Enmieda a la totalidad. Valencia necesita un nuevo PGOU

La planificación urbanística en nuestra ciudad, hay que decirlo sin reparos, no es la adecuada.
En estos años de gobierno municipal de coaliciones no se ha puesto en marcha algo que yo creo que es urgente: un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Un nuevo PGOU que se haga pensando desde un principio en la ciudad que tenemos y la ciudad que queremos y necesitamos. En esa distancia entre lo que tenemos, queremos y necesitamos debe de existir una guía, un plan.
Lo que ahora mismo tenemos es una guía redactada a finales de los 80. Que nada se parecen sus previsiones a la realidad de la ciudad. Desde luego, no estaba pensado para la forma de proyectar la ciudad que ahora mismo necesitamos y que el futuro requiere.
Un buen ejemplo lo tenemos en el PAI de la Isla Perdida de Ruzafa en el cual el vecindario está apostando por la inmensa necesidad de renaturalizar el barrio frente a la opción escogida por la concejalía de urbanismo. Que es, para variar en la política socialista, ladrillo, ladrillo y ladrillo. Otro buen ejemplo lo tenemos en Benimaclet cuando las asociaciones del barrio dicen por activa y por pasiva que no quieren lo que se les propone, cuando los vecinos salimos por miles a decir que no queremos edificios sobre las huertas.

Urbanismo voraz de una especie de segunda burbuja inmobiliaria

Yendo a la raíz de problema, la ciudad de Valencia está siendo atacada por un urbanismo voraz. Una especie de segunda ola de burbuja inmobiliaria que busca generar negocio. No importa que la ciudad y la sociedad tengan otras necesidades. Y es que la ciudad tiene entre 40.000 y 60.000 viviendas vacías. No requiere de esas nuevas construcciones planificadas en los años 80/90 sino que requiere aprovechar las ya construidas. Esas viviendas podrían albergar entre 40.000 y 300.000 habitantes tranquilamente, es decir, no necesitamos vivienda nueva.
Quizás estarás pensado que esto es muy simplista, que quizás muchas de esas viviendas estén deterioradas, necesiten reforma o demolición. Pues bien, puede ser, pero eso no niega la mayor. No refuta que seguir levantando ladrillos sea innecesario (social, ecológica y económicamente). Lo que nos dice, en una acertada visión económica de la vivienda, es que sale más barato una reforma que una vivienda nueva y que es mejor aprovechar solares ya pertenecientes a la trama urbana y urbanizados que robar los espacios vírgenes que todavía nos quedan para entregarlos a las promotoras. Hay barrios, como Orriols, o Malvarrosa, o Zaidia que necesitan este tipo de inversiones para poder empezar a mejorar la vida de la gente y que la vida en los barrios sean mejor.

Reformar, invertir y cuidar

Por otro lado, si seguimos la idea de que no es necesario levantar de forma despreocupada más edificios, y por contra, sabemos que es imperioso renaturalizar la ciudad, allí donde tengamos un espacio apto para ser renaturalizado y puesto al servicio de la ciudad y la ciudadanía tenemos que hacerlo, como es el caso del PAI de la Isla Perdida. Algunos árboles más en algunas de las reformadas plazas tampoco estarían de más.
Valencia necesita un nuevo PGOU y parece que nadie en el consistorio está por la labor. Parece que nadie está por la labor en la concejalía de urbanismo de Sandra Gómez que es quien debería impulsarlo. En Podem venimos trabajando en ideas frescas, verdes y económicamente eficientes que rompen con las lógicas del ladrillo descontrolado. Desde Podem venimos trabajando ideas que ponen en el centro las necesidades de la ciudad y su ciudadanía y, a la vez, las demandas sociales. Hay que escuchar los vientos de futuro, hay que escuchar las voces de la gente.
Adrián Navalón
Secretario de Formación y Análisis Político de Podem Valencia