“Faust”, Grand Opéra francesa siguiendo los esquemas Meyerbeer, es una exitosa nueva producción del Palau de Les Arts Reina Sofía, en coproducción con otros coliseos: el Teatro alla Scala de Milán, el Staatsoper Unter den Linden de Berlín, y el Teatro Real de Madrid.
Una nueva puesta en escena que ha costado mucho sacar adelante, por la labor intrínseca, y que tiene un planteamiento de fantasía, con herencias del teatrín y los montajes de los musicales anglo-norteamericanos. Sólo así puede entenderse que Valentín, -quien parte para la guerra-, vaya disfrazado de Carablanca (clown); mientras que Mefistófeles es un mago circense y maestro de ceremonias, Margarita una bailarina de ballet en una cajita de música, y las brujas y demonios, mimos. La presencia de saltimbanquis zancudos y la rueda de la suerte recordaron en la lejanía a algunas puestas en escena del Acto II de “La Bohéme” de Puccini, con la presencia de Parpignol.
La escenografía, muy ingeniosa, con un arco de herradura hispano-musulmán, que delimitó el espacio escénico externo de unas artificiosas bambalinas, otra área interna. Los efectos estroboscópicos de los reflejos de los focos proyectados en un espejo rememoraron, asimismo, al musical anglosajón.
En la música, hay recuerdos a la solita forma de la ópera romántica italiana, en particular la escena entre Fausto y Mefistófeles.
En los ballets, la coproducción escamoteó el cuerpo de baile; aunque justo es reconocer que en esta mise en scéne con sabor a fantasía no tiene mucho sentido.
En los cantantes masculinos destacó sobremanera el bajo-barítono italiano Alex Esposito, en el papel estelar de Mefistófeles. El bergamasco lo hizo todo bien. Como actor, preservó siempre la vis cómica de su personaje (no hay que perder de vista que, en origen, “Faust” fue una opéra-comique), y se movió por la escena con teatralidad circense. Como cantante, es magnífico: una voz fresca, fiato rotundo y una gama sólida.
A su lado, la soprano zaragozana Ruth Iniesta, encarnando a Margarita. La aragonesa explotó al máximo su dimensión de soprano lírica, con alguna pequeña incursión en la coloratura, (los resabios belcantistas verdianos), y, sobre todo, se encontró cómoda en los tintes trágicos, acercándose a la mezzosoprano. Excelente el barítono galo Florian Sempey en su papel del hermano de Margarita, Valentín.
Este girondino es muy versátil, ora dibuja la tensión dramática apoyado en su fiato rocoso, ora deja escapar la ironía con sus gamas agudas. Magnífica interpretación de la mezzosoprano georgiana al encarnar a Siebel, preservando la dulzura melódica. En esta ocasión, al tenor peruano Iván Ayón-Rivas no se le escuchó mucho en los primeros actos, devorado por la masa sonora orquestal. Menos mal que el de Piura se recompuso en los Actos IV y V, en donde nos ofreció ese colorido spinto.
La orquesta, con su profesionalidad habitual, como el coro, conducida con sabia musicalidad por Lorenzo Viotti. Este director de orquesta suizo sabe hacer cantar a las voces humanas y a la orquesta. No en vano, su padre fue otra batuta helvética especializada en la ópera, Marcello, y su hermana Marina es mezzosoprano. Así que… de casta le viene al galgo.
FICHA TÉCNICA:
Lugar y fecha: Palau de Les Arts Reina Sofía, Sala Principal, domingo, 5 de octubre de 2025.
Programa: “Faust”, Grand Opéra francesa en 5 actos, con libreto de Jules Barbier y Michel Carré y música de Charles Gounod.
Reparto: Iván Ayón-Rivas, tenor (Faust); Alex Esposito, bajo (Méphistophéles); Ruth Iniesta, soprano (Marguerite); Florian Sempey, barítono (Valentín); Bryan Sala, barítono (Wagner); Ekaterine Buachidze, mezzosoprano (Siebel); Gemma Coma-Alabert, mezzosoprano (Marta).
Dirección de escena: Johannes Erath.
Escenografía: Heike Scheele.
Vestuarios: Gesine Völlm.
Iluminación: Fabio Antoci.
Vídeo: Bibi Abel.
Coro: Cor de la Generalitat Valenciana.
Director del Coro: Jordi Blanch Tordera.
Orquesta: Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Dirección musical: Lorenzo Viotti.