Orriols denuncia edificios enteros ocupados con narcopisos, prostitución y maltrato animal

El popular barrio valenciano del Cap i Casal de Orriols sigue con su lucha diaria. Los problemas no se solucionan. Sólo la presión policial hace aminorar la violencia callejera. Pero los vecinos afriman que en cuanto se retiran las patrullas, los problemas vuelven.

El problema es estructural y se ha de abordar en su conjunto. No sólo basta con presión policial. Las más de 100 ocupaciones ilegales detectadas en el barrio siguen estando ahí. La Policia Local de Valencia envió cartas a sus propietarios advirtiéndoles de la situación, pero nada ha cambiado.

La Av. de Constitución 262, un ejemplo de los problemas

Los vecinos ponen este edificio como botón y mjuestra de sus problemas. Un edificio ocupado en su totalidad donde la venta de drogas, prostitución y demás delitos como el de maltrato animal son diarios.

Los vecinos señalan, la policía lo sabe, pero sigue sin actuar con contundencia. los vecinsoa demás advierten de la «ocupación delincuente».

«No nos referimos a familias humildes que por circunstancias fuera de su control acaban en condiciones de miseria. No, estamos hablando de nidos de narcotráfico, explotación y maltrato. Esto no tiene lugar ni en Orriols ni en la sociedad».

Los vecinos advierten que la delincuencia sigue campando a sus anchas por el barrio

«Después de los intensos disturbios que sufrimos anoche por parte de varias pandillas recorriendo todo el barrio con violencia e incivismo, hoy tenemos hasta la caballería policial. Está muy bien, pero en Orriols todavía falta mucho esfuerzo para devolver la paz a nuestras calles». esto afirman en redes sociales los vecinos de hechos que pasaron esta misma semana. Ni hace meses ni hace años, como reitera el concejal negacionista de la realidad Aarón Cano.

«Incluso hoy seguimos teniendo encontronazos y reyertas rápidas en varios puntos del barrio. Acaba de suceder un despliegue policial muy necesario. Agradecemos la reacción ágil y lo destacamos una vez más. Cuando hablamos de mafias, pandillas y violencia, no es una exageración».