Terminamos la semana de la celebración del día de la Comunitat Valenciana, fiesta que ha sido respaldada como nunca por los ciudadanos en los pueblos y ciudades que han abarrotado las distintas celebraciones. Tanto la procesión cívica en la ciudad de Valencia como los festejos y conciertos han concentrado a miles de personas con ganas de divertirse.
Realmente han sido unos días de alegría, hemos visto familias enteras llevando la senyera o como las pastelerías estaban repletas de gente comprando “la mocadorà”, dulces de mazapán que representan frutas y hortalizas de nuestra huerta. Pero junto al festejo mayoritario ha habido a quién se le ha atragantado la multitudinaria manifestación de cariño a nuestras señas de identidad como pueblo, y entre estos cariacontecidos se encuentra el dirigente de Compromís Joan Baldoví.
No le hemos oído ni visto denunciar los mensajes que se han publicado en las redes sociales despreciando nuestros símbolos, en cambio lo hemos visto encararse con ciudadanos en las calles de la ciudad de Valencia.
Pongo como ejemplo como una tal “Marina”, desconozco si el nombre es auténtico o anónimo, a través de la red social X se ha referido a nuestra Real Senyera como: “la vaca de ale hop identifica más a los valencianos actualmente que ese trapo”, en cambio le hemos visto como durante la procesión que recorrió la mañana del 9 de octubre las calles de la ciudad de Valencia desde el ayuntamiento, pasando por la catedral y continuando hasta la estatua de Jaime I en el parterre valenciano, Joan Baldoví se encaraba contra los ciudadanos que libremente decidían mostrar su rechazo a esos términos de desprecio a nuestros símbolos.
Estos mismos mensajes de desprecio a nuestra identidad que circulan por las redes sociales, sin ser rechazados por Baldoví ,se volvieron a repetir por la tarde voceados por unos pocos centenares de personas que se manifestaban por las calles de Valencia llevando banderas esteladas bajo los enternecedores ojos de líderes separatistas catalanes. Lo único bueno es que cada vez son menos los que acuden a estas manifestaciones radicales.
Las escenas de Baldoví o de la asesora del dictador Maduro Isaura Navarro encarándose con el público ponen de manifiesto el nerviosismo de una coalición política que ve como las encuestas de forma unánime certifican que han perdido la calle.
Esta actitud unido al feo gesto de la portavoz de Compromís en el ayuntamiento de Valencia de negarse a entrar la Real Senyera en la Catedral de Valencia tras aceptar el honor de ser la abanderada municipal representando a todos los ciudadanos de la Comunitat, así como no acudir a la recepción de la Generalitat Valenciana, son los claros síntomas de que cada vez entienden menos al pueblo valenciano al que no le gusta la polémica y disfruta con la fiesta, que se siente muy orgulloso de nuestra identidad dentro de la unidad de España y que rechaza cualquier intento de adoctrinamiento sectario y separador.
La libertad va unida a nuestra personalidad por eso la izquierda «nacionalista» ha perdido el ayuntamiento de Valencia y ha sido expulsada de las diputaciones provinciales y de los grandes ayuntamientos de la Comunitat.
A los valencianos no nos gusta que nos estén riñendo constantemente por no ser como quiere que seamos Baldoví, ya que nos gusta ser lo que somos un pueblo abierto, plural y libre y no supremacista.
Estamos hartos de que nos nieguen nuestros símbolos y que haya gente que los compare con “la vaca de ale hop”, rechazamos que nos digan que formamos parte de una fantasmagórica entidad, y que los compañeros de viaje de Compromís en el Congreso de los Diputados, como Íñigo Errejón o Yolanda Díaz, nos feliciten la “diada del país valencià”, término totalmente extraño y que no lo dice nadie en la calle.
Hace un año y medio que Baldoví ha llevado a su coalición a la oposición en la mayor parte de las instituciones de la Comunitat, y este hecho en vez de hacerle pensar sobre el motivo que le ha conducido a esta situación, le está haciendo incidir en el error. Más le valdría escuchar más a la calle y menos a los mensajes anónimos que invaden las redes sociales y que comparan nuestra Real Senyera con un trapo.


















