Fernando de Rosa “Próxima Parada”

Fernando de Rosa “Próxima Parada”

El Gobierno del Botànic tiene su hoja de ruta bien trazada. Tramo a tramo, el President Puig, junto con Compromís y Unidas-Podemos, trabajan para alcanzar un objetivo: llegar al destino final que fijaron hace tiempo los independentistas y excluyentes. La red del transporte de las ideas pancatalanistas, va, parada a parada, intentando que cada vez haya más adeptos, si es preciso, regalando los billetes para el viaje a ninguna parte, inyectando millones de euros a asociaciones que trabajan por la fractura de España. Lo que realmente les importa es que esos vagones del frentismo vayan cada vez más llenos.

  • Desde que Puig gobierna no ha manifestado sensibilidad y empatía con los valencianos. Ni siquiera es capaz de demostrar y exigir respeto a nuestra cultura e identidad como pueblo.

Ha sido realmente insultante que el President de la Generalitat Valenciana, permitiera que integraran a la Comunidad Valenciana en los países catalanes en un acto del Congreso del Partido Socialista en las Islas Baleares al que asistió junto con el presidente del Partido Socialista de Cataluña, Salvador Illa. Ante tal insulto a nuestra identidad como pueblo, Puig ni se inmutó. Con su silencio dio la espalda a la tierra que gobierna, incapaz de demostrar valentía política para exigir respeto a la legalidad y a los ciudadanos de Castellón, Valencia y Alicante.

Puig siempre adopta la misma pose ceremoniosa y solemne que su jefe de partido y presidente del Gobierno de España. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas siguen ahogadas y abandonadas por el gobierno autonómico. El sector turístico agoniza. Hay mercancías que faltan en los mercados valencianos y la producción de vehículos, por ejemplo, se ve gravemente afectada.

  • Si miramos al ámbito del sector de transportes de pasajeros, nada importa al gobierno del Botànic las deficiencias en el funcionamiento de los trenes de cercanías que acumulan retrasos y deficiencias.

Lo mismo puede decirse en relación con el servicio que presta Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. No trabajan para mejorar la frecuencia de paso del metro, la evitación de las aglomeraciones de pasajeros en estos momentos pandémicos, o para ampliar la red del suburbano en la ciudad de Valencia. Al final de este recorrido absurdo de la izquierda valenciana, siguiendo la estela independentista catalana, lo que les inquieta es que los rótulos de las paradas del metro figuren en castellano. Como ha denunciado la vicesecretaria de Territorio, Comunitat y Cultura del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, María José Ferrer San Segundo, es claramente irresponsable que se destine dinero para arrinconar el español “sobre todo cuando los recursos deben destinarse a ayudas a los ciudadanos, a los comercios y a los autónomos bajándoles los impuestos y con ayudas directas para paliar su situación”.

Desde el principio, los partidos del Botànic se repartieron el poder y en vez de trabajar al servicio de los valencianos, pusieron el Gobierno de la Generalitat a los pies de los intereses de los que quieren romper España. Paso a paso, van adoptando las mismas políticas. En definitiva, el gobierno del Botànic se ha convertido en el ariete para atacar nuestro Estatut de autonomía y la convivencia de los valencianos con el resto de españoles.

  • En el ámbito municipal, las pautas de actuación, por desgracia, son las mismas. El alcalde Joan Ribó, riega de miles de euros a una entidad llamada a ejercer el espionaje lingüístico.

Es decir, se pretende que dicha entidad señale con pegatinas los comercios que no usen el valenciano en su relación con los clientes. No hay que olvidar la misma campaña de delación que se quiere seguir con los profesores de colegio, o la creación de una página web en la que proceder a señalar a los profesores universitarios que hablen español en la Universidad.

  • La izquierda valenciana de manera dócil se ha subido al vagón del viaje a ninguna parte de los excluyentes y radicales que acompañan a Pedro Sánchez en su política de limitación de derechos y ruina democrática y económica.

El Poder Judicial, como autoridad que controla ese viaje y garantiza el cumplimiento de esas reglas, los “revisores” o “supervisores” que protegen el orden legal y constitucional, cada vez son más acosados e insultados por los excluyentes. El objetivo es romper el orden constitucional, para cambiarlo todo. Por eso, ya es hora que se abran las ventanas de esos vagones y circule el aire que impida la propagación del virus del frentismo. Entonces, desde la megafonía de los vagones de la convivencia, se podrá escuchar, alto y claro: “próxima parada, Libertad”.