– En la riada de Valencia (me niego a llamarla Dana) hay muchas cosas raras, aparte de lo evidente.
Renfe dio aviso de que interrumpía el servicio a las 19:11 minutos del día 29 de octubre. Eso, para los que lo vivimos, es cuando el agua nos llegaba a la cintura. ¿Se evaporaron los trenes que pasan, por ejemplo, por Alfafar cada diez minutos? ¿O como parece más lógico se retiraron mucho antes? Es tener mucha suerte que la riada no pillara ningún cercanías, los que sí se vieron en medio, pero afortunadamente sin víctimas, fueron algunos de larga distancia. Viendo la cantidad de coches arrastrados por el agua, repito, es tener mucha suerte.
Nadie habla tampoco de la inundación de Cofrentes ¿Por qué será?.
Que no viniera el ejército en seis días, y que de la UME solo circularan los dos coches que se ven en el vídeo, tengo claro que es porque así se quiso. Es más, pienso que, de no haberse visto el recibimiento de Paiporta, a los reyes y el presidente, tampoco hubieran venido. De hecho, con lo que han enviado no tenemos ni, para empezar.
Se han despejado las calles, en unas zonas más y en otras menos. Se están amontonando coches de cualquier forma porque faltan medios. Casi un mes después, es todo bastante caótico. Quedan todavía montañas de detritus. Yo, hace días que no veo militares, no sé dónde estarán. Falta mucho trabajo por hacer y no es cuestión de palas y cepillos.
Los polígonos industriales son “tierra de nadie”, están casi como el primer día.
Entiendo que las poblaciones son importantes, pero en esos polígonos hay todo tipo de industrias, y es algo que no puede dejarse a los empresarios y trabajadores, porque hay cosas que requieren especialistas y maquinaria.
Y lo más raro de todo es que en pleno siglo XXI, con más tecnología y cámaras que nunca, nadie viera la riada. Nadie diera aviso. Nos aseguran los ecologistas y “expertos” que esto es por el calentamiento global, ese que predice con exactitud y precisión el fin de los días. Lo curioso es que esos mismos no son capaces de prever una riada.
Abrieron la presa de Forata y avisaron con un correo electrónico.
Como todo lo demás, avisaron tarde y mal, con correos electrónicos, se ve que nadie tenía un móvil a mano. O lo que parece más probable, solo se preocuparon de “dejar por escrito el aviso” y sacudirse las pulgas. Por simple sentido común, deberían haber hecho una llamada a la policía.
¿Se alivió además de Forata alguna presa más?. Es importante saberlo.
El cálculo electoral pudo ser lo que moviera al gobierno central a no enviar ayuda, para así desgastar al gobierno autonómico. Es probable porque es a lo que están, a seguir en sus poltronas a cualquier precio.
Ribera, la ministra desaparecida durante la crisis, se sacude el polvo con una frase de las que harán historia. “Hay que hacer caso de los avisos”.
Nadie puede decir esto si no se ve a sí misma con total impunidad. Se tiene que estar muy segura del blindaje. O como la ministra de defensa que nos dijo que “el ejército no puede estar para todo”. Y la más famosa del presidente del gobierno “si necesitan ayuda que la pidan”.
Y para rematar, aunque esto si lo esperábamos todos, las televisiones se encargan de extender el relato y tapar la realidad. Anuncios lacrimógenos pidiendo dinero, que a saber dónde va. Testimonios cortados cuando lo que se dice no conviene.
Las “ayudas” de Sánchez, el nuevo Sheriff de Nottingham, son préstamos para devolver en tres meses. Todo muy “normal”.
Tenemos absolutamente reventado el sistema de regadío. Una gran parte de nuestra industria jamás se recuperará y más de cien mil coches están pudriéndose en descampados y solares.