El Santo Cáliz, la historia que lo une a Valencia

El Santo Cáliz, la historia que lo une a Valencia

“El Santo Cáliz es la copa donde según la tradición Jesús instituyó la eucaristía el Jueves Santo antes de ser crucificado, según se relata en las Sagradas Escrituras. Nos referimos a la Última Cena.

El Santo Cáliz se encuentra, para su veneración en la Capilla que lleva su nombre en la Catedral de Valencia.

Esta capilla antes fue Aula Capitular de la Catedral (construida entre 1356 y 1369) y albergaba la Cátedra de Teología confiada a los religiosos dominicos. Cuando terminó esta función, la capilla se dedicó al Cristo de la Buena Muerte.

En 1916 se consagró al Santo Cáliz. El Vaso Sagrado se sitúa en un templete gótico incorporado al retablo del Altar.

El Santo Cáliz ha sido inspirador de numerosas leyendas cuya característica común es la realización de fantásticas y heroicas gestas por parte de caballeros medievales llenos de virtudes y religiosidad.

La leyenda surgió durante la estancia del Santo Cáliz en San Juan de la Peña (Huesca), monasterio aislado entre montañas que inspiró todo el misterio y enigma que ha rodeado las historias medievales sobre el Santo Grial.

Estas leyendas se propagaron por Europa en boca de juglares y trovadores. Las más antiguas datan del siglo XII. En general, casi todas están basadas en el Evangelio apócrifo de Nicodemo y en la historia de José de Arimatea. Se habla de una copa misteriosa que contiene el elixir de la juventud y que se encuentra en un lugar inaccesible, entre abruptas montañas. Sus guardianes son los Caballeros del Santo Grial.

Nuestro Santo Cáliz, parte según la tradición más aceptada, de que la copa usada en la última cena quedó en propiedad de San Pedro, que este la llevó a Roma, quedando en poder de los sucesivos Papas que fueron los encargados de su custodia. Desde el principio no dejó nunca de servir para la celebración de la Eucaristía.

En Roma permaneció dos siglos hasta que el Papa Sixto II (243-258) ordenó, poco antes de su martirio el 6 de agosto del 258 a su diácono Lorenzo que escondiera el Santo Cáliz. San Lorenzo envió el cáliz a su tierra natal, Huesca, antes de su martirio. Esto ocurría en el año 258 ó 261. Según se creé el Santo Cáliz fue escondido en la Iglesia de San Pedro el Viejo en la ciudad de Huesca, bajo la vigilancia del obispo de la diócesis.

Ante el avance musulmán en el año 712 el Santo Cáliz empieza un peregrinaje por distintos lugares siempre bajo la vigilancia de los obispos correspondientes hasta que en el año 1071 llega al Monasterio de San Juan de la Peña donde queda asegurado ya que el peligro musulmán en el norte de España habia sido conjurado. En este periplo se cree que el Santo Cáliz bien pudo estar entre otros lugares en la cueva de Yebra, San Pedro de Siresa, San Adrián de Sasabe, San Pedro de la Sede Real de Bailio y en la Catedral de Jaca.

Estructura

El Santo Cáliz consta de tres partes: La copa propiamente dicha, el pie y una estructura de dos asas que une ambas partes.

La copa superior

Es de piedra llamada calcedonia de color rojo oscuro. Tiene forma semiesférica. La calcedonia es un conglomerado de cristales de cuarzo, en una variedad llamada cornarina, muy semejante al ágata.

Se trata de una copa procedente de un taller oriental, helenístico romano fechable entre los siglos IV antes de Cristo y I después de Cristo.

Sus dimensiones son: 9,5 cm. de diámetro de la boca, 5,5 cm. de profundidad y 7 cm. de altura. En la copa se puede observar una pequeña rotura, consecuencia de una caida accidental que sufrió el Viernes Santo de 1744 (3 de abril). Inmediatamente se procedió a la recomposición de la Copa por parte del platero Luis Vicent, levantando acta notarial del hecho don Juan Claver. Esta copa superior es el verdadero Cáliz.

Hay que hacer notar que el Santo Cáliz fue usado con regularidad para celebrar la Eucaristía pero a raíz del accidente antes mencionado, se dispuso que el Santo Cáliz fuera guardado entre las reliquias de la Catedral a fin de evitar futuros accidentes.

La vara de unión (Nudo y asas) Debajo de la copa

Están la vara, con su nudo, y las asas, todo ello de oro y con primorosos adornos burilados al gusto griego. Tiene unas dimensiones de 7 centímetros de altura.

Las asas, el nudo y la orfebrería gótica

Es de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV. Los dibujos llamados de nielado, es una técnica decorativa semejante a la incrustación. Se trazan sobre el metal unos surcos formando un dibujo que luego se rellena con una amalgama de color negro compuesto por plata, cobre, plomo y azufre llamada niel.

El pie.

Se trata de un vaso ovalado invertido del mismo color que la copa. Reforzada con armadura de oro, adornada con dos rubies, dos esmeraldas y veintiseis perlas, en vez de las veintiocho que tenia antes, pues se perdieron dos.

Sus dimensiones son; 14,5 cm. en el eje mayor, 9,7 cm. en el menor y 5 cm. de altura.

Los tirantes del pie y reborde perforado del mismo son obra de muy inferior calidad, fechada en la segunda mitad del siglo XIV. Lo más seguro es que haya sido puesta con posterioridad al nudo y a las asas para asegurar mejor la unión de la copa con el pie. También puede ser de la misma fecha que el resto de la orfebrería, pero de otra mano menos hábil.

La base es de piedra tallada en calcedonia, con reborde de oro, originaria quizás de un taller cordobés, o tal vez fatimita y fechable entre los siglos X al XII. Es muy probable que fuera usada como incensario antes de acabar como base ornamental para el cáliz. En una de las vertientes del pie y en el lazo izquierdo aparece esgrafiada una inscripción árabe en caracteres cúficos que dice “para la más floreciente” en alusión a la ciudad cordobesa de Medina Azahara (Antonio Beltrán).

Todo el conjunto tiene una altura de 17 centímetros.

La Historia y  el Santo Cáliz

Según análisis científicos, se ha podido datar la copa entre el siglo IV a.c. y el I d.c. y determinar su origen oriental, de algún lugar entre Egipto y Palestina. El pie es un añadido posterior, hacia el siglo XIV y se trata de un vaso califal del siglo XI. Las piedras y perlas preciosas que lo adornan debieron ser engarzadas durante su estancia en el monasterio de San Juan de la Peña.

El primer documento referido al Santo Cáliz que se conserva hoy en día data del 26 de Septiembre de 1399. En él, el rey Martin el Humano pidió al monasterio de San Juan de la Peña que le cediese esta joya.

Los monjes decidieron acceder a los deseos del rey y el Santo Cáliz pasó a ser venerado en la Capilla del Palacio de la Aljaferia en Zaragoza, residencia del monarca. El documento de donación se conserva en Barcelona y en él se hace constar que el Santo Cáliz fue remitido desde Roma con una carta de San Lorenzo, que no se conserva. En esta época el cáliz ya tiene su actual aspecto que hoy podemos observar.

En el nombre de Dios, dejad que todos sepan que, como el más excelente principe y señor don Martín, por la gracia de Dios Rey de Aragón, Valencia, Cerdeña y Córcega y Conde de Barcelona, Rosellón y Cerdeña…

Ha deseado y procurado afanosamente tener en su capilla real ese Cáliz de piedra en el que nuestro Señor Jesucristo, en su santa cena, consagró su preciosa sangre, y que el bendito Lorenzo que lo recibió de San Sixto, sumo Pontífice a la sazón, que era su discípulo y diácono de Santa María in Dominit, la envió y entregó con una carta suya al monasterio y convento de San Juan de la Peña, situado en las montañas de Jaca del Reino de Aragón, con cuyo Cáliz, los abades, priores y sacerdotes del monasterio se acostumbraron después de consagrar….

Posteriormente en 1410 el rey Martín el Humano marcha a vivir a Barcelona y allí llevó el Santo Cáliz.

De Barcelona pasó en 1432 durante el reinado de Alfonso V el Magnánimo (1416-1458), al Palacio del Real, situado en la ciudad de Valencia.

El rey Alfonso el Magnánimo recibió un préstamo de 136.430 sueldos para sufragar los gastos de las campañas militares en Nápoles, poniendo como garantía de devolución la totalidad de las reliquias que disponía la Corona de Aragón, depositadas en el Palacio del Real, entre ellas el Santo Cáliz.

Al llegar el vencimiento del préstamo y ante la imposibilidad del rey de abonar la cantidad prestada, entregó el Santo Cáliz a la Catedral de Valencia el 18 de marzo de 1437, expidiéndose para ello el documento correspondiente.

La entrega fue realizada por Joan el hermano de Alfonso el Magnánimo que ostentaba el titulo de lugarteniente del Reino en ausencia del rey. “lo calcer hon Jesucrist consagra lo Dijous Sant de la Cena”.

El Santo Caliz permaneció en la Catedral hasta el 18 de marzo de 1809

En que huyendo de las tropas napoleónicas que habían invadido España, el canónigo de la Catedral Pedro Vicente Calvo lo trasladó primero a Alicante (1809), luego de nuevo a Valencia (1810), más tarde a Ibiza (1810) y luego a Palma de Mallorca (1812), hasta que en 1813 volvió a la Catedral de Valencia.

En 1916 el Santo Cáliz fue instalado en su actual capilla (Aula Capitular), ya que hasta ese momento el Cáliz estaba guardado en la Sala de Reliquias de la Catedral.

Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) tuvo que ser escondido fuera de la ciudad de Valencia. El 21 de Julio de 1936 y unas horas antes del asalto e incendio de la Catedral, el canónigo archivero de la Catedral, don Elias Olmos Canalda sacó el Santo Cáliz de su capilla para ser trasladado después de varias peripecias a la cercana población de Carlet, donde permaneció hasta que acabó la contienda en 1939, y más concretamente el 30 de marzo de 1939, fecha en que volvió a la Catedral de Valencia, a su actual emplazamiento.

En su momento el Santo Cáliz se encontraba colocado sobre un pedestal formado por un plano de 24 centímetros cuadrados, sobre el que posaban sus rodillas cuatro ángeles alados, los que sostenían la preciosa reliquia: de altura media el pedestal diez centímetros, era todo de plata y su construcción muy moderna.

Este pedestal fue destruido el 21 de julio de 1936 en el asalto a la Catedral.

Desde entonces sus salidas han sido esporádicas y por motivos de celebración: en 1959 se llevó a tierras de Aragón, donde visitó su antiguo emplazamiento, San Juan de la Peña, y más tarde fue trasladado a Covadonga. Se celebraba la conmemoración del XVII Centenario de la llegada del Grial a España. En 1964 se llevó a Carlet para celebrar los 25 años de su ocultamiento allí.

En 1982, el Papa Juan Pablo II visitó Valencia y celebró la Santa Misa con el Cáliz de la Ultima Cena y en el año 2.006 durante el V Encuentro Mundial de las familias celebrado en el mes de julio en la ciudad de Valencia, el Papa Benedicto XVI celebró la eucaristía con el Santo Cáliz.

http://www.jdiezarnal.com/valenciaelsantocaliz.html