cabeza y en España como un todo de todos, olvidar las políticas de confrontación permanente, dejar de mentir y argumentar posiciones de despiste con políticas populistas y centrarse en las soluciones, ya que estamos generando un excesivo temor de nuestros socios europeos que denotan un escepticismo a la hora de pensar que seamos capaces de ordenar este país y encarrilarlo en la recuperación, olvidándose de la “memoria historica”, “pseudoplanteamientos respecto a la igualdad o feminismo”, “jugadas en atención al independentismo”… y un largo etc… de políticas de distracción y despiste… las cosas son lo que son y no lo que parecen.

Los ataques al Ejecutivo de Pedro Sánchez por parte de la prensa internacional son constantes y ocupan las cabeceras de los grandes diarios del mundo The New York Times, The Guardian, CNN, Le Monde, Bild, Der Spiegel, La Repubblica o Financial Times y es que esta prensa está siendo eminentemente crítica con la gestión de Pedro Sánchez y aquí parece que nos hayamos caído de una higuera, las cosas se han hecho mal o muy mal y hay que reaccionar y encauzar la economía española y gestionar con efectividad la pandemia y dejarnos de bobadas, apariencias “dimes y diretes”.

Lo bien cierto es que las arcas del Estado están vacías y para mas chulería Pedro Sánchez se opone a crear la agencia independiente que gestione esos esperados 140.000 millones de euros, pretendiendo ejercitar el control desde la oficina de Moncloa, creo francamente que está emborrachado de poder y pienso que es muy ingenuo si piensa que nos van a facilitar ese fondo europeo así como así y que los va a poder administrar libremente.

 

Federico Bisquert Lafuente

Economista