La montaña del Faro de Cullera convertida en un estercolero de obras

El Ayuntamiento de Cullera acomete unas obras en la zona de la montaña de Cullera. Concretamente en la zona alta del Faro. Donde está desde hace meses instalando aceras en als calles y de paso, dejando arquetas para servicios tales como conducciones de suministros como luz o fibra óptica.

Así, en la Calle Bruixola, pero también junto a la zona del yacimiento arqueológico del Volcán están acumulando restros de asfalto retirado, antiguas arquetas, hormigón y tierra.

A lo largo de los casi 1 kilómetro de la obra podemos ver donde junto a la zona hormigonada para colocar la nueva acera se han tirado los restos de tierra, derribos, conducciones, directamente a la montaña.

Incluso en algunas zonas se está acumulando restos de arbustos mediterráneos talados y restos de obras.

Los restos de obras pueblan la montaña

Al Ayuntamiento de Cullera, presidido por el socialista Jordi Mayor no le tembló el pulso el año pasado en arrancar una docena de pinos jóvenes y arbustos mediterráneos para efectuar esta acera en la Calle Azahar.

Lo anecdótico y casi rozando la incongruencia, es que en la zona de arbolado arrancada al final, sólo dejaron tierra compactada y ni hormigonaron, ni pusieron losetas de acera. Justo en la acera de enfrente, parte de la zona continúa hormigonada y sin losetas de suelo. Igualmente los restos de las obras pueblas los alrededores.

Es llamativo como se va poblando la montaña de restos de obras, cables, tubos, incluso maquinaria de obra. Todo ello sin que exista ningún control municipal, y si lo hay, directamente es irregular, por cuanto los restos de obras llevan acumulándose desde hace un año.

Sobre especies de flora autóctonas se han tirado piedras y tierra en el mejor de los casos. En otros casos, los restos de tubos utilizados pueblan la montaña sin control.

Los problemas en la zona se acumulan ante la desidia municipal

El Ayuntamiento de Cullera tiene un problema además con los núcleos residenciales de Cap Blanc y Cullera Park, por cuanto cobra los impuestos municipales pero no les ofrece los servicios, ya que 30 años después aún no ha recepcionado estos núcleos cada día más poblados. Únicamente se recoge la basura en estas zonas y cada lejos se ve una patrulla de policía local. Los arreglos  y la limpieza cuentan a cargo de entidades privadas sufragadas por los propietarios de viviendas. Un problema que genera consecuencias en el caso de Cap Blanc.

En cap Blanc, una vez viene el verano, al no poder cerrar la urbanización, los turistas aparcan sin control en la zona interior de la urbanización. Ya se ha dado el caso de llegar a tal descontrol de los propietarios no poder acceder a sus viviendas. Ni marcas viales ni control policial. Este problema se ha agravado desde que en la zona de playa la mayoría del espacio de aparcamiento fuera eliminado por la construcción de un chiringuito de playa. Un espacio que es una concesión administrativa que además, es foco de atracción de más vehículos. La zona sólo cuenta con un paso de peatones y no está bien iluminada.

El Ayuntamiento colocó 6 farolas en la zona hace ya dos meses, pero no cableó las mismas, por cuanto continúan apagadas.