“Dialogues des Carmélites” (Diálogos de las Carmelitas) está basada en una historia real que tuvo lugar durante la época del terror de Robespierre, en donde fueron guillotinadas dieciséis monjas. El argumento, por tanto, aunque insuflado de un gran contenido moral y religioso, es tétrico.
El compositor, Francis Poulenc, representante del “Grupo de los Seis”, recurre mucho al recitado en las líneas melódicas de las cantantes, mientras la orquesta recurre en buena medida a los tenuti en los metales, con apoyo del timbal. La situación que se genera es opresiva, en donde las voces humanas actuantes en el proscenio deben hacer gala de los reguladores vocales, con el propósito de enfatizar el sentido del texto.
La parca escenografía contribuyó a la sordidez argumental.
Fueron los propios figurantes y el coro quienes pergeñaron un atrezzo, apoyados por la iluminación, que enfocaba a los cantantes mientras dejaba en penumbra al resto de los efectivos humanos, convertidos en ese momento en muebles. Los vestuarios más conseguidos, de época, fueron los del Marqués de La Force, -el padre de Blanche y su hermano, el Caballero de La Force- y sus lacayos. La muchedumbre, una grisalla. Las monjas carmelitanas, en cambio, con sus hábitos apropiados. El director de escena manejó con acierto a la multitud, desfilando casi en fila india por el proscenio, para simular que el contingente de sans culottes fuera más numeroso.
En las voces, descolló sobremanera la contralto alemana Doris Soffel.
A sus 76 años esta mujer sigue conservando una voz envidiable, con graves espectaculares y parte de aquellos agudos aflautados de los que hacía gala cuando interpretaba “La italiana en Argel”. Además, es una gran actriz, y su temperamento desbordó al personaje de la Priora del convento carmelita, Madame de Croissy. La francesa Alexandra Marcellier sustituyó a la germano-boliviana Carolina López Moreno en el papel femenino estelar, Blanche de La Force. La cantante gala se entregó con arrojo en su cometido, descansando en sus ataques vigorosos al registro agudo. El tenor gabacho Valentin Thill es un buen cantante, más lírico que dramático. Sólido cometido el del barítono francés Nicolas Cavallier, aunque su papel se reduzca al Acto I. La soprano franco-americana Sandra Hamahoui hizo las delicias del público por su papel desenfadado, optimista, propio para una lírico-ligera. Muy digno el cometido de Ambur Braid en el papel de la nueva priora. El coro de monjas cautivó al interpretar el “Ave Maria” y la “Salve”. La orquesta, espectacular, así como su batuta.
FICHA TÉCNICA
Lugar y fecha: Palau de Les Arts, sábado, 25 de enero, 19 horas, Sala Principal.
Programa: “Dialogues des Carmélites”, ópera en 3 actos con libreto y música de Francis Poulenc.
Reparto: Nicolas Cavallier, barítono (Marqués de La Force); Alexandra Marcellier, soprano (Blanche de La Force); Valentín Thill, tenor (Caballero de La Force); Doris Soffel, contralto (Madame de Croissy); Ambur Braid, soprano (Madame Lidoine); Michèle Losier, mezzosoprano (Madre Marie de l’Incarnation); Sandra Hamaoui, soprano (Sor Constance de Saint-Denis); Marina Rodríguez-Cusí, contralto (Madre Jeanne de l’Enfant Jésus); Laura Fleur, mezzosoprano (Sor Mathilde); Michael Colvin, tenor (Capellán del Carmelo).
Dirección de escena: Robert Carsen.
Escenografía: Michael Levine.
Vestuarios: Falk Bauer.
Iluminación: Robert Carsen, Cor van den Brink.
Coreografía: Philippe Giraudeau.
Dramaturgia: Ian Burton.
Director de escena asociado: Christophe Gayral.
Coro: Cor de la Generalitat Valenciana.
Orquesta: Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Dirección musical: Riccardo Minasi.