Los vecinos de Orriols deseperan ante la lentitud de las administraciones en arreglar los problemas

Los vecinos de Orriols desde hace meses se manifiestan de manera continuada y reiterada pidiendo soluciones a la degradación de su barrio. El lema de los vecinos es claro y conciso:

«Con delincuencia no hay convivencia»

Así, los vecinos advierten de la delincuencia en el barrio, que afecta a la convivencia diaria de un abrrio tradicionalmente tranquilo. Un barrio obrero, multicultural, donde la convivencia ha sido pacífica hasta hace unos años que la delincuencia ha crispado esa normal convivencia.

Años de olvido de las administraciones

La dejadez municipal de años de olvido de los barrios ha hecho que la delincuencia se haya instalado impunemente en muchos de ellos. Muchas son als causas, policiales, pero también sociales. Evidentemente la falta de policías en als calles ha hecho que los delincuentes se vean en una impunidad que les ha hecho acelerar la venta de drogas y los problemas que ello conlleva. Pero también tenemos problemas sociales que se han agravado. Los servicios sociales en Valencia están años desbordados, con poco personal y escasos medios. La pandemia sólo ha empeorado una situación que antes ya era difícil.

Muchos vecinos ponen el foco a que tras la crisis del ladrillo y la crisis anterior a la pandemia, muchos vecinos perdieron sus casas a manos de entidades bancarias. Más de 200 pisos pasaron a manos de entidades bancarias y desplazaron a los vecinos de sus casas.

En una ciudad en la que Ribó aseguraba nos e ejecutaban desahucios, la realidad era bien distinta, seguían ejecutándose sin parar. esto unido a la falta de recursos de servicios sociales, la bajada de la presencia policial y la falta de inversiones públicas en el barrio fue una tormenta perfecta.

Los «narcopisos»

El Ayuntamiento ha localizado más de 100 viviendas ocupadas en el barrio ilegalmente. La mayoría en manos de grandes propietarios, ya sean fondos de inversión o entidades bancarias. En muchos de ellos, se practica la delincuencia, en este caso la venta de drogas, los conocidos como «narcopisos». Los vecinos los señalan y la policía los conoce, pero siguen existiendo.

Los vecinos han sufrido peleas, gritos, agresiones a vecinos, amenazas a cargos vecinales, y tan sólo han conseguido parches. El Ayuntamiento anunció la semana pasada la plantación de más de 100 árboles en el barrio. ¿Pero dónde están las soluciones se preguntan los vecinos?.

Los vecinos tan sólo queiren poder vivir y convivir tranquilos en el barrio que conocieron hace años, donde todos sumaban la multiculturalidad. Un barrio donde no importa la raza, el color de la piel o la tendencia sexual, donde todos conviven en paz y tranquilidad.

¿Dónde está la política para las personas Joan Ribó y Sandra Gómez? El tiempo corre en contra de la paciencia de los vecinos.