Los rostros tras la tragedia. Los dramas tras las lluvias torrenciales que necesitan ayudas

Mari Carmen, su marido y su hijo tienen una empresa familiar en una nave del Polígono Industrial de Beniparrell. El pasado jueves estaban en la empresa trabajando, ajenos al peligro.

Fuera de la nave llovía a cántaros. Los partes meteorológicos por la mañana advertían de la alerta que se desactivaba a mediodía.

 

 

 

Nadie les avisó del peligro

A media tarde, de repente por la puerta de la nave empezó a entrar agua. Se acumulaba en la calle. De nuevo parecía se iban a inundiar. Las calles del polígono industrial justo a la Pista de Silla ya estaban convertidas en ríos.

Saltaron todas las alarmas, el barranco cercano se había desbordado de nuevo. Toda el área industrial desde Sedaví, Alfafar hasta Silla está rodeada cada pocos kilómetros de barrancos que alivian sus aguas hacia La Albufera. Barrancos normalmente abandonados a su suerte desde la cabecera. Que antes pasan por poblaciones densamente pobladas de l’Horta Oest y Horta Sur. Arrastraban cañizos, aguas enfangadas y hasta vehículos.

Se había cortado la A7 a la altura de Picassent y llegaban pésimas noticias. De repente el agua en pocos minutos comenzó a subir de nivel de forma peligrosa.

Subidos a las estanterias del almacen

Sólo pudieron recoger unos pocos enseres personales y encaramarse a las estanterías del almacén. El agua seguía subiendo sin parar y los minutos eran eternos. Llegó en menos de una hora a una cota de cerca de 1,80m. en el interior de la nave. Todo estaba ya perdido. Ahora lo importante era esperar ayuda y salvar la vida.

El marido de Mari Carmen empapado subió al techo del toro o transpalet y desde ahí pedía ayuda. El tiempo pasaba y el agua seguía subiendo. Estaban todos empapados y empezaba a calar el frío, con posibilidad de sufrir una hipotermia. Con lo que con lo poco que tenáin seco a mano se tapaban.

Se fue la luz y llegó la noche, subidos a las estanterías aguantaron hasta que llegaron los bomberos con una zodiacs y les recataron.

Todo perdido, ¿y ahora qué?

Todos los equipos informáticos están perdidos. Muchos datos se han perdido. También han perdido los vehículos personales que utilizan para ir a trabajar. Ahora toca cuantificar lo que se ha salvado y esperar un peritaje para empezar de nuevo.

Todo el polígono de Beniparrell tiene el mismo drama, que comparten polígonos de Catarroja, Albal, incluso Silla y La Ford de Almussafes.

Miles de trabajadores tuvieron que esperar a ser rescatados o esperar a que bajase el nivel del agua.

Necesitan urgentemente la declaración de zona catastrófica y ayuda inmediata

Las empresas tras ellas están personas, y si este año fatídico por el COVID está siendo especialmente complicado para la supervivencia de las empresas, ahora con esto mucho más.

Son necesarias ayudas inmediatas para que estas empresas no cierren y manden a la cola del paro a sus trabajadores. Las distintas administraciones les han de dar una solución inmediata.

¿Nos podemos permitir que estos polígonos industriales se conviertan un lugares fantasma?

Las ayudas de la DANA de la Vega baja del 2019 aún no han llegado a muchos afectados

El procedimiento de ago es lento y condena a los afectados de por vida. Así, las ayudas de la fatídica DANA de la Vega Baja del 2019 hace ya un año, aún no han llegado a muchos de los afectados. Sí se están reparando infraestructuras y logística pública, pero ha tardado casi un año. Otra cosa son las personas individuales tras la cual cada una tiene un drama personal.