Orriols se llena de pintadas vandálicas y los vecinos piden a la policía «no se vayan de vacaciones» en Agosto

El popular barrio valenciano de Orriols ha visto cómo las fachadas de los edificios de sus calles más problemáticas se llenaban de pintadas otra vez. Textos en inglés de anhelo a Algeria y donde se lee claramente «Que le jodan a la policía«, o «No queremos la residencia, queremos dinero».

Los vecinos aseguran que las pintadas las realizan los delincuentes y narcotraficantes que tienen amenazado y tomado el barrio desde hace unos años. La presión policial de los últimos meses les hace realizar estas acciones.

Los vecinos piden que siga la presión policial

La presión policial ha ido en aumento los últimos meses, y los vecinos aseguran que han notado cierta mejoría. Pero necesitan recuperar su barrio y volver a la normalidad. Más de cien pisos siguen ocupados ilegalmente en la zona de Orriols, según detectó la propia Policia Local de Valencia. Únicamente la Policía envió cartas a los propietarios, a los grandes tenedores para informarles sobre la ocupación ilegal de sus inmuebles.

Muchos de los pisos ocupados funcionan como narcosalas y lugares donde practican la venta y consumo de drogas. También donde habitan los delincuentes. Los vecinos necesitan recuperar la vida normal de un barrio que siempre ha sido pacífico y donde se convivía multiculturalmente sin problemas.

Los problemas se extienden a otros barrios de la Ciudad

La presión policial sobre el barrio de Orriols ha hecho que la delincuencia y los problemas comiencen a extenderse a barrios vecinos. Como son los de Torrefiel y los de la Zaidía, pero también a Benimaclet. La solución pasa por un Plan de choque en toda la Ciudad para expulsar a los delincuentes y no ir trasladándolos de barrio en barrio.

Por otra parte, los barrios están olvidados, y las inversiones no acaban de materializarse más allá de carriles bici y peatonalizaciones, que se convierten en nuevas zonas de botellón sin control policial. Los servicios sociales están desbordados. Pero esta misma semana conocíamos que el gobierno municipal ha perdido otros 1,2 millones de euros en ayudas y subvenciones para la infancia y juventud más desfavorecida.

Cuando uno quiere puede, pero eso se llama voluntad política, y parece que el autodenominado «govern de les persones» se ha convertido en el «govern de les festes i el jolgorio» pero de las personas se han olvidado. Recuperemos la ciudad y los barrios, y celebremos la multiculturalidad, pero expulsemos a los delincuentes.