El President de la Generalitat Valenciana se dirigió ayer, una vez más, en su mensaje de Fin de año a los valencianos.
Un mensaje de poco más de 12 minutos en los quq quiso vender el trabajo realizado en un clima electoral. Pero tuvo tiempo para hablar de política nacional y de crispación, exigiendo acuerdos, los mismos a los que él es incapaz de llegar en la Comunitat Valenciana.
«Exijo y convoco a la política de grandes pactos, al acuerdo»
Estas palabras dedicadas a la oposición, bien podrían valer para su propio partido, incluso para su gobierno del Consell.
Para el principal objetivo que se fijó el Consell en 2015, la financiación autonómica justa, dedica poco menos de un minuto. También llega a mentar el apoyo a la cerámica y la política del agua en menos de un minuto.
Concreciones ni una, pero sólo le falta acabar con el «vota Chimo Puig»
Se nota el ambiente electoral en un vñideo que se ha dejado muchas cosas. Es cierto que en 12 minutos da para poco. Pero el President vuelve a olvidar temas cruciales como el derecho Civil Valenciano, o la movilidad en nuestras tierras, con proyectos como el trend e la costa o el caos de cercanías.
Tampoco habla de recortes, como los de Sanitat, o los servicios sociales. Menos de la incomunicación de pueblos, a los que cada vez llegan menos transportes públicos.
Habla de sociedad plural, cuando desde el Consell se margina a las persoans que no piensan como ellos, o incluso se subvenciona a entidades que fomentan el odio entre valencianos y practican un genocidio a la Cultura Valenciana.
Grandes olvidos de Puig que podríamos resumir perfectamente con el rico refranero español, «consejos doy que para mí no tengo».
Puig y la casta política
Chimo Puig ya se ha convertido en casta política, en un año en el que pide consenso y tiempo para poder seguir «avanzando». Igual se refiere a avanzar su familia, con las subvenciones de su hermano Francis Puig y las irregularidades. Porque avanzar avanzan, pero sólo unos pocos, la familia y acólitos.
Chimo habla de ruído, igual se refiere a la más que supuesta corrupción política y las posibles comisiones irregulares que financiaron a su propio partido y quién sabe si su propia campaña política para llegar al Palau de la Generalitat.
Hoy más que nunca se debía de lanzar un mensaje de transparencia, de lucha contra la corrupción y de igualdad para todos. una nueva oportunidad perdida de un President cada vez más acorralado por las investigaciones judiciales y que sólo ve lo que quiere ver. para Puig parece que elige la reliadad que quiere y olvida la que no no quiere. No es crispación, es la vida real. Pero desde el coche oficial y desde los despachos no se ve la misma realidad. la que nos e ve cuando tienes un gran sueldo, no como la gran mayoría que llegamos a mileuristas de milagro y tenemos que hacer ingeniería fiscal para llegar a fin de mes.