Neus Brotons y Sofía Vidal son dos voluntarias que, desde el primer día tras la catástrofe causada por la DANA, decidieron sumarse a los esfuerzos de limpieza y apoyo en los pueblos afectados. Aunque esta es su primera vez que participan de manera presencial en labores de voluntariado, ambas cuentan con un historial de colaboración en este tipo de situaciones de emergencia, como el reciente incendio del edificio de Campanar en Valencia, participando en donaciones económicas y de artículos de primera necesidad, como alimentos y ropa, en apoyo a las familias damnificadas.
“Quise sumar mi esfuerzo en un lugar que, para la familia de Sofía, tiene tanto significado”
Neus y Sofía se desplazaron hasta Sedaví, una de las áreas más afectadas por las inundaciones. “Elegimos Sedaví porque es el pueblo de mi abuela, donde mi madre y mis tíos crecieron, y porque mi familia tiene conocidos allí que necesitaban ayuda para limpiar sus casas y garajes; no podía quedarme sin hacer nada,” explica Sofía. Neus, por su parte, añade: “Quise sumar mi esfuerzo en un lugar que, para la familia de Sofía, tiene tanto significado”.
Además, ambas voluntarias destacan la cercanía de los municipios afectados como un motivo clave para movilizarse. «Saber que, a solo 15 minutos de Valencia, había personas que lo habían perdido todo, nos hacía difícil quedarnos de brazos cruzados», señalan ambas. Además, Neus añade: «Empatizar con la situación y entender que esto le podría haber pasado a cualquiera nos hace pensar que, en su lugar, nos gustaría que hicieran lo mismo por nosotros».
“No se puede explicar con palabras lo que ves al llegar allí, es todo caótico”
Con una escoba y recorriendo casi cinco kilómetros a pie hasta Sedaví, Neus Brotons y Sofía Vidal se han presentado todos los días desde el miércoles en el pueblo para colaborar en la limpieza de calles, viviendas y espacios públicos.
“No se puede explicar con palabras lo que ves al llegar allí, es todo caótico”, expresa Neus. “Es distinto a lo que se muestra en televisión; verlo en persona, especialmente en un lugar que conoces, te afecta de otra manera. Ha sido impactante y triste ver cómo ha quedado Sedaví”, añade Sofía.
«Cada vez que ayudamos a limpiar, tratamos al menos de que se vea el suelo»
Ambas han explicado que su principal tarea ha consistido en eliminar el barro a “escobazos”, ya que no cuentan con la fuerza necesaria para mover escombros ni muebles. «Cada vez que ayudamos a limpiar, tratamos al menos de que se vea el suelo», comenta Sofía.
«Además de la limpieza, también hemos llevado alimentos a las personas mayores que no podían salir de sus casas, así como a aquellos que, por diversas circunstancias, no tenían la posibilidad de hacerlo», añade Neus.
En relación con las dificultades que han enfrentado a lo largo de su experiencia, Sofía señala: “La mayor dificultad que enfrentamos fue el barro, ya que después de cuatro días, al permanecer estancado y en contacto con sustancias tóxicas, puede ser peligroso». “Por eso recomendamos a las personas que lleven botas, guantes, mascarillas, gafas, pantalones largos y camisas de manga larga, tal como aconseja Sanidad. Esto es fundamental para prevenir enfermedades infecciosas”, enfatiza Neus.
«Hoy en día las cosas están mejorando, pero es inaceptable que las ayudas hayan llegado una semana tarde»
Ambas voluntarias destacan la necesidad urgente de más ayuda para los pueblos afectados. Sofía señala: «Las ayudas llegaron muy tarde, deberían haber llegado antes. Sin embargo, no me gusta juzgar estas situaciones, y quiero pensar que las instituciones están actuando con la mejor de sus intenciones, sin maldad. Hoy en día las cosas están mejorando, pero es inaceptable que las ayudas hayan llegado una semana tarde». Por su parte, Neus agrega: «Se necesita más maquinaria, porque, aunque nosotros estemos limpiando, no podremos hacerlo de manera efectiva hasta que se retiren los escombros, coches y muebles que aún están en las calles esperando ser recogidos».
«Es impactante ver a gente que conoces, con sus negocios y su vida, y que de un día para otro todo ha cambiado por completo»
Durante la entrevista, Neus destacó lo conmovedor que le resulta ver cómo las personas logran mantener su alegría a pesar de haberlo perdido todo. «Es realmente emocionante y me llena ver cómo las personas conservan la alegría a pesar de haberlo perdido todo. Todo eso lo mueve la voluntad de la gente”, comenta.
Por su parte, Sofía expresa su percepción ante la tragedia: «Es impactante ver a gente que conoces, con sus negocios y su vida, y que de un día para otro todo ha cambiado por completo. Me llevo una imagen triste y una sensación de impotencia».
«Llego a casa destrozada y cansada, pero tienes la conciencia tranquila porque sabes que has ayudado a gente que en estos momentos lo necesita»
Además, Sofía reflexiona sobre su experiencia como voluntaria, destacando la satisfacción que siente al ver el impacto positivo de su trabajo, pero también la frustración de no poder devolver completamente la estabilidad a quienes más lo necesitan. «Me siento emocionalmente bien porque sé que estoy contribuyendo, pero también siento que podría hacer más. El trabajo realizado aún no es suficiente para devolver a estas personas la vida que tenían antes. Tengo sentimientos encontrados: por un lado, satisfacción por lo logrado, y por otro, impotencia al ver que aún queda tanto por hacer«, comenta.
Por su parte, Neus comparte cómo, a pesar del desgaste físico y emocional, la sensación de haber ayudado a quienes más lo necesitan le da paz. «Llego a casa destrozada y cansada, pero tienes la conciencia tranquila porque sabes que has ayudado a gente que en estos momentos lo necesita», añade.
«La forma más clara de convencer a la gente para que se sume a ayudar es ver cómo los afectados expresan su agradecimiento hacia los voluntarios»
En la entrevista, ambas voluntarias coinciden en que la clave para motivar a otros a unirse a la causa es el agradecimiento de los afectados. «La forma más clara de convencer a la gente para que se sume a ayudar es ver cómo los afectados expresan su agradecimiento hacia los voluntarios. La ayuda que les brindamos es inmensa para ellos», explican. «Solo escuchar a una persona que lo ha perdido todo decirte ‘gracias por venir’ te hace darte cuenta de que realmente eres necesario y de que debemos seguir ayudando hasta que la situación se normalice», añaden.
Para ambas voluntarias, la experiencia ha sido profundamente impactante y emotiva. Sofía comenta: «Es difícil ver cómo ha quedado todo, pero también reconforta saber que nuestra ayuda sirve». Por su parte, Neus afirma que, «en estos momentos te das cuenta de que, de un momento a otro, todo puede cambiar».


















