Así no, señoras, así no, así nunca.

¿Qué estoy pensando? Fácil pregunta, difícil respuesta, aunque, qué mas da señoras.

Hace unos días, celebramos el «Día de la mujer». Salimos a la calle para reivindicar nuestros derechos, todavía.

¡Qué pena! Salimos para decir ¡basta! a una sociedad nada igualitaria.

Sin embargo y pese a quien le pese y le parezca bien o mal a alguien, uno de nuestros peores enemigos, somos nosotras mismas.  Me explico.

Conozco a una abuela, que tuvo a su hijo ella sola.  Lo pario y lo crío, hace mas de 50 años. Luchó y trabajo para sacarlo adelante. Hoy tiene una formidable familia, con su esposo, mas hijos y nietos. A  todos los reúne en su mesa, eso es ser una VALIENTE.

Tengo una amiga que después de años de matrimonio se quedó sola, con dos niños pequeños y tuvo las santas narices de ponerse a estudiar oposiciones. Unió el esfuerzo de llevar la casa, los niños y mantener un inestable trabajo. APROBO, a la primera y hoy tiene un puesto de responsabilidad, eso es ser VALIENTE.

Tengo otra amiga, que cada día de su vida se levanta como tantas otras a las 6 de la mañana, para meterse en un quirófano, para dar de si lo mejor que tiene, ella misma.  Está pendiente de sus dos hijas y de todas nosotras -sus amigas-. Solo tienes que llamarla y ahí está. Entra a trabajar de noche y sale de noche. A sus espaldas lleva una toma de decisión de su vida, dura, pero sigue adelante, es VALIENTE.

Tengo otra que ha trabajado en un puesto de mucha responsabilidad dentro de una multinacional, compaginando su casa, sus hijos y un padre con demencia. Todo lo llevó sola, eso es ser VALIENTE.

Otra de mis amigas, tiene un hijo ciego de nacimiento. Ese chico ha terminado periodismo, gracias a su esfuerzo y al titánico de su madre, VALIENTE.

Tengo otra que después de años de matrimonio, un buen día se vio en la calle, con dos maletas y el miedo.

Se puso a lavar y cuidar a un señor mayor.  Recuerdo que cada día se iba llorando al trabajo. Hoy tiene un estupendo puesto de trabajo con un sueldo digno. VALIENTE.

Más y más, y más mujeres luchadoras en la sombra, en el día a día, pero sobre todo con VALENTÍA Y HONESTIDAD.

Aquí viene el meollo de este tema.

Existen mujeres, desgraciadamente para el resto de nosotras, que para mantener su puesto de trabajo se follan a su jefe, da igual que estén casadas y con hijos. Rompen vidas, rompen familias y no solo por el hecho sexo, si no de todo lo que hacen, dicen y maquinan, hasta que consiguen romper la vida de una familia. Ese el nuestro peor enemigo.

Hasta que esto no cambie, hasta que no dejen de utilizar su sexo como arma, las cosas cambiarán poco y despacio.

Estoy hablando de las MUJERES, y me apena y me avergüenza este tipo de individuas.

Esto es una realidad dentro de mi entorno.  Una realidad, cruel, dura, que desgarra, sobre todo porque mi lucha, nuestra lucha, la tiran por tierra con un comportamiento SUCIO, INDIGNO y RASTRERO.

Así no, señoras, así no, así nunca.

Opinión de María José Gómez Gabaldón.

Madre, Ama de casa, profesional del seguro