Fernando de Rosa “ física y química”

Fernando de Rosa “ física y química”

  • Monedero «Los que ganan 900 euros y votan a la derecha no me parecen Einstein»

Las leyes físicas recogen las conclusiones a las que se llegan después de experimentos científicos repetidos durante años. Entre esas leyes, se encuentran, entre otras, la de inercia o la de acción y reacción. Curiosamente, la izquierda podemita ha traído a colación la Física en la vida política, a raíz de su estrepitoso fracaso en las elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Juan Carlos Monedero ha llegado a afirmar, para intentar oscurecer la arrolladora victoria de Isabel Díaz Ayuso y del Partido Popular, que “los que ganan 900 euros y votan a la derecha no me parecen Einstein”.

Es curioso el mal perder de los partidos de izquierda, que en vez de reconocer que no lo han hecho bien y que el electorado les ha dado la espalda por su soberbia y mentiras reiteradas, se dedican a insultar a la ciudadanía. A esas desafortunadas palabras de Monedero, hay que sumar las de la Vicepresidenta Calvo hablando de campos de exterminio, y volviendo a sacar a pasear el fantasma del fascismo.

La verdad es que esas referencias a Einstein con el mensaje de desprecio a los ciudadanos que con ilusión han votado al Partido Popular en Madrid, me permite sostener que esas leyes de la Física a que me he referido, le han pasado factura al sanchismo y a sus socios.

Según formuló Newton, siguiendo los pasos de Galileo, un “cuerpo permanece en reposo o en movimiento recto con velocidad constante, a menos que se le aplique una fuerza externa”.

Desde que comenzó la pandemia generada por la Covid-19, los tentáculos monclovitas han intentado que la ciudadanía estuviera en reposo, casi paralizada. Se quería que mantuviera esa inercia durante el resto de la legislatura, con el objeto de que Sánchez cumpliera sus objetivos y pagara los peajes a sus socios: asaltar el Estado de Derecho, hacer concesiones a los independentistas con los indultos o la reforma de los delitos de rebelión y sedición, y, en definitiva, seguir instalados en la opulencia y falta de empatía.

Mientras, se ha obligado a los ciudadanos a duras restricciones y limitaciones para poder combatir la pandemia. Muchos sectores y familias lo han pasado muy mal, y aún quedan meses de sufrimiento y crisis económica y social. Mientras, las consignas oficiales sostenían que nadie se iba a quedar atrás.  Lo que no tenían previsto Pedro Sánchez y los suyos, es que precisamente el electorado es el que les iba a dejar a ellos atrás. No calcularon bien los efectos de otra ley de la Física, la de la acción y reacción.

Cuando intentaron desde los despachos y con la connivencia de Ciudadanos, conseguir la presidencia de la Región de Murcia, no supieron ver las consecuencias que tendría. El asalto al gobierno murciano fracasó, Ciudadanos se ha roto y ha desaparecido de la Asamblea de Madrid, el Partido Socialista ha sufrido un descalabro brutal, Iglesias deja la política y Podemos ha quedado descabezado y débil.

Las consecuencias no pueden ser más devastadoras para los planes de la izquierda. No se puede jugar a ser científico de despacho, sin saber las consecuencias de las leyes de la física con las que se quiso recomponer el mapa político español.

Iván Redondo y la fontanería sanchista, en la que hay que incluir también al director del Centro de Investigaciones Sociológicas, Tezanos, despreciaron la segunda parte de la ley de la inercia a que me he referido: una fuerza externa puede servir de revulsivo y hacer que la velocidad constante de un cuerpo se altere.

El triunfo sin paliativos del Partido Popular y de Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en ese elemento dinamizador de la vida política en Madrid y en el resto de España y que ha roto la inercia a la que nos ha querido llevar el sanchismo. Los ciudadanos no necesitan ser Einstein, Newton o Galileo, para saber que las cosas se pueden hacer de otra manera. Precisamente, que haya familias que lo están pasando mal y que han dado su apoyo al Partido Popular, es una muestra de que frente al mensaje oscurantista y de fractura de Iglesias, o de Sánchez, está el mensaje de la empatía, solidaridad e ilusión del Partido Popular.

Además, no es solamente es una cuestión de física la que ha llevado a la aplastante victoria de Ayuso, sino también de “química” con la ciudadanía. Ella ha sabido conectar con las personas, ha entendido sus necesidades y desde hace tiempo, está trabajando para ellos. Esa ha sido la diferencia con el resto de candidatos.