Una escasa oferta y una super demanda, consecuencia de los motivos explicados en los anteriores artículos. Todos estos factores, todos ellos, llevan a los españoles a sufrir unos precios récord en la compra y en el alquiler. Como dije, se está necrosando el mercado de la vivienda en España.
Según José María Figaredo y Carlos Hernández Quero estos problemas son el producto de las políticas bipartidistas.
Destacan sobre la falta de vivienda los siguientes errores: políticas restrictivas sobre el suelo, que impiden construir; laberintos burocráticos, enormes cargas fiscales en todo el proceso edificatorio para promotores y constructores, que encarecen un 30% el precio final; e intervenciones fallidas en el mercado de alquiler y una década de inseguridad jurídica para los propietarios, (amparo de la okupación y la inquiokupación, prórrogas forzosas, controles de precios…), que provoca la disminución de la oferta de vivienda, cuando no la desaparición de la misma, en alquiler de larga duración. La oferta ha caído un 56% en 5 años en España.
Las políticas de vivienda protegida (hoy abandonadas), permitieron levantar entre los 50 y los 2000 una poderosa clase media (6,8 millones de viviendas): de construir más de 200.000 al año en los 60 se pasó a más de 100.000 en los 80; entre los 90 y los 2000 se hacían más de 50.000; hoy se hacen menos de 10.000, a pesar de la falsa promesa de Sánchez de construir 184.000 viviendas que nadie ha visto.
En consecuencia, una producción de vivienda estancada (menos de 100.000 anuales, mientras el ritmo de creación de hogares aumenta, con 270.000 hogares nuevos cada año), sumada a la entrada en España de 3 millones de extranjeros en los últimos 5 años, y combinada con la inevitable y drástica reducción de vivienda disponible, ha conducido a una subida de precios de un 30% en el alquiler. Al mismo tiempo, fondos y fortunas extranjeras, están comprando con grandes cantidades de dinero, con descuentos y con alfombra roja, lo que el español medio no puede soñar ni con comprar a plazos.
Hay más; el fin de las oportunidades en la España vaciada y la concentración de estas en las grandes ciudades, también genera un problema en materia de vivienda, puesto que destruir el trabajo en media España genera tensión en los precios de los pisos en la otra media; lo que se ve incrementado por un cambio en los hábitos culturales provocados por tanta incertidumbre: imposibilidad material de formar una familia, solterías perpetuas que desean independizarse del núcleo familiar, divorcios, parejas que no viven juntas, etc.
Para 2039 se calcula que el hogar más frecuente será el que aloje a una sola persona, lo que incrementará la necesidad de hogares.
Este contexto de precios desorbitados, desajuste entre oferta y demanda o incapacidad de compra de los españoles (casi anulada por impuestos altísimos y confiscatorios), genera la sensación en el ciudadano de que el Estado hace negocio con sus necesidades. Recordemos que somos el país de Europa con mayor fiscalidad sobre la vivienda, y uno de los que menor reinversión dedica a la misma.
Los españoles deberían previamente ahorrar entre un 30-40% del valor de su vivienda, para poder comprar, lo cual es imposible en la situación económica actual. Asimismo, las medidas anti-desahucios del bipartidismo rompieron la garantía hipotecaria. Por consiguiente, los bancos prestan menos y con peores condiciones. Los jóvenes y trabajadores se ven excluidos de la posibilidad de ser dueños.
La subida exponencial de los precios, la presión fiscal sobre la vivienda y la dificultad de acceder a una financiación, causan un desplazamiento de la demanda hacia el alquiler, con la consiguiente presión sobre los precios en dicho mercado. Recuperar una España de propietarios permitiría reducir los precios de los alquileres.
- ¿Qué proponen Figaredo y Quero, para estimular y apoyar la prosperidad familiar de los trabajadores y jóvenes, para recuperar una España con “seguridades”; una España de propietarios?
Proponen ampliación de suelo disponible, simplificación administrativa, aligeramiento de burocracia, trabas y trámites, reducción drástica de los impuestos que cobra el Estado, derogación de todas las medidas intervencionistas en el mercado de alquileres y política de mano dura con la okupación y la inquiokupación.
A ello se suma la regulación de la proliferación masiva de las viviendas de uso turístico y el refuerzo del servicio de inspección de pisos turísticos ilegales, así como la promoción de un modelo de alquileres que armonice los intereses de arrendadores (seguridad jurídica, garantía de cobro y recuperación de la vivienda) con la estabilidad de los arrendatarios, e incentivos fiscales al alquiler de larga duración.
Para ello, hay que adoptar drásticas rebajas fiscales en el IRPF para jóvenes inquilinos, y construir vivienda protegida para las familias españolas mediante diversas fórmulas de colaboración público-privada (cesiones de suelo, subvenciones, descuentos, avales a financiación y créditos blandos).
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Los españoles tienen que volver a tener, y con preferencia, un hogar digno y estable.
Ello supone también aplicar criterios de arraigo histórico acumulado de las familias en España, para la asignación de viviendas, y una política de rechazo al arrendamiento a inmigrantes ilegales y de lucha contra el empadronamiento fraudulento de los mismos.
En la compra, es indispensable limitar la compra masiva de vivienda por capital extranjero, estableciendo una fiscalidad diferenciada para compradores no comunitarios, destinando los impuestos recaudados por estas adquisiciones precisamente a crear un sistema de bonificaciones y exenciones fiscales en la compra de vivienda por los españoles y a la construcción de vivienda protegida. Una fiscalidad española para los españoles; para que vuelvan a ser propietarios.
Son medidas de sentido común, como lo son también:
El fin del IVA en la compra de primera vivienda, la recuperación de la deducción por inversión en vivienda habitual, la reducción al máximo del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, la bonificación del 100% de las donaciones entre familiares destinadas a compra de vivienda (medidas que permitan a los jóvenes disfrutar por adelantado de una parte de su futura pensión para la compra de un hogar), la promoción de la compra a plazos con condición resolutoria y bonificación del alquiler con opción a compra, el establecimiento de avales públicos para la compra de vivienda, los créditos blandos para parejas jóvenes vinculados a número de hijos, y la condonación parcial del crédito a medida se cumplen ciertos objetivos de natalidad.
Estos son sus propuestas a grandes rasgos para solucionar, o aliviar de manera urgente, los problemas y las necesidades de vivienda de los jóvenes y de los trabajadores.
Las políticas de más impuestos, más gasto, más puertas abiertas, más inseguridad, más abandono, no han conseguido nada. Probemos otras políticas; de momento, las aquí propuestas, creo que suenan bien. Toquemos en este concierto.