Vecinos de Ciutat Vella, Velluters, falleros y comercios exigen poder acceder a la APR de Ciutat Vella

Hacer un Área de Prioridad Residencial y dejar fuera a los vecinos es una de las maravillas inexplicables del concejal de Movilidad «insostenible» Giuseppe Grezzi.

Ayer los vecinos del barrio de Velluters y del Carme se concentraron por «poder acceder a nuestras viviendas». Así en su cuenta de redes sociales, aseguran que «No colapsaremos el barrio, pero necesitamos acceso por necesidad, residencialidad y educación pública.«. Piden al polémico e inaccesible concejal Grezzi el sentarse a hablar para expresarles sus problemas con la ARP( Área de Prioridad Residencial).

A pesar de vender a bombo y platillo en numerosas notas de prensa emitidas desde el propio Ayuntamiento de Valencia que vecinos, negocios y entidades de la zona podrína acceder a la zona sin problemas, la realidad es justo lo contrario.

Los vecinos del Carmen también protestan

Algún problema debe haber, a pesar de la coletilla de todo lo que no interesa a Ribó y Grezzi es «Fake News» siguiendo la estela de mal gobierno de Donald Trump, e imitándolo, debe haber algún problema. Cuando todos los vecios, comercios y entidades se quejan y sólo el concejal dice que no apsa nada. Parece que es el concejal el qe no debe entersarse o no quiere enterarse de nada.

Los vecinos del Carmen aseguran no estar en contra de la medida del área de prioridad residencial, pero no entineden que ningún vecino no pueda llegar a su casa.

«Ningún vecino, ninguna vecina, debe sentirse excluida de llegar a su casa desde la calle que mejor le venga.

Una cosa es con-tener el tránsito oportunista, una cosa es adoptar medidas para frenar la presión de los vehículos a motor, y otra, muy distinta, partir el barrio como si fuera quesitos y dejar fuera a casi un tercio de sus residentes de forma arbitraria e innecesaria.

No hay derecho, tengamos o no “tarjeta naranja”, a no poder circular por “nuestro” barrio, ni que las escuelas no puedan gestionar sus necesidades de acceso.

Pero los hoteles y los apartamentos turísticos (legales o no) sí podrán dar de alta a sus clientes para que circulen libremente, incluso para que aparquen en las puertas del Palau de la Generalitat como ya ocurre. Pero no el vecindario, a los ojos del ayuntamiento nosotros somos de segunda; incluso se nos considera unos desviados, una amenaza, pues tenemos vicios reprobables como depender de un vehículo a motor para atender algunas de nuestras necesidades.»

Las Fallas en pie de guerra

Las más de 40 comisiones falleras afectadas por la medida siguen sin una solución. Las palabras y compromisos del Ayuntameinto se han incumplido por todos lados. Así a pesar de que Grezzi les aseguró en verano pasado que no tendrían problemas, a cada comisión fallera sólo permite el acceso de dos vehículos, cuyas matrículas han de darse previamente con suficiente antelación. Si una comisión hace una compra para el bar del caal o va a por su estandarte o a descargar cualquier material, ha de dejar el vehículo fuera del área y acceder a pie… Un auténtico sinsentido.

Estas molestias generadas por el propio Grezzi han puesto en pie de guerra a las comisiones falleras, que deben de dar de alta incluso a los camiones de suministros o que les lleven la carpa o los monumentos falleros.

Turistificación y expulsión de los vecinos

Da la sensación que el interés del Consistorio es el de expulsar a los vecinos y convertir en mayor casco histórico de Europa en un plató de cine, sin vecinos, sólo con apartamentos turísticos, bares e instituciones públicas. Muy alejado de lo que pregonaban para pedir el voto de los vecinos a los que Grezzi ha insultado, ignorado y humillado en múltiples ocasiones con el beneplácito de Ribó y Sandra Gómez.

«El Ajuntament de les persones se ha convertido en el Ajuntament contra les persones»

Todo marketing político de buen gobierno, de participación ciudadana y trasparencia se ha convertido en palabrería barata vacía de contenido, marketing electoral y lo peor, ninguna voluntad política de solventar los problemas de los vecinos. Así, no, Ribó.