Oltra se va asegurando que «ganan los malos» obviando su imputación y tratando de humillar a Puig

La semana está siendo de lo más movida en la Comunitat Valenciana. Desde que se conoció al imputación formal por el TSJCV de la vice-presidenta del Consell, Mónica Oltra hemos asistido a una novela de ficción e intriga que han convertido a la Comunitat Valenciana en su plató privado a modo de circo.

Hemos tenido momentos de tensión, como la rueda de prensa que ofreció Oltra el viernes pasado, para acabar atacando a todos los que le exigían responsabilidades y coherencia. Pero el sábado hubo un capítulo de ciencia-ficción, una baile y una fiesta de Compromís, como si esto no fuera con ellos, negando la propia evidencia de la imputación. No asumiendo un ápice de responsabilidades y de paso cabreando a toda España por su actitud chulesca y desafiante.

Oltra ha pasado por una montaña rusa de emociones, a veces parecía lloraba y otras asemejaba que descargaba adrenalina haciendo movimientos erráticos junto a Joan Baldoví en su «fiesta no fiesta».

La política nos deja momentos muy intensos y difíciles de comprender. Del despido en diferido de María Dolores de Cospedal a Bárcenas al mitin no fiesta donde trataban de explicar bailando y botando «las políticas del Botanic frente a la corrupción del PP».

Aquí no hay buenos ni malos

«Han ganado los malos»

Mónica Oltra se volvía a erigir como la falsa Robin Hood valenciana, asegurando que «cuando alguien en este país quiere hacer políticas para la gente los poderosos van a por ella con falsas denuncian para acabar con esa persona».

Una reducción del concepto al bien y el mal que olvida sus propias palabras. ¿A caso ella y Compromís no perseguían por los mercados municipales y hacían escraches a Rita Barberá?. ¿Quién llenaba a denuncias al adversario político judicializando la vida política?. Pero todo se ve desde un prismo distinto cuando tupropia medicina se la aplican a uno mismo.

Da igual de donde parta la denuncia, lo importante es que la ley actúe y se diluciden si ha habido un encubrimiento de hechos tan deleznables como unos abusos a una menor tutelada y por qué. Sólo el pensar que algunos pudieron encubrirlo por salvar a la todopoderosa oltra revuelve el estómago a las ersonas de bien.

¿Quién es el poder?

Mónica Oltra se sigue autodenominando como la antisistema contra el poder. ¿Pero hasta ayer no era la vice-presidenta de la Generalitat Valenciana? Ella ostentaba ese poder. Así que hacernos ver que los todopoderosos son malos podría llevarnos a pensar que ella, que tenía gran poder también lo es. No, los conceptos no se pueden reducir a su antojo como lo ha hecho Oltra en un ejercicio de ingeniería dialéctica que no nos lleva a nada.

El poder radica en quien gobierna, en quien posee el presupuesto, el que con los impuestos recauda dinero para «gestionar» los recursos. Pero ya se ha visto la intención de Mónica con sus 21 asesores agregados a ella misma…El dinero de la Generalitat ya vemos donde va, a los más de 150 altos cargos nombrados a dedo entre los afines o de carnet de partido. También en promocionar a un falangista metido al final de la dictadura a ideólogo de los «países de Narnia», a Joan Fuster, y a olvidar al revolucionario Blasco Ibañez o al genial escultor Mariano Benlliure.

El poder lo ejerce quién tiene el dinero para promocionar una App de sexo o para sacar una guía del chemsex ( practicar sexo bajo los efectos de las drogas). Pero siguen muriendo personas esperando las ayudas a la dependencia.

Hay dinero para viajes a Ferias Internacionales a no se sabe bien qué hacer, pero no para mejorar los centros de menores. Eso es el poder, el poder de elegir en qué se gasta el dinero público.

¿Cómo queda Puig y Compromís?

Después de todo esto sucedido habrá que saber y medir el gran desgaste sufrido por el propio President (ausente) y por el Botanic.

Puig no ha estado, se ha vuelto a borrar como ya hizo con la declaración de su hermano cazasubvenciones con el viaje a Portugal para nadie sabe bien a qué fue. Ahora ha desaparecido. Un presidente ausente que se ha mostrado incapaz de tomar decisiones e imponerse. Un presidente que ya incluso muchos dentro del PSOE creen incapaz de seguir llevando el peso de la Comunitat Valenciana. Un presidente que ha quedado casi humillado por Oltra estos días.

«Me voy para que el president no eche a mi partido del Botanic»

Esas palabras no han sido contestadas por el president que ha perdido múltiples oportunidades de demostrar quién es el president y hacer lo mejor para los valencianos. En cambio ha permitido con su huída el desgaste de las instituciones valencianas para absolutamente nada.

Compromís con su escandaloso baile ha generado una pesada losa que les catapulta hacia la irrelevancia política. Casi todos sus dirigentes han quedado desacreditados para dar ninguna lección de moral. Deberán de trazar una rápida estrategia para salvaguardar un proyecto al que unieron a Oltra y que ahora está en sus horas más bajas, un error constante del que ni se han dado cuenta y que seguirán realizando hasta que lo paguen en las urnas.