Se acabó el talante dialogante de Puig, impone en Sanidad sus decisiones en contra de sindicatos y trabajadores

Esta semana se antoja muy complicada para la Generalitat Valenciana porque ha cogido fuerza la idea de la creación de la nueva empresa pública sanitaria que recoja a todo el personal de los departamentos sanitarios en los que habían concesiones por las cuales la gestión era privada. Pero ayer conocimos que además en esa empresa pública también tendrán cabida los Consorcios hospitalarios del Hospital General de Castello y el Hospital General de Valencia. Además del servico de resonancias magnéticas y radiodiagnóstico.

Una Consellería de Salud paralela que manejará miles de trabajadores

Así, podemos hablar de una auténtica Consellería de Sanitat paralela con gran poder. Por cuando manejará 7 departamentos de salud y ocupará a cerca de 11.000 trabajadores.

Una empresa a la que sindicatos y trabajadores de los centros que serán adscritos se oponen de forma tajante.

Los problemas se acumulan en una Consellería que ignora a los sindicatos y desoye a los trabajadores

Los trabajadores de Torrevieja aún esperan que Sanitat les informe del régimen que tendrán tras la reversion de octubre. Desde Sanitat les aseguraron que cuando tuvieran claras las cosas les avisarían y aún están esperando la reunión con Sanitat. 1.400 trabajadores que esperan una respuesta que no llega y de la que al final se enteran siempre de su futuro por declaraciones en prensa de los responsables sanitarios que les ignoran.

Por su parte, el Comité de empresa del Departamento de Salud de La Ribera se oponen. Tras tres años desde la reversión siguen con el convenio laboral cadudado. Un concenio que desde Sanidad se han negado a negociar durante tres años. Esta misma semana plantearon tras tres años un nuevo convenio laboral, que fue rechazado de plano por todos los sindicatos considerándolo de «broma de muy mal gusto».

El Consorcio Hospitalario de Castello es uno de los últimos que se ha unido a los desagraviados por Sanitat. Así esta misma semana se han cambiado los estatutos del Consorcio para que se adscriba a esta nueva empresa. En una reunión en la que los Sindicatos acusaron a Sanitat de ni siquiera haberles informado y menos negociado nada y en la que los representantes de los partidos de la oposición se negaron a esta reforma estatutaria. Podemos votó en contra, todos los representantes de los trabajadores también votaron en contra. Así como los representante de la oposición. Compromís se puso de perfil y se abstuvo permitiendo que saliera adelante con los votos del PSPV y de la Consellería de Sanitat.

Imposiciones desde el palau de la Generalitat Valenciana

Las imposiciones vienen dadas desde el propio Palau, ignorando cualquier negociación con sindicatos y por tanto negando el diálogo social tan cacareado por Chimo Puig. Han roto ya cualquier vía de negociación con los sindicatos de los trabajadores sanitarios. Por tanto no reconocen a los trabajadores sanitarios ni a sus derechos, a pesar de hacerles homenajes. Pero luego les imponen contra su voluntad decisiones que les afectan directamente.

El Botanic es un circo y los tres partidos que lo gobiernan cada uno tiene su punto de vista. Así, en cuanto a la creación de esta megaempresa pública desde Podemos aseguran que no lo comparten y votan en contra de ello. Mientras, Compromís permite y con una posible abstención se pone de canto. Permitiendo los desmanes de su socio de gobierno pero a su vez asegurando que no comparten sus decisiones.

Fran Ferri, Síndic de Compromís en Corts Valencianes aseguró ayer que «no compartimos muchas decisiones, pero lo principal es hacer la reversión y si ésta es al fórmula elegida...» Así seja entrever que ni están ni se les espera, intentan jugar con todos para no salir perjudicados, pero la realidad es que permiten y a la vez critican. Esto es el juego a dos bandas.

Manolo Mata la lía parda con unas declaraciones desafortunadas que ponen en pié se guerra a los trabajadores de La Ribera y Torrevieja

Manolo Mata afirma que la DIA ya ha sido validada para la ampliación del puerto y acusa al PP de la regresión de las playas

Manolo Mata, Síndic del PSPV en Corts Valencianes ante preguntas de los medios afirmó que «lo primero es arreglar la chapuza que se hizo dando la gestión de la sanidad pública a una empresa privada«.

«Con gente que no ha accedido a la función pública hay que asumirlos y la empresa pública es la mejor opción«. Afirma que no se pueden incorporar a la Consellería «porque bloquearían la entrada de MIR y de personas capacitadas que quieran acceder». Pero lo que más ha enfadado son sus insinuaciones sobre cómo accedieron tanto en Torrevieja como en La Ribera el personal sanitario a trabajar.

«Uno no puede pasar de porque sea el hijo del concejal de no se qué pueblo de trabajar de una empresa privada a tener los mismos derechos y las mismas garantías de alguien que ha aprobado una oposición y esta en el sector público».

Acusando a su vez al PP de ser el responsable de «montar el lío al privatizar la sanidad».

¿Quién mete a trabajar a quién?. Mucha manipulación política y ruido mediático que trata de ocultar una imposición real

Josep Sanfeliu fue el comisionado designado por Sanitat para gestionar la transición al Hospital de Alzira, fue el mismo, un cargo socialista cuyas declaraciones en un acto en noviembre de 2017 aseguró que «se creará una bolsa de trabajo en La Ribera tras la reversión. Ahí se meterán todos nuestros familiares, amigos, conocidos,…y tal que estén sin trabajo y quieran trabajar«.

Lo dijo frente al SubSecretario de entonces, también del PSPV en unas jornadas de charlas en poblaciones de La Ribera. El mismo subsecretario que había menospreciado igualmente a los trabajadores de la Ribera en la charla de Alginet ese mismo año.

Cambio de una empresa por otra, pero no le llamemos reversión

El denominado modelo Alzira consistía en dar vía concesión administrativa la gestión de los departamentos de salud a una empresa privada. Nos puede gustar o no su función y su trabajo, pero de no agradar se cambia por otra empresa. La realidad es que la empresa Ribera Salud llegó a conseguir una eficiencia en la gestión y a su vez unos estándares de calidad asistencial bastante elevados.

Ahora con esta nueva empresa pública es exactamente lo mismo, una empresa. Pero la diferencia es notable: agrade o no su gestión al ser pública será la que será, no habrá posibilidad de cambio. Puede convertirse en un nido de presunta corrupción como ocurrió en Andalucía, donde era una verdadera agencia de colocación de amiguetes. Además, no buscará la eficiencia de gestión ni la calidad asistencial.

No lo llamemos reversión a lo público porque no lo es, seguirá estando operado por una empresa, que antes era privada y ahora será pública. Pero se regirá por la legislación de una mercantil, no por los convenios públicos.

Una pregunta surge y que muchos trabajadores se hacen en voz alta «¿Por qué se cambia algo que funciona por algo que no se sabe qué pasará?». Así, si el espejo en el que mirarnos en Alzira mejor echarse a llorar. Con unos profesionales médicos enfrentados a una dirección que no les escucha y cuya mala gestión ha hecho empeorar la calidad asistencial considerablemente en pocos años.

Ejemplos de gestión de la Consellería de Sanitat: el nuevo comisionado de Torrevieja y la ex-directora de La Fe

La Generalitat Valenciana apostó por el corporativismo nuevamente, eligiendo como nuevo comisionado de Torrevieja a un ex-concejal de fiestas de Elche y ex-diputado provincial con nula formación sanitaria según parece. Todo en vez de contar con un médico de reputada experiencia en el propio Hospital. Por cierto, el ex-concejal de Elche no es ni del propio departamento de salud, ya que Elche pertenece a otro departamento de salud diferente.

La ex-directora de la Fe fue todo un ejemplo de corporativismo, se eligió para el cargo a una ex-senadora socialista del Partido Socialista Catalán que hacía 20 años que no había ejercido. Por cuanto como méritos profesioanles fue el ser senadora en Madrid. La otra candidata, médico valenciana de amplia experiencia sanitaria puso el caso del nombramiento en manos de Tribunales que vieron claro que el nombramiento de la senadora nos e aduacaba a ningún criterio objetivo y tuvo que dimitir. Luego se le buscó acomodo en la propia Consellería de Sanitat.

Este talante de imposición es el que según parece impera en la Generalitat Valenciana que ha roto todo diálogo y paz social para pasar a la estrategia de imposición y ordeno y mando. Un talante completamente desaparecido en el que ahora prima el corporativismo y la ideología ante cualqueir criterio por razonable que éste sea. Un gobierno «a la desesperada».