La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) se suma a la ola de indignación de los agricultores y pescadores europeos –representados en el COPA-COGECA y EUROPECHE– al instar “a los partidos políticos que alguna vez han sentido sensibilidad hacia la agricultura a tumbar la locura legislativa que supone la Ley de Restauración de la Naturaleza para, posteriormente, establecer una mesa de diálogo y un consenso con el sector agrario”.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, destaca que “bajo el falso debate sobre la protección del medioambiente en Europa, realmente lo que se está haciendo, de manera descarada e intencionada, es buscar la reducción de la producción agraria, para beneficiar las exportaciones de bienes industriales, tecnológicos y de servicios de algunos países europeos y, al mismo tiempo, para beneficiar a otros países europeos no productores que así se enriquecen distribuyendo los alimentos que importan de países terceros.
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Ya está bien de engañar a la gente. Con leyes insultantes como estas, Bruselas está anteponiendo los intereses comerciales de unos pocos sobre la autosuficiente alimentaria europea”.
La Comisión Europea propuso el año pasado una Ley de Restauración de la Naturaleza, introduciendo nuevos objetivos y obligaciones jurídicamente vinculantes para los Estados miembros, e indirectamente sobre los sectores de producción primaria europeos. De acuerdo a ASAJA, en España supondría que alrededor del 40% de la superficie que está bajo la Red Natura 2000 quedaría improductiva debido a que no permitiría la misma actividad agrícola como hasta ahora, a pesar de cumplir ya con numerosos condicionantes como son las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) así como de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
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Según denuncian COPA-COGECA y EUROPECHE, “Bruselas llevó a cabo una burda evaluación de impacto que no representa el impacto real en los productores primarios en Europa, sino que se centró únicamente en los beneficios que tendrá para la sociedad sin tener en cuenta los perjuicios”.
Además, critican que “la Comisión Europea espera que todas las restauraciones procedan de los fondos de la Política Agrícola Común (PAC) o del Fondo Pesquero y marítimo de la UE, cuando ambos presupuestos ya están sobrecargados; y se niega a proponer un Fondo de Restauración concreto en beneficio de todos los actores de esta transición”.
Como resultado, en un movimiento sin precedentes, las Comisiones de Agricultura (AGRI) y Pesca (PECH) del Parlamento Europeo han rechazado la propuesta: “Todos los miembros del Parlamento Europeo que apoyaron el rechazo dijeron sí a la restauración de la naturaleza, pero no a una legislación mal pensada, poco realista e inaplicable que pone en peligro los medios de vida y la producción de alimentos de los agricultores y pescadores en la UE”.
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El 15 de junio, la Comisión de Medio Ambiente (ENVI) del Parlamento Europeo tomará una decisión final sobre el expediente.
COPA-COGECA y EUROPECHE piden al Comité ENVI que “escuche y respete las preocupaciones de las comunidades de agricultores y pescadores y piden a la Comisión que reanude el proceso desde cero. Estos sectores se han enfrentado no solo a desafíos globales (por ejemplo, Covid, crisis energética, guerra), sino también a políticas ambientales radicales de la UE que están afectando profundamente la producción de alimentos y la soberanía alimentaria de la UE”.
Niels Peter Nørring, presidente del Grupo de Trabajo sobre Medio Ambiente de COPA-COGECA, declara que “una buena Ley de Restauración de la Naturaleza no puede diseñarse sin el claro compromiso de los agricultores y pescadores. Por tanto, en lugar de amenazas y acuerdos encubiertos, la Comisión Europea debería volver a la mesa de debate. Las autoridades de la UE deben respetar y reconocer que quienes implementarán esta ley no la consideran ni factible ni viable».
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Javier Garat, presidente de EUROPECHE, agrega que “la Comisión ha creado un debate polarizado en torno a la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE.
Del mismo modo, las ONG han politizado y simplificado el debate enumerando a los eurodiputados a favor o en contra de la naturaleza. Pero el problema es que hemos llegado a un punto en el que la protección es sinónimo de exclusión. Debemos intentar compatibilizar la protección del medio ambiente con la actividad humana y, en particular, con la tan necesaria producción de alimentos. Ya estamos importando el 70% de los productos del mar que consumimos en Europa. La nueva Ley sin duda contribuirá a aumentar la brecha de seguridad alimentaria».
Según el sector, el turbulento debate sobre la nueva ley ambiental evidencia que, para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, “la UE debe dar una respuesta directa a la pregunta fundamental: ¿Cuántos alimentos debe producir o importar la UE y es prudente confiar nuestra seguridad alimentaria a terceros países?”