– Sin lugar a dudas, dicha frase, » Estoy Bien » resume claramente cuál ha sido la preocupación y ocupación de Sánchez y los suyos durante la gestión de la crisis humanitaria generada por la terrible DANA.
A eso se han dedicado todos los ministros del Gobierno y sus socios parlamentarios, a evitar dar explicaciones a los valencianos y que Sánchez no se vea salpicado.
Frente a esta actitud, los valencianos estamos muy agradecidos a la policía nacional, guardia civil, y a la policía local de las localidades afectadas por la DANA, porque han estado trabajando en las zonas devastadas poniendo en riesgo su salud y su vida. De hecho, así ocurrió con un miembro de la Benemérita en la castigada población de Paiporta.
Nunca olvidaremos el sacrificio y entrega de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como la solidaridad demostrada por miles y miles de voluntarios.
De igual manera, nunca vamos a olvidar que el Gobierno central, y en particular, ministros como el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, no haya prestado toda la ayuda necesaria tras la devastadora riada.
Los valencianos no podemos entender que el Gobierno de Sánchez haya estado pendiente de obtener redito político poniendo en práctica su máxima: “si quieren ayuda que la pidan”, menospreciando a la Comunitat Valenciana, que sufre y llora ante el dolor y el drama.
Esta frase ha causado un gran dolor en los pueblos y ciudades valencianos devastados por la riada. Los valencianos necesitábamos toda la ayuda que pudiera llegar, sobre todo, durante los primeros días. Sin embargo, Sánchez, y sus socios han evidenciado que lo único que les importa es ganar un relato, pagando incluso publicidad en las redes sociales e intentar que se hunda su Gobierno.
Es preciso tener presente que las asociaciones de guardias civiles y sindicatos policiales se pronunciaron desde el primer momento pidiendo al Ministro del Interior que les dejara acudir a las zonas devastadas. Grande-Marlaska ni les contestó.
Este ministro fue de los poco responsables del Gobierno con competencias en seguridad y emergencias que se encontraba en España en el momento de la tragedia y no quiso ver lo necesaria que era toda la ayuda que desde fuera de nuestras fronteras se ofrecía. De hecho, Marlaska estuvo en el CECOPI de La Eliana y tuvo oportunidad de ver “in situ” el alcance de la catástrofe. A pesar de ello, frente al ofrecimiento de ayuda realizado desde Francia por su primer ministro, Grande-Marlaska contestó que “no hacía falta”. Desde la Asamblea francesa se denunció esa conducta irresponsable del ministro del Interior español.
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Es absolutamente incomprensible que se rechazara la colaboración de 250 bomberos franceses, cuando todas las manos eran necesarias.
De igual manera, se negó a recibir la ayuda que se ofrecía desde la Unión Europea por boca de la presidenta de la Comisión. Así, el presidente del Consejo Europeo y la presidenta del parlamento europeo le dijeron al Gobierno de Sánchez que “Europa está lista para ayudar” y el ministro Marlaska no solicitó dicha ayuda hasta 10 días después de la catástrofe.
Tampoco puede comprenderse nunca porqué el ministro del Interior consideró que no era necesario durante los primeros días de la devastación poner en marcha el “mecanismo de protección civil de la Unión Europea” que hubiera facilitado medios para ayudar a las víctimas de la riada.
El Gobierno de Sánchez no ha estado pensando en los ciudadanos que sufren dolor y devastación. Han mirado hacia otro lado porque han considerado que era la oportunidad para construir su relato y obtener rédito político. “Es nuestra oportunidad” tal y como sostuvo la Ministra de Igualdad.
Solamente así se entiende que el Gobierno de Sánchez no haya actuado desde el primer momento proporcionando toda la ayuda posible y se haya negado a recibir la que se ofrecía desde Reino Unido, Portugal, Italia, Polonia, Irlanda, El Salvador, Argentina: ¿por qué?
Esta es la pregunta que debe perseguir a Sánchez y su gobierno con ocasión de la gestión de la catástrofe generada por la riada.
La respuesta es que nos encontramos ante un Gobierno que ha preferido ganar el relato a proporcionar medios para vencer las consecuencias de la riada, y todo ello, sin que se les haya removido la conciencia. De esta manera, el pueblo valenciano ha estado abandonado por el Gobierno de la Nación, y ese abandono lo resume muy bien una frase que se ha escuchado por boca de líderes de la coalición de gobierno: los diputados no están para achicar agua.
La única aportación de Sánchez ha sido la frase si queréis ayuda pedirla. La ayuda se da de forma inmediata y muchas veces sin que se pida. Por eso los valencianos no lo podemos entender.