Qué es pacífico y qué no

Qué es pacífico y qué no

Me sorprende el enfermizo interés de todas nuestras televisiones en calificar de pacíficos una serie de actos en los que, simplemente, grupos de radicales armados no agreden a la policía, pero sí que practican todo tipo de desmanes alternativos.

Existe un viejo refrán, en latín, ni más ni menos, que explica esa actitud:Excusatio non petita, accusatio manifesta. Es decir, que quien se excusa sin venir a cuento es que se siente culpable de lo que intenta justificar.

Porque ya me dirán si son o no violentas este tipo de actuaciones para aquellos que las padecen: cortar carreteras; obligar a cerrar comercios contra la voluntad de sus dueños; impedir que la gente viaje en tren, en avión o como sea, ser objeto de insultos, vejaciones y ridiculizaciones en público; ofender a los padres delante de sus hijos y deslegitimar sus opiniones; despreciar los símbolos y las convicciones de los demás; arrojarles basura, excrementos y todo tipo de objetos degradantes; acosarles multitudinariamente en público;impedirles manifestarse, reunirse, ir a clase o dar conferencias… ¿Quieren seguir un rato más? ¿Qué habría ocurrido si, en cambio, esto lo padeciesen sus autores y no al revés? Los medios de comunicación, hechos unas panteras, los habrían calificado de todo menos bonitos

No me refiero aquí a la existencia de dos varas de medir, lo cual es evidente, sino a un intento deliberado y masivo de edulcorar lo que está ocurriendo. No es la primera vez en la Historia que eso sucede. Ocurrió, por ejemplo, en la Alemania nazi y no sólo no sirvió para atemperar las cosas, sino que el asunto acabó como acabó. Y no digo más.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega: Qué es pacífico y qué no