Federico Bisquert «La crisis en España se acentúa en 2021»

Con la rebaja por parte del FMI del crecimiento en España para 2021 del 7,2 % al 5,9 %, la solidez de la recuperación varía considerablemente, ya que nuestro PIB en 2020, se ha contraído el 11% y tanto la demanda interna como la externa se han visto muy afectadas en el año, con una contribución al PIB de -6,3 y -2,7 puntos, respectivamente, de hecho la economía española volverá a registrar una contracción económica en el primer trimestre de 2021, después de atravesar ese mar tempestuoso que ha sido el terrible ejercicio 2020, aunque al final de esa travesía consiguiéramos un moderado crecimiento del 0,4%, que se produce durante el cuarto trimestre del anterior ejercicio, pero en este primer trimestre el brutal impacto de la tercera ola pandémica que estamos viviendo en España y demás países de europeos, conduce a que el PIB español entre en fase negativa en estos primeros tres meses de 2021.

Solo debemos analizar una serie de circunstancias como es la debilidad en la campaña de rebajas, la utilización de medios de pago o consumo como las tarjetas de crédito o la brutal caída en la venta de vehículos son indudablemente indicadores adelantados que señalan un decrecimiento en este primer periodo del ejercicio.

Aunque las previsiones son de que la situación mejorará a medida que evolucione 2021, para el Consejo General de Economistas creceremos en torno al 5,5% y parece ser que los datos pueden ir mejorando a lo largo del segundo trimestre, en relación directa a la proporción de ciudadanos vacunados y que con la mayor celeridad vayamos dejando atrás el pico de esta tercera ola pandémica, claro está, tenemos una vinculación absoluta con todos los países que tenemos  relación comercial y principalmente turística, y se ha de conseguir a toda costa, tener inmunizada, como mínimo al 70% de la población en junio, y tiene que ser simultáneamente en todos los países y así repuntará la economía con fuerza.

Según Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE, apunta “Para que en el verano se produzca un resurgir del turismo es necesario que la vacuna dé confianza y permita la movilidad. Y la movilidad que se necesita es sincrónica, que afecte a los principales países que nos suministran turistas: Reino Unido, Francia, Alemania e Italia”, El verano va a ser clave en el sentido de la recuperación, pues es la temporada estrella para el sector turístico español y que tiene un impacto del 12,5% en el PIB nacional, afectando positivamente a todo el sector servicios, que representa el 67,8% del PIB nacional, y más teniendo en cuenta la tangencialidad que tiene esta industria con el conjunto del sector. Aunque, Pedraza es solo “moderadamente” optimista al respecto, pues considera que la recuperación del turismo en 2021 no superará el 50% del volumen de negocio prepandémico.

Es fundamental que se incremente el ritmo de vacunaciones, hoy está muy ralentizado y a partir de abril debe dispararse el ritmo de vacunas para que en el segundo semestre despegue nuestra economía y siempre pensando en positivo que la crisis económica actual por la Covid19 no derive en una crisis estructural de mayores ramificaciones, ya que, en 2020 hemos vivido la mayor contracción económica desde la Guerra Civil, con una caída del PIB del 11%. Por otro lado también es cierto que muchas familias han apalancado mucho ahorro y a medida en que aumente la confianza, el ciudadano empezará a gastar, lo que puede dar lugar a  que veamos un crecimiento constante y efectivo a partir del segundo trimestre, siempre siendo conscientes de que seamos capaces de controlar la pandemia, realizar determinadas reformas e invertir el dinero de los Fondos de Recuperación  europeos en proyectos interesantes de cara al crecimiento que generará mejores perspectivas de futuro y a atraerá inversión. Las reformas necesarias deben centrarse en afrontar los problemas de clásicos de nuestra economía como el mercado de trabajo, la sostenibilidad del sistema de pensiones, el endeudamiento público, el incremento de la pobreza y las desigualdades sociales y nuestro tejido empresarial donde el 97% de las empresas son PyMes, las cuales necesitan ayudas más directas para su supervivencia.

El pasado día 18, se tuvo un encuentro telemático en el Consejo General de Economistas con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, donde expuso la creación de un nuevo tipo de ERTE estructural, imitando el modelo alemán, que permita la movilidad entre empresas y así se evite a los trabajadores periodos de desempleo, quitando del horizonte la posible proliferación de los ERE. También anunció que el Ejecutivo está preparando una serie de medidas que suponga una liquidez adicional para paliar el riesgo de que se produzca un repunte de los ajustes de plantilla colectivos vía expedientes de regulación de empleo (ERE) o la transformación de ERTEs en EREs.

Lo cierto es que nuestra economía está dopada y hay que continuar dopándola, de hecho Escrivá admitió que el número de trabajadores en ERTE está casi en 900.000 trabajadores entre el 1 y el 11 de febrero, tras acumular los casi 140.000 trabajadores respecto a los datos de enero, que hablábamos de 738.969 trabajadores, según Escrivá, mostrando cierto nivel de optimismo,  hizo las siguientes apreciaciones, según los datos adelantados, en las próximas semanas habrá una reducción “significativa” de los trabajadores en ERTEs, significando como como dato positivo que el 25% de los trabajadores que se encuentran en esta situación, están en suspensión parcial de empleo, y por tanto desarrollan algún tipo de actividad, y valorando positivamente la introducción del mecanismo de los ERTEs en una economía como la española, en fin, que el 31 de mayo, finalizado el estado de alarma, será momento para hacer balance y que el Ejecutivo está abierto a acompañar a todas las empresas hasta el final de la pandemia y considera que los ERTEs se deben convertir en un elemento estructural de ajuste de la economía, por ello promueve la creación de la figura del ERTE ESTRUCTURAL, que facilita la movilidad de trabajadores entre empresas sin necesidad de pasar por el desempleo para evitar ERE y que se estudia incluir dentro de los futuros cambios en el marco laboral, de tal modo, que este mecanismo está ligado a la formación de los trabajadores en ERTE y sería financiable con Fondos del Plan de Recuperación y Resiliencia, lo que facilita que las empresas se adapten para hacer frente a la transición hacia la nueva economía verde y digital. El ministro expresó, ante varios economistas y periodistas, en el Consejo General de Economistas, “Ojalá estemos en una situación muy avanzada desde el punto de vista de normalización económica”, tras afirmar que “el marco normativo de los ERTEs debe dar certidumbre hasta que se apuntale la recuperación económica”.

Si bien la recuperación de la fase más dura de la crisis del coronavirus fue  rápida al principio, hubo muchas empresas que se han quedado descolocadas sobre todo en los sectores más castigados por las restricciones sanitarias que todavía tenemos en vigor, de ahí que el Banco de España alertó el pasado día 18 de que más de los 2/3 de las empresas del sector de la hostelería, la restauración y el ocio se encuentran en una situación “vulnerable” a una posible quiebra, o sea, el triple que antes del estallido de la pandemia, y más de ¾ partes de las compañías del sector están incursas en pérdidas, en resumen, si estos problemas sobre los resultados corporativos se mantienen, cerca del 20% de las compañías será inviable.

Los cálculos del Banco de España sobre el impacto de la crisis pandémica en el tejido empresarial, presentados por su director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, en la jornada organizada por Cepyme, son demoledores, ya que, según el supervisor, el 68% de las empresas de la hostelería, la restauración y el ocio son “vulnerables de acuerdo con la ratio deuda neta sobre resultados”, lo que les aboca a riesgo de quiebra.

El Banco de España define como empresas vulnerables financieramente a aquellas donde la deuda es diez veces mayor que los beneficios y las cifras triplican al 22% de las compañías del sector que se encontraban en esta situación en 2019 y van seguidas de la venta de vehículos de motor con un 56% y el transporte y el almacenamiento con un 40%. En conjunto, el 37% de las compañías está catalogada como vulnerable, frente al 20% en 2019. El Banco de España estima que las empresas padecieron unas necesidades de liquidez de 230.000 millones de euros en 2020, de esta cifra, las líneas de crédito disponibles permitirían cubrir cerca de 45.000 millones de euros, mientras que los activos líquidos en poder de las compañías permitirían sufragar otros 60.000 millones y para los 125.000 millones restantes, sería necesario incrementar sin duda alguna las ayudas públicas. De ahí que Arce haya planteado cuatro grandes vías para lograrlo: recapitalización directa para grandes empresas estratégicas, refuerzo a los fondos propios para las grandes y medianas, ayudas directas para las pequeñas y facilitar las reestructuraciones de deuda, en general… En fin, es lo que hay.

 

Federico Bisquert Lafuente
Economista