Meses después de las inundaciones que afectaron a la Comunidad Valenciana, miles de damnificados aún esperan las ayudas necesarias para reconstruir sus hogares, negocios y, en muchos casos, sus propias vidas. Esta demora en la respuesta ha generado un profundo malestar entre las personas afectadas, quienes se enfrentan diariamente a la incertidumbre y las dificultades derivadas de la DANA.
Mientras tanto, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez ha priorizado la asignación de importantes recursos económicos a proyectos de carácter internacional, lo que ha suscitado críticas por parte de distintos sectores que consideran insuficiente la atención prestada a las necesidades internas tras la tragedia.
Este martes la Comisión Europea ha confirmado que el Ejecutivo español rechazó la ayuda ofrecida por cuatro de los seis países europeos que se solidarizaron tras la tragedia causada por la DANA en Valencia. En concreto, Lituania, Bélgica, Hungría y Rumanía ofrecieron su apoyo para afrontar las consecuencias del desastre, pero sus propuestas no fueron aceptadas. Únicamente se recurrió a la colaboración de Portugal y Francia, decisión que ha alimentado el debate sobre la eficacia y la gestión de la crisis por parte del Gobierno.
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Hans Das: «de esas ofertas, España únicamente aceptó las propuestas de Portugal y Francia»
Hans Das, director adjunto de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO), ha abordado esta cuestión en declaraciones realizadas esta mañana. Das explicó que «el principio rector del Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias de la Unión Europea es que las autoridades competentes del Estado miembro tienen que solicitar la ayuda».
Según ha explicado, desde el inicio de la emergencia, el centro de coordinación ha mantenido un contacto continuo con el gobierno español para evaluar las necesidades y sensibilizar sobre la importancia de una asistencia adecuada. «El 8 de noviembre, España presentó formalmente una solicitud de ayuda a la Unión Europea, incluyendo equipos, maquinaria pesada, sistemas y plataformas de transporte«, detalla.
La respuesta de los países miembros, en palabras de Das, fue inmediata y reflejó el espíritu de solidaridad europea. Lituania, Francia, Bélgica, Portugal y Rumanía ofrecieron su colaboración a través del envío de recursos y personal especializado. Sin embargo, Das puntualizó que «de esas ofertas, España únicamente aceptó las propuestas de Portugal y Francia».