Ferran Gil: ¡La porga del Chato!

Ferran Gil: ¡La porga del Chato!

Recuerdo de crío que ante un dolor de cabeza o de estómago, me hacían tragar una pastillita, de la que impaciente tiraba pestes a los dos minutos, puesto que persistían las molestias.

A las quejas donde dudaba de la eficacia del fármaco, mi madre me respondía: «¡A vore si te creus és la porga del Chato!, como queriendo hacerme ver que no hay milagro en cuanto a efectos inmediatos (siempre imaginé que ese anónimo Chato era un fenómeno, cuando no inexistente)

Aplicando la similitud a la situación actual del coronavirus, viene a ser el proceder de algunos gobernantes que, ansiosos ante la falta de reacción positiva en sus estrictas medidas y normas, en cuatro días ya piensan en dictar unas nuevas más restrictivas. Sin esperar ni respetar los mínimos plazos prudentes recomendados en estos casos, estimados entre diez y catorce días.

Así, en una escasa semana, pasamos del toque de queda al confinamiento perimetral, y en un par de días más, a insinuar la posibilidad de otro total. Cuando, si los casos aumentan es porque no se han hecho bien y a tiempo las cosas.

Todo ello, después de que el Gobierno central hace nueve meses, al inicio de la aparición del Covid 19, pasó de una increíble pasividad sin darle importancia, casi hasta negándolo, a un decreto de golpe y porrazo para aplicar la decisión extrema del estado de alarma, con el consiguiente confinamiento, que no deja de ser un encierro domiciliario.

Por eso soy escéptico. Escéptico con un gobierno inepto para gestionar esta situación, pero preparadísimo para mentir al pueblo engañándolo con sus ocurrencias.

Escéptico con un comité de expertos fantasma, que no es tal porque nunca existió.

Y otra vez escéptico con una mínima parte de la población irresponsable, a la vez de incapaz de cumplir las normas sanitarias, buenas o malas, mejores o peores. Aunque solo fuera por solidaridad y respeto al prójimo.

En cambio, soy creyente en expertos especialistas científicos y epidemiólogos de talante político independiente. Pero parece que a estos los tienen apartados y ninguneados, sin hacerles el mínimo caso las autoridades.

Y así estamos, al alza con más muertes, más contagios y la amenaza de otro drástico encierro.

Supongo tendrán en cuenta que es el ultimo recurso. Y claro en el caso de que no se suavicen y mucho los resultados, aparece la pregunta del millón: y después, ¿qué?

Ferran Gil: ¡La porga del Chato!
Ferran Gil: A mi aire